OTRA VEZ RANGEL

Con la proclamación de José Vicente Rangel como candidato de "Nueva Alternativa" se esfuman las posibilidades de que la izquierda concurra unificada a las elecciones presidenciales.

27 de diciembre de 1982

Por tercera vez consecutiva, el diputado independiente de izquierda José Vicente Rangel aspirará a la Presidencia de Venezuela, al ser proclamado el 25 de noviembre candidato de la coalición "Nueva Alternativa", en un acto cuyos organizadores estiman que congregó en Caracas a 40 mil personas.
Considerado como uno de los políticos de mayor prestigio de la izquierda venezolana, Rangel, de 53 años, declaró que su programa de gobierno promoverá la nacionalización de la banca, erradicará los monopolios, impulsará la reforma agraria y desarrollará la socialización progresiva de la medicina.
"Un programa socialista y popular" sintetizó el candidato, contraponiéndolo al sólido bipartidismo democristiano -socialdemócrata que se alterna en el gobierno de ese país desde la instauración del régimen democrático en 1958.
Abogado y periodista, Rangel comenzó a militar hace cuatro décadas en el movimiento estudiantil. Durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1948-58) fue detenido y expulsado del país, viviendo exiliado en Chile y España.
A su regreso a Venezuela fue elegido diputado por la Unión Republicana Democrática (URD), de la cual se separó en 1964 por considerar que había abandonado sus banderas progresistas y se inclinaba hacia la derecha.
Después de sucesivos intentos por aglutinar a una izquierda dividida y dispersa --tras la derrota de la guerrilla en la década del 70-- Rangel fue candidato presidencial del Movimiento Al Socialismo (MAS) en las elecciones de 1973 y 1978.
Desprendimiento del Partido Comunista de Venezuela (PCV), el MAS se convirtió en la primera opción de izquierda y la tercera fuerza del país. La candidatura de Rangel obtuvo el 5.14% de los votos en las elecciones de 1978. Debido a divergencias ideológicas, Rangel se separó del MAS en 1981 y fundó el movimiento "Nueva Alternativa", que procura rescatar las banderas socialistas dentro de la izquierda.
Paralelamente, se inició un complejo proceso de discusión entre las fuerzas de izquierda a fin de elegir un candidato único para las elecciones presidenciales de diciembre de 1983. Fracasadas las negociaciones, en parte por la intransigencia del MAS, que proclamó candidato presidencial a Teodoro Petkoff, se produjo un reagrupamiento en la izquierda en torno a la figura de Rangel.
La coalición que promueve su candidatura está integrada por ocho organizaciones de diversa extracción ideológica, que va desde el reformismo, con el Partido Comunista, hasta los sectores radicalizados de la Tendencia Revolucionaria, además de los movimientos Electoral del Pueblo y de Izquierda Revolucionaria (MIR), que en las últimas elecciones concurrieron con candidaturas propias.
El jefe de campaña de Rangel, el diputado socialista Jesús Paz Gatágarra, señaló que "nuestra alianza no es secreta, pero tampoco es una bolsa de gatos. Están excluidos los privilegiados y los opresores".
A diferencia de los partidos Socialdemócrata, Democristiano y el MAS, que realizaron sus actos de proclamación en un anfiteatro cerrado, denominado "El Poliedro", Nueva Alternativa se propuso "conquistar la calle" en una multitudinaria concentración que definieron como un desafío y un reto.
Con la consigna, "El pueblo no cabe en El Poliedro" --un sitio con capacidad para 20 mil personas- Rangel congregó casi el doble de los movilizados por sus oponentes.
El mensaje de la campaña electoral se dirige prioritariamente a las clases de menores ingresos, los desocupados, grupos marginales y a los trabajadores, en un esfuerzo por convertir a "Nueva Atternativa" en el polo de atracción de los sectores más pobres de la sociedad venezolana.
PRESIONES PARA DEVALUAR EL BOLIVAR
Venezuela es el único país latinoamericano que mantiene una moneda estable y fuerte desde la década de los sesenta. Sin embargo, un clima de incertidumbre surge ahora en los medios económicos del país ante las presiones que estarían ejerciendo algunos bancos extranjeros para devaluar el bolívar, la moneda nacional.
El director del Banco Central de Venezuela (BCV) aplazó el 16 de noviembre una decisión sobre eventuales sanciones que aplicarían a la banca extranjera en caso de considerarse que estuvieran lesionando los intereses del país. A pesar de ese compás de espera, persiste la sospecha de que algunos bancos alientan la salida de divisas para afectar las reservas internacionales y provocar la devaluación del bolívar, que mantiene una paridad de 4.30 por dólar desde hace más de 20 años.
Para despejar la inquietud, el presidente Luis Herrera Campins se refirió tres veces al tema en los últimos días, reiterando que el gobierno "actúa con paso firme y mano dura"
Para fortalecer las reservas,que cayeron en septiembre a 4.300 millones de dólares, Venezuela revaluó sus stocks de oro y concentró en el BCV los fondos en divisas que mantenían en el exterior los entes públicos, incluido el holding esta tal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Ambas medidas, adoptadas el 27 de septiembre, permitieron elevar el nivel de las reservas internacionales a 10.369 millones de dólares en la semana que culminó el 2 de noviembre.
No obstante, persiste la fuga de divisas, que se situó en 106 millones de dólares, cifra menor al promedio de septiembre --225 millones--, pero igualmente preocupante si se considera que Venezuela mantiene altas tasas de interés (1 7%) para evitar la salida de capitales.
De esas elevadas sumas, se desconoce el destino de unos 15 millones de dólares diarios que algunos expertos económicos atribuyen a las maniobras de la banca extranjera para presionar la devaluación del bolívar. Según versiones, algunos ofrecen un mayor rendimiento en los depósitos si se hacen en dólares y en sus filiales del extranjero, particularmente de la región caribeña.
Otro procedimiento consistiría en ofrecer garantías de cambio a término (SWAP), comprometiéndose a que al vencimiento del plazo los depositantes cobrarán los dólares al tipo de cambio actual.
Informes económicos privados difundidos por el matutino "El Universal ", revelan que por concepto de estas operaciones habrían salido del país unos 4.000 millones de dólares.
Independientemente de las cifras crece la impresión de que las operaciones de la banca extranjera responden a una campaña orquestada para desacreditar la solidez financiera del país, según denunció ayer el presidente de la Central Hipotecaria de Venezuela, Marcos Gutiérrez Ruiz.
La denuncia de Gutiérrez Ruiz se suma a las hechas por diputados de izquierda contra los bancos norteamericanos Chase Manhattan y Citibank por las presiones --publicitarias y operativas-- que estarían ejerciendo a favor de una devaluación.