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El presidente Obama defendió por "necesaria" la agenda de reformas que logró aprobar en estos últimos meses.

ELECCIONES EE.UU

Obama entiende "frustración" popular

El presidente Barack Obama ofreció su primera evaluación sobre el resultado de las elecciones de mitad de período realizadas este martes, en las que el Partido Republicano ganó la mayoría de la Cámara de Representantes y redujo la que tiene aún el Partido Demócrata en el Senado.

Alianza BBC
3 de noviembre de 2010

Con tono más serio y ceño más fruncido de lo normal, un Obama notablemente abatido, dijo reconocer la "frustración" de los votantes con la débil recuperación de la económia y del nivel de empleos y afirmó que su gobierno no ha logrado "cambiar la manera de hacer las cosas en Washington".

"La gran frustración que expresaron los votantes era sobre el hecho de que no hemos podido hacer suficiente progreso en la economía", dijo Obama, quien reconoció que pese a la estabilización económica, "la gente no lo está sintiendo".

El presidente estadounidense planteó la necesidad de que ambos partidos vayan más allá de los cálculos políticos y busquen áreas de consenso para adoptar políticas que beneficien a la población en general.

Una paliza

Cerca del final de la rueda de prensa el mandatario reconoció que había sido una "paliza" la que les había propinado el partido republicano con el resultado electoral.

"Se siente mal", reconoció el mandatario cuando a mitad de la conferencia un periodista la preguntó qué sentía en lo personal por la derrota demócrata y el hecho de que algunos "valiosos funcionarios" no vayan a seguir trabajando para el público.

"Es duro. Y yo asumo la responsabilidad por eso de varias maneras", dijo y añadió que está dispuesto a llegar a acuerdos con la nueva mayoría para avanzar en áreas básicas como impuestos, creación de empleos o energías limpias.

Pese al revés sufrido, el presidente Obama defendió por "necesaria" la ambiciosa agenda de reformas que logró aprobar en estos últimos meses y lamentó que el público no haya "entendido" en su totalidad.

"Creo que otra cosa que pasó es que cuando gané la elección en 2008, una de las razones por las que creo que la gente estaba entusiasmada era por la posibilidad de que cambiaríamos la manera de hacer las cosas en Washington."

Pero el mandatario reconoció que su gestión estaba "con tal apuro para hacer las cosas, que no cambiamos" y aceptó que "eso frustró a la población".

Revertir avances

eclaraciones presidenciales, John Boehner- quien podría convertirse en presidente de la Cámara de Representantes- definió en una rueda de prensa su objetivo de "reducir" el alcance y las competencias del gobierno, en lo que parece ser una diferencia de filosofía política difícil de superar.

Bohner afirmó que una de las metas será revertir lo que llamó "monstruosidades" como la polémica reforma de las leyes del sector de salud, que los demócratas aprobaron a principios de año usando sólo su mayoría.

"Esperamos que él (Obama) esté dispuesto a trabajar con nosotros en esas prioridades. Como he dicho, nuestra nueva mayoría será la voz del pueblo estadounidense que se expresó tan claramente ayer" afirmó Boehner.

Pese a que ese fue el caballo de batalla de muchos candidatos republicanos durante la campaña, el presidente Obama dijo confiar en que la reforma se mantendrá, aunque aceptó que se podrían hacer ajustes, si la oposición tiene ideas para mejorarla.

Respaldo relativo

Sidney Blumenthal, asesor del presidente Bill Clinton, considera que la clave de cualquier futura negociación con el Partido Republicano vendrá definida por el tono que asuma ahora la oposición

"¿Van a contenerse o van a dejarse llevar por los más radicales (del llamado Tea Party) para tratar de ponerle ultimatums al presidente Obama?", se preguntó Blumenthal en diálogo con la BBC.

Blumenthal asegura que el triunfo opositor no significa que "la población quiera un regreso a las políticas republicanas", porque aunque "los republicanos parecen estar en una formidable posición, pero sin embargo están en una posición más débil de la que estaban cuando ganaron el Congreso en 1994".

Por cierto que los republicanos habrían mejorado su desempeño de 1994, cuando su "revolución conservadora" logró una ventaja de 54 votos en la Cámara de Representantes.

Esta vez, los resultados aún parciales muestran un avance de al menos 60 asientos en la cámara baja. Quedan dos docenas de circuitos por definir, y se estima que la oposición podría obtener unos 5 puestos más, lo que les daría una cómoda mayoría.

En el Senado, los demócratas conservaron una mayoría que, aunque reducida, les permitirá moderar las iniciativas legales republicanas.