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¿Qué es Antifa, el grupo al que Trump acusa de estar detrás de las protestas?

Donald Trump amenazó con declarar este movimiento como una organización terrorista pues para el mandatario sus integrantes son responsables de la oleada de protestas en Estados Unidos a raíz de la muerte de George Floyd.

1 de junio de 2020

Hace una semana el mundo entero se estremeció con las imágenes que mostraban a un policía arrodillado sobre un hombre afroamericano. Se trataba de George Floyd, de 46 años, quien murió asfixiado después de quejarse repetidas veces durante nueve minutos de no poder respirar. A raíz de su indignante muerte, miles de estadounidenses han salido a protestar en contra del racismo, un mal que aqueja al país norteamericano desde hace décadas. Con el paso de los días han aumentado las protestas y muchas han dejado ataques violentos, saqueos e incluso muertos.

Como consecuencia, el presidente Donald Trump ha publicado varios trinos en los que advierte que usará la fuerza y violencia para detener estos disturbios. Pero uno de los mensajes que más llamó la atención fue uno en que advertía “Los Estados Unidos designarán a Antifa como una organización terrorista” como Al Aqueda y el Estado Islámico. El asesor de Seguridad de la Casa Blanca, Robert O‘Brien, y el Fiscal General, Bill Barr, consideran a los miembros de Antifa como "militantes radicales" por atizar la violencia. ¿Pero qué es Antifa?

Para Trump, las manifestaciones son obra de grupos de ‘izquierda radical’, sobre todo del movimiento de extrema izquierda: Antifa. La palabra es una abreviación de ‘antifascismo’, y no se trata de un grupo organizado con líderes o un número de miembros específicos, por lo cual muchos son escépticos ante la designación de Trump.

Quienes hacen parte de Antifa, más que luchar o imponer un movimiento de izquierda, se caracterizan por estar en contra de los ideales de ultraderecha. Luchan contra el racismo, la violencia de género y abuso policial. Por esta razón tomó tanta fuerza con la muerte de George Floyd. Este grupo no está en contra del uso de la violencia como mecanismo de la protesta social así que muchas de sus manifestaciones desencadenan ataques violentos y saqueos. 

La organización es de larga data. De hecho, Mark Bray un profesor que es autor del libro, Antifa: The Antifascist Handbook, afirma que surgió en 1980 basado en los movimientos antifascistas de Europa, especialmente aquellos de Alemania e Italia que se manifestaban contra Adolf Hitler y Benito Mussolini, respectivamente. 

Las manifestaciones, que empezaron en Minneapolis y ya se han extendido a otros estados, han dejado varios heridos e incluso muertos. Además numerosos daños consecuencia del vandalismo. Foto: AP

Incluso desde 1930 comenzó a utilizarse el término en Alemania para denominar a grupos socialistas que le plantaban cara al surgimiento del nazismo. En las últimas dos décadas grupos antifascistas en Estados Unidos hicieron campaña por asuntos sociales. "Creemos & peleamos por un mundo libre de fascismo, racismo, sexismo, homo/transfobia, antisemitismo, islamofobia & intolerancia", dijo en su cuenta de Twitter esta semana Antifa New York.

Pero el objetivo principal era bloquear el resurgimiento de neonazis y grupos de blancos supremacistas. Uno de los más antiguos, el Antifa de Rose City, Oregón, impidió en 2007 un festival de música organizado por neonazis.

Antifa, sin embargo, resurgió con fuerza con la llegada de Donald Trump al poder y se han declarado en contra de varias políticas del magnate contra los inmigrantes. Desde entonces han participado en varias protestas y han tenido mucha presencia en redes sociales. En 2017, por ejemplo, Antifa se pronunció en contra de la manifestación que se llamó Unite the Right, en Charlottesville, Virginia, una protesta a favor del racismo.  Desde entonces, ambas partes se han enfrentado en varios lugares, entre ellos Portland y Berkeley, California.

Antifa, según el Servicio de Investigación del Congreso, no tiene una organización nacional ni un líder. El servicio la describe como una entidad "descentralizada, radical, de grupos o individuos afines".

¿Sí son responsables de las protestas?

Fuera de Trump y sus aliados, funcionarios federales y locales dicen que los disturbios generalizados de la última semana involucran a muchos grupos, tanto de derecha como de izquierda, y entre ellos, pero no solo, Antifa.

"Varios grupos terroristas domésticos de derecha e izquierda están instigando & cometiendo actos de violencia & saqueos", tuiteó Marco Rubio, presidente del Comité de Inteligencia del Senado.

La red ABC News reportó que el Departamento de Seguridad Interior cuenta con documentos de inteligencia que acusan a actores de ambos extremos del espectro político.

En Minnesota, donde comenzaron los disturbios, funcionarios dicen que los instigadores de la violencia son blancos nacionalistas, izquierdistas, anarquistas y hasta traficantes de drogas.

A propósito, el pedagogo Bray se refirió a las declaraciones de Trump en Twitter. "Desde un punto de vista factual no es cierto que la mayoría de las personas involucradas en estas protestas o actos de destrucción de propiedad se identifiquen como Antifa o antifascistas. No hay pruebas para sostener esto", dijo el autor del libro "El antifascismo".

"Me parece bastante obvio que es un esfuerzo de la derecha para deslegitimizar el movimiento de protesta", añadió.

