Home

Mundo

Artículo

NADIE SALVA A EL SALVADOR

Nada parece detener el holocausto del pueblo salvadoreño.

1 de enero de 1990

Cuando el presidente Alfredo Cristiani anunció a la prensa internacional que rompería relaciones diplomáticas con Nicaragua, el estruendo de los disparos se alcanzaba a escuchar, como testimonio de los violentos combates que a esa hora se presentaban en las faldas del volcán que domina la capital de El Salvador. A medida que pasan los días, cada vez es mas difícil ocultar en El Salvador lo inocultable: que la guerra civil, lejos de estar cerca de su culminación, parece enquistada en un punto muerto en el que ninguno de los dos bandos demuestra la capacidad o la disposición para vencer al contrario.

Pero el episodio que motivo la rueda de prensa de Cristiani el 25 de noviembre podría resultar a la larga clave para el desarrollo futuro de los enfrentamientos. Cristiani reunió a los periodistas ese domingo para denunciar la llegada al país del tipo de armas que cambio el destino de la guerra civil afgana y que, en suma, saco a los soviéticos de Afganistan.
Se trata de los misiles tierra-aire S-A7, originados en el bloque soviético y "Red Eye", de fabricación norteamericana, que son operados por un solo combatiente y tienen capacidad suficiente para dar cuenta de los aviones y helicópteros que constituyen la mayor ventaja del ejército salvadoreño sobre el FMLN.

Veinticuatro de esas armas, capturadas a bordo de una avioneta Cessna que se había estrellado el día anterior cerca de la ciudad de Usulutlan, motivaron la suspensión de relaciones con Nicaragua. Segun el gobierno salvadoreño, los documentos recuperados de escombros de la aeronave demuestran que esta pertenecía a una compañía nicaraguense de aviación denominada SETA y que los mapas aeronáuticos indicaban que el avion había despegado de una pista en Montelimar, una antigua finca de la familia Somoza en la Costa Pacífica de Nicaragua. "Estamos convencidos de que Daniel Ortega esta tratando de poner una columna de humo para ocultar sus problemas internos", dijo Cristiani mientras acusaba al gobierno sandinista, que aquel preside, de intervenir en los asuntos internos de El Salvador y anunciaba la convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos para que ambos organismos estudiarán sus denuncias.
La respuesta de Ortega, quien dijo sentirse orgulloso "como nicaraguense de que un gobierno asesino" rompiera relaciones con su país, no logro convencer a nadie de que su gobierno no estuviere implicado en el asunto, y por el contrario, dejó implícita la idea de que, si se trata de un "gobierno asesino", cualquier cosa que se haga contra el esta bien hecha.

Y si en el combate las cosas empeoraban, al comienzo de la semana comenzó a hablarse de un recrudecimiento de la represión de las fuerzas gubernamentales contra sectores religiosos y contra organizaciones internacionales de ayuda, en momentos en que la oposición expresaba sus preocupaciones por la nueva legislación penal adoptada por la Asamblea Legislativa y que consiste, segun Cristiani, en una serie de "medidas antiterroristas" que, por ejemplo, convierten en delito castigable con largas penas de prision el solo hecho de poseer o distribuir información "que subvierta el orden público" (una censura total a la prensa), así como cualquier actividad de protesta, aunque sea pacífica. Geraldo LeChevalier, dirigente de la Democracia Cristiana, comparo las medias con las de Somoza en Nicaragua, Franco en España y Pinochet en Chile.

Al mismo tiempo, la organización neoyorquina de derechos humanos "Americas Watch" publicó un informe en el que acusa a las fuerzas armadas salvadoreñas de "abusos indescriptibles" cometidos contra los civiles en combate, afirma que el presidente Cristiani carece del poder suficiente para controlarlos y señala al gobierno norteamericano como encubridor, a los ojos del mundo, de esas circunstancias. "La ofensiva urbana de noviembre de 1989 ha puesto a la administración del presidente George Bush en la extraña posición de defender lo indefensable", dice el informe, que dedica también un espacio importante, aunque menor, a denunciar a las fuerzas guerrilleras por sus propios atropellos, y principalmente por "usar civiles como escudo". El documento de 84 paginas acusa al ejército de ataques indiscriminados sobre areas densamente pobladas por el solo indicio de que allí podrían encontrar se guerrilleros y critica el doble estandar moral pues, por el contrario, el ejercito tuvo cuidado para minimizar las victimas civiles en el vecindario de ricos y se abstuvo de los ataques aereos contra las viviendas del lugar. Como si lo anterior fuera poco, "Americas Watch" señala "evidencia circunstancial" que hace "virtualmente cierto" que el asesinato de seis jesuitas en San Salvador fue perpetrado por las Fuerzas Armadas o al menos con su complicidad. Una afirmación que, al final de la semana, fue corroborada por Lucía Barrera de Cerna, una aseadora que fue testigo de la masacre y que se encuentra bajo protección especial en Miami.

Sea como fuere, lo cierto es que la escalada de violencia en El Salvador no parece tener fin. El martes 28 fue asesinado en las calles de San Salvador Francisco Guerrero, ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, prominente figura derechista y terrateniente de 64 años de edad. Guerrero, conocido entre sus amigos como "Chachi", era el presidente del organismo judicial cuando se presentó el asesinato de monseñor Oscar Arnulfo Romero en 1980 y fue el responsable de una crucial decisión que bloqueó las pesquisas.

Muchos apuntaron al hecho de que el envío de armas de Nicaragua, que parece demostrado con el accidente del sábado, podría convertirse en uno de los temas principales de la cumbre de Malta entre el presidente norteamericano George Bush y el soviético Mijail Gorbachov. Sectores conservadores de Estados Unidos señalan que Bush debería reclamar a Gorbachov por patrocinar ese tráfico o por no ejercer su influencia para terminarlo.
Otros afirman que el presidente Bush debería cambiar su postura ante el gobierno de Cristiani, pues los hechos han demostrado que el que un gobierno sea elegido en las urnas no lo convierte automáticamente en el bueno de la película. Pero en lo que todos parecen estar de acuerdo es en que, despojados de sus ropajes geopolíticos, los líderres deberían buscar una fórmula de entendimiento que permitiera una salida al conflicto, que promete inflamarse aun más con la introducción de los misiles personales antiaéreos.

Entre tanto, hay otras víctimas de los ultimos episodios, aparte de los civiles muertos. Una de ellas es el acuerdo de paz para Centroamérica, que parece desfallecer en todos los campos, y la otra es la posición diplomática del gobierno sandinista de Nicaragua, que podría perder la oportunidad de hacer un gran despliegue sobre su problema con los "contras" en la cumbre de presidentes convocada por Ortega en Managua para el próximo 7 de diciembre. El encuentro podría cancelarse ante la negativa salvadoreña a asistir a Managua.

Por eso, no faltan quienes afirman que en Centroamerica la unica vencedora es la muerte. Testimonio de ello son los hombres, mujeres y niños que mueren día a día en guerras que, la mayoría de las veces, no son las suyas. -