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MUERTE EN KOSOVO

La Otan amenaza a Yugoslavia con intervenir militarmente por una masacre de 45 personas.

22 de febrero de 1999

La desintegración de la vieja Yugoslavia del mariscal Tito sigue produciendo capítulos de
sangre. El actual, en la provincia de Kosovo, produjo el viernes 15 una noticia mundial cuando fuerzas
policiales de Belgrado dieron muerte en circunstancias oscuras a 45 aldeanos kosovares de etnia albanesa
en la localidad de Racak. La imagen de los cuerpos tendidos en una zanja, muchos de ellos mutilados, y
el hecho de que entre ellos hubiera tres mujeres y un niño de 13 años fueron demasiado para los europeos,
que clamaron justicia. Por eso el presidente de Yugoslavia, el serbio Slobodan Milosevic, volvió a quitarle al
iraquí Saddam Hussein el dudoso honor de ser el villano mundial de turno. Comenzó por declarar persona
non grata y expulsar al norteamericano William Walker, verificador del cese al fuego acordado el pasado 12
de octubre entre el enviado Richard Holbrooke y el propio Milosevic. La razón es que Walker, antiguo
embajador en El Salvador, sostuvo que la policía yugoslava asesinó a sangre fría a los aldeanos. Esa versión
chocó con la del gobierno de Belgrado, que sostiene que los muertos eran miembros de Ejército de Liberación
de Kosovo (ELK) y que, por lo demás, habían disparado primero.Para acabar de empeorar las cosas
Milosevic ordenó el lunes impedir la entrada a Kosovo de la investigadora del tribunal internacional para los
crímenes de guerra, Louise Arbour. El ministro británico de Relaciones Exteriores, Robin Cook, sintetizó la
indignación de la Otan: "Si Belgrado no ordenó la masacre, si no es cómplice y si comparte nuestra
preocupación por los civiles muertos, puede probarlo permitiendo que el tribunal lleve a cabo su investigación".
Enviados de urgencia a Belgrado, el general norteamericano Wesley Clark, jefe militar de la Otan, y el alemán
Klaus Naumann, su segundo a bordo, advirtieron que de continuar su actitud la Otan estaría dispuesta a
atacar con aviones, e incluso a enviar una fuerza de tierra. Pero el serbio no pareció dispuesto a cambiar de
actitud, lo cual parece dejar abiertas todas las opciones. accion peligrosaAunque al menos los gobernantes
de Estados Unidos, Alemania y Holanda no descartaron la intervención militar, una decisión al respecto no
se esperaba antes del fin de semana, cuando se reunieran los miembros del Grupo de Contacto. Pero, como
de costumbre, se esperaba que al menos dos de esos cinco países, Francia y Rusia, se opondrían a que
la Otan se comprometiera una acción militar en Kosovo.Esa posición no sólo se basa en una actitud filosófica,
como en el caso francés, ni en la afinidad religiosa, cultural y étnica con los serbios, como en el caso ruso.
Muchos observadores señalan los riesgos inherentes a una intervención armada en Kosovo por cuanto el
costo podría ser enorme y los resultados contraproducentes. La preocupación más inmediata fue expresada
por el propio enviado especial de Estados Unidos para los Balcanes, Robert Gelbard, quien dijo que los
kosovares que luchan por la independencia tienen parte de la culpa. "No queremos convertirnos en la
fuerza aérea del Ejército de Liberación de Kosovo, dijo en una conferencia de prensa, pues ellos tienen que
obedecer las reglas también". Gelbard dijo que el ELK tiene que abandonar su política de secuestros y
asesinatos. Esa preocupación, dicha en otras palabras, significa que el ELK bien podría tratar de tomar
ventaja de los golpes aéreos inflingidos por la Otan a los serbios y lo que la organización quiere no es entrar
en la guerra civil de Kosovo sino presionar a Milosevic a dejar las matanzas y a asumir una actitud más
flexible ante las pretensiones de los independentistas kosovares albaneses. Pero, además, un ataque limitado
como el aéreo no sólo difícilmente debilitaría a las tropas de Milosevic tanto como para obligarlo a hacer
concesiones sino que podría favorecer su imagen como paladín de los serbios. Y en cualquier caso
