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Biden planea reunirse con Santos durante la visita que tendrá lugar a finales de este mes. | Foto: Archivo Semana

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Por qué EE.UU. volvió a mirar hacia América Latina

La revista Time, afirma que EE.UU. quiere fortalecer los lazos comerciales frente a la avalancha china.

16 de mayo de 2013

El pasado 8 de mayo, la Casa Blanca anunció que enviará al vicepresidente Joe Biden a Trinidad y Tobago, Brasil y Colombia. Según el comunicado, Biden se reunirá con altos líderes en cada país con el fin de fortalecer las relaciones, y “promover el crecimiento económico y el desarrollo, el acceso a la energía y fortalecer la colaboración con la seguridad ciudadana”. En otras palabras, según Tim Padgett, periodista de la revista Time, el viaje de Biden a América Latina tiene una explicación meramente económica.

Según el artículo publicado en Time, después de varios años de no mirar hacia la región, Estados Unidos se dejó coger ventaja por China, el gigante asiático: “la administración finalmente descubrió que muchas de las economías en la región son jugadores mundiales fuertes que ahora son útiles para los Estados Unidos como socios, en su apuesta por mantenerse por delante del poder económico y comercial de China”. 

Según el texto, esta visita es importante, no solamente porque abarca tres países que hablan diferentes idiomas, sino también porque después de cuatro años de indiferencia, por fin ese país torna de nuevo sus ojos a la región. La visita acontece después de la visita del presidente Barack Obama a Costa Rica y México. 

El analista indica que por primera vez América Latina puede ver el acercamiento de Estados Unidos de forma pragmática y no paternalista. Según Christopher Sabatini, ex director del Consejo de las Américas de la ciudad de Nueva York, el acercamiento sería el primero que se da no por miedos geopolíticos que deben ser atajados, sino de una mirada realista que asimila que necesita lazos más fuertes con los mercados latinoamericanos.

La incursión del mercado asiático sería lo que alimenta este acercamiento comercial, pues a pesar de que los intercambios entre el país del norte con la región siguen siendo firmes, el mercado chino ha crecido exponencialmente en la región. La cifra más diciente es que entre el año 2000 y el actual, el comercio entre China y Latinoamérica pasó de 10.000 millones de dólares a 200.000 millones de dólares. Esto se traduce en que Estados Unidos puede haber perdido una buena porción del pastel del comercio en la zona a pesar de haber firmado varios Tratados de Libre Comercio con países latinoamericanos.

El artículo finaliza afirmando que Estados Unidos no estaría enfrentando este “síndrome chino” si sencillamente se hubiera interesado más seriamente en la región hace más de una década o incluso hace cuatro años, cuando inició la primera administración de Obama. Sabatini afirma que “sería una de las cosas más interesantes que los Estados unidos han hecho después de la guerra fría”. “Mejor tarde que nunca” puntualiza Padgett.