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Prueba de fuego

Las elecciones regionales de España mostrarán si los españoles le cobrarán a Aznar su apoyo a la guerra contra Irak.

18 de mayo de 2002

La sombra de la guerra en Irak se cierne sobre las elecciones regionales y municipales del 25 de mayo en España. En la recta final de la campaña el presidente de gobierno, José María Aznar, y su Partido Popular (PP) luchan para que los electores la olviden mientras sus opositores buscan mantener viva la tragedia de la guerra.

Muchos politólogos españoles aseguran que el apoyo de Aznar a Estados Unidos en la guerra de Irak "le pasará factura en votos" al partido de gobierno, que venía criticado desde finales de 2002 por la catástrofe ecológica del Prestige y padeció el rechazo en las mayores manifestaciones contra la guerra registradas en la historia de España.

Con una oleada de más de 1.000 inauguraciones en campaña el Partido Popular está decidido a mostrar resultados para restringir el debate al ámbito local.

Aznar, quien lidera la campaña, no ha cesado de animar a sus candidatos a que se presenten como "los ganadores en la lucha contra el terrorismo" tanto en Irak como en España (con la ilegalización de Batasuna, brazo político de ETA), y sostiene un duro debate contra sus opositores, el Partido Socialista Obrero Español (Psoe) e Izquierda Unida (IU), acusándolos de "comunistas" y de aprovechar la tragedia de las víctimas iraquíes para ganar votos.

Para el PP estas elecciones son clave para asegurar su gobernabilidad regional y decidir el nombre del reemplazo de Aznar, quien no se presentará el próximo año. Su más seguro sucesor, el vicepresidente Rodrigo Rato, aseguró a SEMANA que "pasada la emotividad de la guerra, los electores ejercerán un voto racional el 25 de mayo". Rato piensa que el crecimiento económico es un argumento seguro para ganar.

Desde su caída en 1996, el Psoe no había logrado alcanzar tanta favorabilidad. Su líder, José Luis Rodríguez Zapatero, consiguió librarse de lastres del pasado y ganó adeptos al capitalizar las negligencias del gobierno en la contaminación del Prestige. Así mismo, su liderazgo antiguerra le permitió superar por primera vez en las encuestas a Aznar.

En abril Rodríguez Zapatero y el Psoe aventajaban por más de 4 puntos a Aznar y el PP, fruto de la participación de los socialistas en las marchas de rechazo a la guerra, calificadas como las más multitudinarias de la historia de España, con más de 15 millones de personas en más de 100 ciudades. Aunque la última encuesta de El Mundo, afín a Aznar, mostró una "espectacular recuperación del PP, que aventaja al Psoe por 2,5 puntos", el conservador ABC reconoció la "nítida ventaja de los socialistas".

Aznar ha ejercido fuerte presión de censura sobre la prensa, especialmente en la crisis del Prestige y la guerra en Irak, que ha sido denunciada por periodistas de varios medios, entre ellos la estatal Televisión Española (TVE). Pero el Psoe cuenta con el apoyo del Grupo Prisa, propietario de los medios más influyentes de España, El País, la Cadena Ser y Canal Plus.

Las tres claves de estas elecciones son Madrid, Barcelona y Galicia. Los analistas consultados por SEMANA estiman que el Psoe conseguirá un repunte nacional. Su triunfo en Barcelona es seguro, por el rechazo contra la guerra y a que el candidato a la alcaldía por el PP, Alberto Fernández, ha sido el principal blanco de los ataques de los manifestantes del "no a la guerra". Pero la victoria del Psoe en Madrid se ve difícil por los recursos invertidos en la campaña por el PP, que lleva cuatro años gobernando con éxito y ha incluido como tercera en lista a la esposa de Aznar, Ana Botella.

Según los analistas la Comunidad de Galicia, muy de derecha, será decisiva. Pero el líder del PP, Manuel Fraga, un cacique con 20 años en el poder, es considerado el mayor culpable del desastre ecológico del Prestige porque estaba cazando patos en Madrid y no tomó decisiones a tiempo.