requeriría el despliegue de tropas de tierra para mantener una paz no querida por las partes.Ese panorama es
muy explosivo pues, dadas las características de los Balcanes, un escalamiento podría hacer que la guerra
atravesara las fronteras . Y nadie quiere una guerra internacional en la Europa del fin de siglo. Por otra parte,
la independencia de Kosovo sentaría un precedente crucial ante el cúmulo de aspiraciones nacionalistas de
las minorías étnicas, que son una amenaza al orden mundial basado en el añejo concepto de estado-nación.
Por eso ni la Otan ni la ONU querrían desatar las condiciones para que esa independencia se diera y se
produjera una especie de efecto dominó. Mientras ese sea el punto de vista imperante los Milosevic y Saddam
del mundo seguirán saliéndose con la suya.
La caldera de los Balcanes
Montenegro
Las sanciones económicas contra Yugoslavia han golpeado mayormente a Montenegro, la otra socia de
Serbia en lo que queda de Yugoslavia. Pero Milosevic no ha dado paso a sus aspiraciones de al menos
manejar su propia economía. A pesar de eso los montenegrinos, musulmanes, simpatizan con las oleadas de
refugiados kosovares albaneses.KosovoLos kosovares de origen serbio, que sólo son el 10 por ciento de la
población (frente al 90 por ciento de los de origen albanés), dominan la región con la ayuda de fuerzas de
policía enviadas desde Belgrado, capital de Serbia y de la actual Yugoslavia. El presidente serbio Milosevic
ascendió al poder con la bandera de 'recuperar' Kosovo para los serbios, mientras los kosovares albaneses
quieren la independencia.
Albania
Los serbios acusan a Albania de favorecer a la guerrilla del ELK para que el Kosovo, luego de independizarse
de Yugoslavia, se integre con ella. Al fin y al cabo el 90 por ciento de los kosovares son de ese origen. Pero
es muy poco probable que el gobierno de Tirana, en medio de una crisis económica que parece endémica,
quiera integrar un territorio que tampoco se caracteriza por su productividad. Pero Albania es un país
excesivamente sensible al tema de Kosovo.
Serbia
Serbia siempre fue el hermano mayor en Yugoslavia y cuando ésta se desintegró Belgrado armó a los serbios
que vivían en las demás repúblicas para encabezar rebeliones en busca de integrar la 'Gran Serbia'. Kosovo,
escenario de la batalla perdida en 1389 con los turcos, es el centro espiritual de los serbios y no lo soltarán
por ningún motivo.
Macedonia
El 25 por ciento de los macedonios tiene origen albanés, y eso hace que este país pueda ser fácilmente
arrastrado a un conflicto. Un flujo de refugiados albaneses podría llevar a mayores exigencias de la minoría
macedonia de ese origen. Algunos pintan un escenario en que tropas serbias persiguen en caliente a
albaneses en territorio de Macedonia y se encuentran de frente con tropas de este país que hacen fuego.
Bulgaria
La economía búlgara es una de las más afectadas por las sanciones contra la actual Yugoslavia, y por eso
el destino de ésta tiene mucho que ver con sus propios intereses. Bulgaria es una de las potencias de la
región, tiene afinidades culturales y étnicas con los serbios y por lo tanto una situación de guerra
internacionalizada no podría pasar sin que Bulgaria interviniera de alguna forma.
Turquía
Turquía tiene intereses raizales en la región pues cuando conformaba el Imperio Otomano, desde 1389 hasta
bien entrado el siglo XX, dominó la mayor parte de la actual Yugoslavia y sembró allí la religión islámica. Por
eso el destino de los kosovares albaneses, que son musulmanes, preocupa a una opinión pública muy
sensibilizada en el tema religioso. Pero las aspiraciones nacionalistas de los kurdos en su territorio hace que
Turquía deba actuar con pies de plomo en este tema. Grecia Para Grecia, miembro de la Comunidad
Europea, cualquier tema que interese a su viejo contendor, Turquía, tiene interés para su seguridad nacional. El
respaldo turco hacia los kosovares y la identidad religiosa con los serbios hace pensar en una Grecia
inclinada a favorecer a éstos. Para Grecia sería muy grave un flujo incontenible de refugiados en caso de
guerra generalizada.