 ¿Trump puede considerarlo terrorista? 

Probablemente, no. Estados Unidos carece de normas para calificar a grupos violentos domésticos de terroristas; como ocurrió con Al Qaida o Estado Islámico.

La designación mundial de terrorista es una poderosa herramienta: permite detener y encarcelar a cualquiera que exprese apoyo a esos grupos. Eso no se aplica dentro de Estados Unidos por una simple razón: una ley así, temen muchos, tentaría a un líder a aplicarla contra rivales políticos

No obstante hay presiones para endurecer la calificación de delitos, especialmente debido a los frecuentes tiroteos masivos contra negros y judíos perpetrados por blancos nacionalistas desde hace años.

El director del FBI Chris Way dijo en febrero en el Congreso que los supremacistas blancos serían investigados de la misma forma que los simpatizantes de Estado Islámico y que se utilizarían equipos antiterroristas de la entidad.

Aunque el Fiscal General Barr, señala a Antifa como una fuente de disturbios, tiene limitaciones para trasladar la investigación a esa fuerza antiterrorista. Indicó que el foco debe ponerse en crímenes federales que involucren cruzar fronteras de estados para participar en disturbios.

Estados Unidos en llamas

Decenas de carros de policía destrozados, algunos quemados, agentes heridos, una comisaría en llamas, disturbios violentos frente a la Casa Blanca. Desde hace tres días estas son las imágenes de Estados Unidos que circulan por el mundo entero.

Las escenas de violencia se multiplican de Filadelfia a Los Ángeles, pasando por Washington DC, Nueva York y por Minneapolis, epicentro del movimiento contra la muerte de George Floyd.

Aunque parte de los enfrentamientos más serios, sobre todo en Nueva York, tuvieron lugar en la noche, tras grandes marchas donde la gente gritaba "¡No puedo respirar!", las últimas palabras de Floyd, también hubo violencia a plena luz del día en algunas ciudades.

En Filadelfia, algunos manifestantes que participaron en marchas masivas incendiaron vehículos policiales al mediodía, y en Chicago, otros dieron vuelta un patrullero.

De Chicago a Brooklyn, con frecuencia la policía se ha visto sometida a una lluvia de botellas de agua y otros proyectiles, y a veces responde en forma violenta, a palazos, con gases lacrimógenos y balas de goma ante manifestaciones de miles de personas, raras en Estados Unidos.

"La mayoría de las personas que manifiestan no rompen nada, pero el porcentaje de aquellos que están participando o que son comprensivos con los saqueos parece ser más alta que de costumbre", estimó Bray.

Varios funcionarios electos, desde Trump a la alcaldesa demócrata de Atlanta, Keisha Lance Bottoms, denunciaron la presencia de manifestantes venidos de otras ciudades con el objetivo de sembrar el caos.

Melvin Carter, alcalde de Saint Paul, vecina a Minneapolis, afirmó el sábado que un 80 % de las personas arrestadas en manifestaciones no residen en Minnesota, aunque más tarde en la jornada se retractó.

Otros países se han unido a las manifestaciones contra el racismo y la muerte de Floyd. En Ámsterdam, Holanda, centenares de personas salieron a protestar este lunes. Foto: AP

Según varios periodistas estadounidenses que consultaron los archivos policiales, la proporción sería en realidad inversa.

El contexto es importante: todo esto ocurre en el marco del mayor confinamiento en un siglo, con gran parte de la población en aislamiento desde hace más de dos meses.

"Hay tantas cosas que hacen que Estados Unidos sea inflamable en este momento", destacó la escritora Michelle Goldberg en una columna en The New York Times.

"Un desempleo masivo, una pandemia que ha puesto al desnudo las desigualdades mortales en acceso a la salud y en el plano económico", enumeró. "Adolescentes sin mucha ocupación, violencia policial, extremistas de derecha que sueñan con una segunda guerra civil y un presidente siempre listo a arrojar gasolina sobre cada fuego".

En sus numerosos tuits, Trump solo ha mencionado las manifestaciones para denunciar la violencia y acusar a los gobernantes locales de mano blanda, nunca para reconocer la amplitud del movimiento, en su mayor parte pacífico.

En las grandes marchas que reunieron a miles de personas el fin de semana en Los Ángeles y Nueva York, el tono de los eslóganes y pancartas era más duro en general que durante las manifestaciones de 2014 tras la muerte de Michael Brown, un adolescente negro que murió a manos de la policía en Ferguson (Missouri).

La inmensa mayoría de los manifestantes protestó en calma, y algunos se interponían incluso frente a aquellos que participaban en actos de vandalismo, tratando de hacerlos razonar, pero la sensación es la del fin de un ciclo, de un cambio.

"Estoy cansada, estoy harta, ya basta", dijo Chavon Allen, una madre negra que manifestó en el centro de Houston.

Muchos creen que los manifestantes son ciudadanos de a pie, no politizados, que se congregaron espontáneamente para mostrar su hartazgo contra la violencia policial y el racismo flagrante de la sociedad estadounidense contra los negros.

"Ya no podemos contentarnos con permanecer inmóviles y mirar lo que sucede", dijo Tyler Geisen, un asistente social de 28 años que manifestó en Minneapolis.

*Con información de AFP