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Pedro Sánchez. | Foto: A.P.

ESPAÑA

La caída de Pedro Sánchez

La escena del jueves, cuando el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se atrincheró en Ferraz, sede central de la colectividad, mientras un grupo de dirigentes del mismo protestaban en la antesala, representó a la perfección la ruptura del Partido Socialista.

3 de octubre de 2016

Los protestantes le exigían abstenerse en la próxima sesión de investidura para permitir al presidente encargado, y candidato del Partido Popular, Mariano Rajoy, asumir en propiedad la jefatura del gobierno y superar el bloqueo institucional que tiene al país sin un gobierno firme desde hace casi un año. Un día antes esos 17 dirigentes renunciaron, lo que según su reglamento interno forzaría a Sánchez a dimitir. Pero este se negó, con la idea de convocar nuevamente unas primarias para ratificar su mandato. Está claro que la mayor parte de los militantes socialistas apoyan al secretario general, mientras el grupo de disidentes no quiere permitirle esta opción. Sánchez está empeñado en quedarse e impedir la reelección de Rajoy, incluso si eso implica convocar a unas terceras elecciones. Y esa obstinación está conduciendo al PSOE al borde del colapso.