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PAZ PARA EL ULSTER

Grandes expectativas de paz ante el cese al fuego decretado por el Ejército Republicano Irlandés.

3 de octubre de 1994

MIENTRAS LA NOTICIA LE daba la vuelta al mundo, una alegría moderada recorría este fin de semana las calles de Londonderry y Belfast, las principales ciudades de Irlanda del Norte. El Ejército Republicano Irlandés (IRA) acababa de anunciar que a partir de la medianoche del 31 de agosto, iniciaría un cese al fuego. Se abrían así esperanzas para terminar la virtual guerra civil que ha puesto a Irlanda del norte (también llamada el Ulster) entre las regiones más violentas del mundo.

La historia se remonta a la colonización de la isla de Irlanda por los ingleses en el siglo XVII. Como los habitantes eran católicos, los ingleses decidieron imponer en los principales cargos a los protestantes provenientes de Escocia y Gales. Esas y otras medidas llevaron a la creación de un proletariado católico manejado por una minoría protestante.

A comienzos del siglo los irlandeses decidieron rebelarse y fundaron el movimiento político Sinn Fein, 'Nosotros Solos', el cual proclamaba su autonomía. Tras una cruenta lucha, en 1920 se firmó el Acta del Gobierno de Irlanda, por la cual 17 condados del sur obtuvieron su autonomía, el Home Rule. Eso llevaría en 1949 a la formación de la República de Irlanda. Pero los seis condados del Ulster -donde al contrario del resto del país, los protestantes eran las dos terceras partes de la población- siguieron bajo la égida británica.

Desde hace 25 años las agresiones entre la decreciente mayoría protestante probritánica y los católicos (que ya son el 44 por ciento de la población) llegaron a tal punto, que el gobierno británico decidió enviar tropas para preservar el orden. Eso enfureció a los católicos, y desde esta época los atentados suman más de 3.000 muertos y casi 40.000 heridos de ambos bandos.
A pesar de la alegría por el anuncio, hay escepticismo. Muchos católicos creen que así el IRA intente quedarse quieto, es muy probable que paramilitares protestantes como los Luchadores por la Libertad del Ulster (UFF) o la Fuerza de Voluntarios del Ulster (UVF) lancen sangrientos ataques para provocar la reacción de sus adversarios. Los protestantes tienen una posición similar, pues no confían en Gerry Adams, vocero político del IRA, y consideran que su estrategia es crear un ambiente de calma para relajar la vigilancia y así asestar golpes más duros.

Los irlandeses fieles al Reino Unido desconfían de los británicos porque saben que han mantenido reuniones secretas con el IRA. El gobierno irlandés se muestra reservado porque duda que el IRA se quede quieto si llegara a sufrir atentados en su contra. Los ingleses quieren obtener la paz, pero saben que los protestantes del Ulster harán lo imposible para entorpecer los diálogos y mantener a Irlanda del Norte dentro del Reino Unido. Se trata de un verdadero laberinto, del que sólo se saldrá con la buena voluntad que entre esos enemigos nunca ha sido mucha.-