Home

Mundo

Artículo

A partir de cero

Se espera en Perú una segunda vuelta de infarto entre Alejandro Toledo y el sorprendente Alan García.

14 de mayo de 2001

Lo que muy pocos creian posible se materializó en las elecciones del domingo 8 en Perú. Al mejor estilo de los purasangre ingleses, de atrás para adelante, Alan García le arrebató el segundo lugar a Lourdes Flores y quedó en posición de disputarle la segunda vuelta al amplio puntero, el ‘Cholo’ Alejandro Toledo.cual significa que, si bien éste mantiene las mejores posibilidades, cualquiera de los dos podrá ser el próximo presidente del Perú.

Eso resulta tanto más sorprendente si se tiene en cuenta que en enero, cuando el ex presidente García anunció su regreso al país tras ocho años de exilio en Colombia, su aspiración resultaba poco más que una idea lunática. Pero su ascenso resultó vertiginoso. “Si en 60 días he pasado de un 3 por ciento en intención de voto a un 25 por ciento, ¿por qué no iba a seguir esta línea?, se preguntó al celebrar su éxito del domingo.

Esa misma pregunta se están haciendo miles de peruanos y decenas de analistas que tratan de entender qué hizo que ese hombre, acusado de haber sido “el peor presidente de la historia del Perú”, consiguiera en sólo tres meses el milagro de convertirse en una alternativa realista de poder.

La primera explicación es que la misma improbabilidad de su candidatura hizo que Flores y Toledo se olvidaran del formidable contendor que tenían enfrente. Los resultados del domingo demostraron que un hombre como García, dotado de un extraordinario carisma y unas dotes de orador que le han ganado el remoquete de “encantador de serpientes”, no podía ser menospreciado. Con su olfato político, el ex presidente entendió que en una campaña caracterizada en la punta de la tabla por los agravios personales entre Toledo y Flores lo mejor que podía hacer era abstenerse de entrar en ese tipo de controversias y cosechar los frutos. De ahí que los votos que Toledo y Flores iban perdiendo en su intercambio de insultos eran recogidos por un García que, agazapado en su lejano tercer lugar, era el único que proyectaba una campaña hacia el futuro.

Otra hipótesis sostiene que García supo también aprovechar a su favor la persecución que durante varios años le montó el presidente Alberto Fujimori, pues mientras éste cayó en medio del mayor escándalo de corrupción de la historia del país García era liberado de cargos por la Corte Suprema. Al llegar a su patria el ex mandatario proyectó una imagen de víctima de las manipulaciones judiciales de la dictadura fujimorista y de héroe de la democracia.

Tras 10 años de desprestigio, en los que los medios oficialistas le endilgaban la responsabilidad por todos los males del país, García produjo una ola de simpatía cuando los electores jóvenes, que no tenían referencias directas suyas, descubrieron que su imagen no era la del monstruo que les habían pintado desde el colegio. Y las acusaciones de corrupción, aparte de quedar minimizadas por las recientes de Fujimori, resultaban lejanas en el tiempo. Como dijo a SEMANA un analista, los votantes adoptaron un grafito que apareció en una calle de Lima, según el cual “más vale un ladrón conocido que uno por conocer”.

Esa misma razón hizo que muchos votantes escondieran por vergüenza su intención de voto por García. Como dijo a SEMANA el analista Angel Páez, “hasta la semana anterior a las elecciones había 20 por ciento de indecisos, una cifra histórica que jamás se había presentado en el Perú. Como lo único que resultó muy sorprendente en los resultados fue la votación por García, la deducción es que de los indecisos, la mayoría de ellos votaron por éste”.

Por otra parte, en una campaña caracterizada por la ausencia de ideas y propuestas, en el único debate que se dio, que enfrentó a García con Lourdes Flores, ésta se dedicó a atacar a su gobierno mientras aquél, con su facilidad verbal, fue desactivando una a una las acusaciones y proyectando la imagen de alguien más preocupado por el futuro que por el pasado. En opinión de la mayoría de los observadores, al despedazar a Lourdes, García se convirtió en verdadera alternativa.

A pesar de todo la mayor opción sigue estando del lado del ‘Cholo’ Toledo. En el papel tiene a su favor los votos de Lourdes Flores, Fernando Olivera, quien fue uno de los grandes perseguidores de García desde el Congreso, y los de Carlos Boloña, todo lo cual sumado le daría probablemente más de 60 por ciento del total.

Sin embargo tres factores obran en su contra. El primero es que, mientras García viene en ascenso, los dos últimos meses de Toledo fueron en franca barrena. La razón es que el candidato de ‘Perú Posible’ no supo contrarrestar las acusaciones que hicieron sobre él Jaime Bayly y la revista Caretas cuando revelaron que tiene una hija de 13 años por fuera del matrimonio y que en 1998 una misteriosa desaparición suya no fue un secuestro de los secuaces del régimen sino una juerga interminable, cocaína incluida. Toledo confirmó las acusaciones de sus detractores en el sentido de que es incapaz de manejar situaciones críticas cuando, en vez de afrontar las acusaciones, resolvió atacar a los periodistas y acusarlos de cómplices de Fujimori. Por eso muchos electores de los candidatos derrotados, que en condiciones normales votarían contra García, podrían inclinarse a no hacerlo.

El segundo factor contra Toledo podría ser que éste insistió en proyectarse como el líder de la lucha antifujimori y no se preocupó en presentar la imagen de estadista que requiere alguien a punto de convertirse en presidente de su país. En otras palabras, el discurso pugnaz y explosivo de la primera vuelta podría no servirle ahora que la dictadura es una historia del pasado y va a tener en frente a alguien que, para bien o para mal, tiene experiencia e imagen de estadista.

Y el tercero es que Toledo se va a enfrentar al Apra, única agrupación política que se mantuvo viva en los años del fujimorismo, que es una maquinaria partidista con más de 70 años de historia en los que ha demostrado tener una capacidad para regenerarse impresionante.

Nada de eso asegura que el economista Toledo, el ‘Cholo’, que se presenta como un “rebelde con causa”, no logre ganar la presidencia del Perú en las próximas semanas. Pero es un hecho que con Lourdes Flores las cosas hubieran sido mucho más fáciles. Ahora, enfrentado con Alan García, el comienzo es desde cero.