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NADA NUEVO BAJO EL SOL

La primera reunión mundial contra el SIDA solo sirvió para revelar aspectos políticos del problema.

29 de febrero de 1988

Como acto social, el triunfo fue indiscutible. Hacía rato que el peligro de una enfermedad no reunia bajo el mismo techo a tanta gente de tantos lugares del mundo. Según las cuentas, fueron 114 los ministros de salud y 600 los delegados de 146 países (equivalentes al 95% de la población mundial) los que se reunieron la semana pasada en Londres para conversar sobre el tema de moda: el SIDA.
Bajo el auspicio de la Organización Mundia] de la Salud y el gobierno británico, los asistentes a la reunión acabaron firmando un comunicado en el cual se afirma que el virus: "constituye una seria amenaza contra la humanidad". Para llegar a semejante conclusión probablemente no habría sido necesario tanto dinero ni tanto despliegue de publicidad pero, por lo visto, el SIDA está contagiando también a la burocracia internacional.
Claro que era difícil quede la reunión de Londres saliera otra cosa. A lo largo de 3 días de conferencias que costaron cerca de 900 mil libras esterlinas (unos 450 millones de pesos colombianos), los asistentes se dedicaron a conocer el progreso de la enfermedad en los diferentes países del planeta. El mensaje, como era de esperarse, no fue nada alentador. Según la OMS, actualmente hay 73.747 afectados de SIDA en 129 países aunque el número real podria ser el doble, teniendo en cuenta que no todos los casos se reportan. Las estimaciones sobre el número de portadores del virus hablan de unos 5 a 10 millones de personas, aunque no se sabe cuántas de éstas desarrollarán la enfermedad en el futuro. En opinión de la misma OMS, para 1991 el SIDA matará más gente menor de 34 años en los países desarrollados, que las cuatro principales causas de muerte actuales reunidas: accidentes de tránsito, suicidios, enfermedades del corazón y cáncer. En opinión de los especialistas, el único remedio preventivo que existe ahora es el de hacer conocer a los cuatró vientos en qué consiste y cómo se puede evitar la adquisición del virus. Sin vacuna a la vista, la responsabilidad le corresponde ahora a la propaganda.
Fue quizás ese el motivo por el cual la cita en la capital británica se lanzó con bombos y platillos. El discurso inaugural fue pronunciado por la princesa Ana de Inglaterra, quien de mostró que el virus preocupa también a las personas de sangre azul. A pesar de sus esfuerzos por ayudar a la causa, la princesa, no obstante, fue víctima de críticas debido a que sostuvo que: "la verdadera tragedia es la de las víctimas inocentes, la gente que ha sido infectada sin saberlo, quizás como resultado de una transfusión". Y continuó: "quizás lo peor de todo son esos niños infectados en el seno materno, que nacen con el virus".
Esa división entre inocentes y, por ende, culpables, le pareció antipática a los que sostienen que todas las víctimas del SIDA deben ser ayudadas por igual. Para evitar cualquier problema, el sub secretario de salud del gobierno británico, se apresuró a aclarar que la administración inglesa no suscribe ninguna discriminación contra las víctimas del virus.
Pero aparte de ese "malentendido", la cita en Londres fue interesante porque permitió ver lo que se piensa del virus en diferentes regiones del mundo. En contraste con el vocabulario alarmista de norteamericanos y europeos occidentales, el mundo comunista dejó en claro que ellos se consideran en un renglón aparte. El delegado de China, el país más poblado del planeta, sostuvo que "solamente tenemos 3 casos de SIDA aparecidos en extranjeros". El soviético agregó que "estamos en Londres, no porque el SIDA nos preocupe, sino a nombre de la solidaridad internacional ".
Esas curiosas declaraciones de inocencia, no alcanzaron, sin embargo, a opacar el mensaje salido de la reunión, en el sentido de que se requiere un frente común para luchar contra la que aparece como la enfermedad más amenazante hoy en día. Adicionalmente, se volvió a poner sobre el tapete la necesidad de un buen espíritu de cooperación.
Es quiza con esa intención que la OMS va a continuar con las conferencias. A la de la semana pasada en Londres, le debe seguir otra en el mismo sitio, programada para la primera semana de marzo. De hecho, la organización internacional ha apropiado 66 millones de dólares para luchar contra el SIDA en 1988. A pesar de que para algunos lo bueno sería que ese dinero se invirtiera en investigación y no en conferencias, para la OMS la difusión de información sobre el peligro es igualmente importante. Tal como sostuviera su director, Halfdan Malher: "el temor y la ignorancia es el origen de las tragedias personales, familiares y sociales que provocan la discriminación de los enfermos de SIDA".