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Barack Obamareconoció al final del encuentro realizado el fin de semana en Puerto España, que las mejoras en las relaciones entre su país y América Latina deben verificarse "no sólo en las palabras sino también en los hechos". | Foto: AP

CUMBRE DE LAS AMÉRICAS

Obama la estrella, Cuba el tema

La reunión de Trinidad y Tobago cerró el estreno diplomático del nuevo gobierno estadounidense y significó la primera prueba de lo que ya ciertos comentaristas empiezan a llamar la Doctrina Obama en política exterior.

Alianza BBC
Carlos Chirinos Vásquez, enviado especial a Trinidad y Tobago
20 de abril de 2009

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, vino a Trinidad y Tobago, vió a sus colegas del hemisferio por primera vez, y aparentemente convenció a la audiencia de que su país quiere superar las taras del pasado para vincularse con la región.

En cambio de Cuba no vino nadie pero también tuvo una victoria política, porque contó con varios embajadores de alto nivel en los diferentes presidentes latinoamericanos que plantearon a EE.UU. la necesidad de cambiar su política hacia la isla.

No hacía falta insistir mucho aparentemente porque en Washington hay una creciente convicción de que esa política debe ser cambiada, aunque eso no signifique necesariamente que dejen de hacerle críticas al sistema vigente en Cuba, o que el embargo va a ser desmontado en el futuro inmediato.

Pero el propio Obama reconoció en su rueda de prensa al final del encuentro realizado el fin de semana en Puerto España, que las mejoras en las relaciones entre su país y América Latina deben verificarse "no sólo en las palabras sino también en los hechos".

Algunos consideran que del lado de Washington esos "hechos" pasan necesariamente por un terminar el bloqueo económico contra Cuba que fue establecido en 1962, durante el pico de la Guerra Fría entre EE.UU. y la desaparecida Unión Soviética.

Honduras en el horizonte

Para quienes piensan que se podría ir estableciendo un cronograma para esos pasos concretos hay ya fecha y lugar en el horizonte: junio en San Pedro Sula, Honduras, cuando se realizará la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, OEA.

Insulza aseguró que la OEA debatirá la derogación de la resolución que dejó en suspenso la membresía de Cuba.

El propio secretario general de la OEA, José Miguél Insulza, aseguró en Trinidad que la organización debatirá la derogación de la resolución que dejó en suspenso la membresía de Cuba dentro del organismo, aunque aclaró que dependerá de La Habana si quiere regresar al foro.

Apenas la semana pasada el gobierno cubano insitió en que "no le interesa" reincorporarse al organismo, aunque esa posición podría variar, ahora que los intercambios retóricos entre EE.UU. y algunos países latinoamericanos han cambiado de tono.

Sin embargo, es bueno recordar que las variaciones en la forma no implican que el fondo se haya alterado.

"Salimos de la Cumbre todavía con diferencias sobre cómo se debe tratar el tema de Cuba, pero siempre y cuando estemos dispuestos a escuchar y tomar en cuenta la opinión de otros" dijo a BBC Mundo, Dan Restrepo, principal asesor del presidente Obama para temas de América Latina.

Los pasos de aproximación hacia "lo concreto" podrían ser menos afables que los intercambios amistosos que se vieron en Puerto España, ya que entre Washington y La Habana hay una desconfianza añeja.

Además, como dijo Restrepo, "tener esa discusión no implica necesariamente adoptar el punto de vista de otros", lo que refuerza las palabras del presidente Obama quien recuerda frecuentemente que aunque las cosas deben cambiar "no lo harán de la noche a la mañana".

Cuba asunto doméstico

Entre otras razones porque el bloqueo es una ley de EE.UU. que para ser cambiada exige un debate -que se puede avizorar tenso- en el Congreso, donde saldrán a relucir desde viejos fantasmas de la Guerra Fría hasta rencores y temores del exilio cubano en Florida o Nueva Jersey.

Son precisamente estas comunidades, y la importancia de sus representantes en el Congreso estadounidense, lo que hace que el tema de Cuba sea también un asunto de política doméstica, a veces por encima de las consideraciones de política exterior.

En todas sus comunicaciones, la delegación estadounidense ha resaltado que el recién terminado encuentro en Trinidad fue de "líderes democráticamente elegidos"
Algunos han vaticinado que Cuba podría estar presente en la próxima Cumbre de las Américas, aunque contra ese optimismo podrían estar trabajando las palabras que usa el Departamento de Estado.

En todas sus comunicaciones, la delegación estadounidense ha resaltado que el recién terminado encuentro en Trinidad fue de "líderes democráticamente elegidos", una condición que definitivamente no extiende la Casa Blanca al sistema que rige en Cuba.
Aunque Restrepo aseguró a BBC Mundo que el presidente Obama "no quiere perder el tiempo en discusiones ideológicas" allí se abre un debate de conceptos políticos sobre qué puede considerarse una democracia.

Como apuntó durante la Cumbre el presidente ecuatoriano Rafael Correa "hay malos entendidos" sobre la naturaleza del régimen cubano. Muchos recuerdan que "en Cuba hay elecciones".

Pero como sólo participa el Partido Comunista, muchos se preguntan por cuánta diversidad ofrece el sistema. Y en la diversidad, dicen, está la democracia.

¿Doctrina Obama?
La reunión de Trinidad cerró el estreno diplomático del nuevo gobierno estadounidense y significó la primera prueba de lo que ya ciertos comentaristas empiezan a llamar la Doctrina Obama en política exterior.

Chávez dijo que la cumbre creó un nuevo clima en el continente.

Antes de visitar México y asistir a la Cumbre de las Américas, Obama estuvo en Europa, participando el reunión del G-20 realizada en Londres, en una cumbre con sus colegas del Tratado del Atlántico Norte y visitando Turquía, cumpliendo la promesa electoral de visitar un país musulmán en sus primeros días de gobierno.

Dada la buena acogida que en general tuvo el debut de Obama en los escenarios internacionales con este tour inaugural, muchos ponderan las diferencias con el gobierno anterior que está mostrando la llamada "nueva diplomacia" estadounidense.
Obama rechaza bautizarla como doctrina pero define su base en el reconocimiento de que aunque "EE.UU. es el país más poderoso y más próspero de la tierra es sólo una nación" y por tanto no puede resolver los problemas mundiales sin escuchar la opinión de los demás.

Eso que es bien recibido en el exterior quizá no complazca a cierto público estadounidense que considera "naive" la política del mandatario.

"Si la pregunta es ¿cómo funciona esto políticamente?, la respuesta es: no lo sé. No me preocupa lo político. Trato de pensar lo que es importante para los intereses estadounidenses y creo que en esto estoy en lo correcto" confesó Obama en la rueda de prensa en Trinidad.