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POR QUIEN DOBLAN LAS CAMPANAS?

La tragedia de Bosnia-Herzegovina conmueve por fín al mundo entero. Pero parece ser demasiado tarde.

14 de septiembre de 1992

HASTA LA DESINTEGRACION DE YUGOSLAvia, el mundo se había hecho a la idea de que Europa ya había superado la etapa de las guerras. Es por eso tal vez que la guerra civíl de ese país resulta tan impactante, pues en Bosnia-Herzegovina se están escribiendo los últimos capítulos de la barbarie humana. Escenas en las que hombres, mujeres y niños mueren entre el charco de su propia sangre, en medio de los restos de lo que hasta hace pocos meses era una bella y sofisticada ciudad, han proyectado el horror de la conflagración a las pantallas de televisión del mundo entero.
Resulta curioso, sin embargo, que el establecimiento político mundial sólo se pusiera en movimiento después de que se confirmara la existencia de campos de concentració en los que se hacinan miles de personas víctimas de las campañas de "limpieza étnica" esto es, deportación masiva que llevan a cabo sobre todo los serbios contra los bosnios musulmanes.
La semana pasada el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas aprobó la resolución 770, que autoriza el uso de la fuerza militar para asegurar que la ayuda humanitaria llegue efectivamente a las ciudades sitiadas -como Sarajevo-, y a los campos de concentración, y otra, la 771, que condena estos procedimientos y exige el acceso de la Cruz Roja y de los veedores internacionales a esos campos. Pero muchos analistas piensan que las medidas no solamente son tardías, sino que no parecen capaces de detener el holocausto.
De hecho, el Consejo no llegó a decir cuales paises intervendrían ni el alcance de una operación que, por otra parte, tiene unas dificultades logísticas enormes. Expertos como el general norteamericano Barry McCaffrey y el canadiense Lewis MacKenzie (comandante de los Cascos Azules de la ONU destinados a Yugoslavia) estiman que se requerirán entre 60 mil y 400 mil hombres con apoyo aéreo para asegurar al menos la llegada de los suministros. Pero todos están de acuerdo en que eso no garantizaría la paz y que mientras las partes no demuestren disposición al diálogo, cualquier intervencion extranjera podría llevar a la internacionalización del conflicto.
Pero el diálogo es improbable. Desde abril, un mes después de que Bosnia declarara su independencia, los serbios del país (con el apoyo del ejercito de Belgrado) proclamaron su propia república serbia de Bosnia y lanzaron una guerra relampago destinada a ocupar tanto territorio como les fuera posible. Mediante el asesinato y la tortura, esos combatientes comenzaron a "limpiar" las áreas conquistadas de bosnios musulmanes, y a repoblarlas con serbios. Como resultado, se piensa que por lo menos 1,300.000 de aquellos (uno de cada tres habitantes) no podran regresar jamas a sus hogares.
Para enredar aún mas la situación, los croatas y los bosnios -aliados circunstanciales- conforman una pareja dispareja. Las milicias croatas, que tienen el apoyo del gobierno de Zagreb, han tomado las areas de Bosnia dejadas por los serbios y tambien han declarado su propia Bosnia croata. Debido a eso, Izetbegovic es hoy presidente de cuatro ciudades, y escasos territorios, todos ellos bajo asedio serbio.
Con esas premisas se entiende que los bosnios, los beneficiados aparentes por la intervención extranjera, hayan recibido con cautela las resoluciones de la ONU, porque Izetbegovic ha dicho siempre que sólo quiere armas para estar en condiciones de enfrentar a los bien equipados serbios y que la única hipótesis aceptable para el es la reconstitución de su país como estado viable. Pero ni los europeos ni Estados Unidos parecen dispuestos a asumir una operación de ese alcance, de costos humanos, políticos y económicos demasiado altos, en especial por cuanto la región carece de petróleo y de significación geopolítica.
Pero además no garantizaría la paz, pues los observadores de la ONU sostienen que si se alterara la ecuación a favor de los bosnios, se produciría una ola de venganza contra los serbios.
Estos, entre tanto, parecen haber completado el territorio que querian, han pasado a la fase de consolidar su presencia y de ahí la escalada de deportaciones. Sin una intervención masiva de occidente, con un millón de hombres dispuestos a involucrarse en una guerra muy parecida a la de Vietnam (con el ingrediente de un odio mutuo sin paralelo) ese fait accompli obtenido por los serbios no podria revertirse De ahí que, con los bosnios convertidos en los palestinos de los 90, el panorama de la antigua Yugoslavia sólo tiene oscuridad en el horizonte.