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Jornada de Paro Nacional en el Centro de Bogotá convocado por el Comité del Paro
marcha manifestación FECODE
Bogota mayo 12 del 2021
Foto Guillermo Torres Reina / Semana
Jornada de Paro Nacional en el Centro de Bogotá convocado por el Comité del Paro mayo 12 del 2021 | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

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¿Qué tanto poder tienen los sindicatos en América Latina?

Los sindicatos en Alemania tienen una gran influencia: paralizaron al país con una huelga. ¿En algunos países latinoamericanos podría pasar lo mismo?

Alianza DW
29 de marzo de 2023

Los sindicatos tienen una larga historia en Alemania. El partido del actual canciller, Olaf Scholz, es el Partido Socialdemócrata (SPD), que surgió del movimiento sindical alemán en 1863. Este movimiento marcó considerablemente el rumbo del país, y no ha desistido, tal y como estamos viendo en la huelga masiva de este lunes (27.03.23). El país está parcialmente paralizado: casi todos los aeropuertos, vías fluviales, autopistas y el transporte público local están afectados. Así exigen los sindicatos mejores condiciones laborales.

Algunos países latinoamericanos también tienen una larga historia sindicalista. Sin embargo, aun en estos países cuesta imaginar una huelga tan bien organizada como la que vemos actualmente en Alemania.

La enorme influencia de los sindicatos alemanes

“Los elementos centrales de la efectividad sindical son la cohesión del movimiento y su autonomía”, dice a DW Rodrigo Medel, profesor en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Andrés Bello de Chile, especializado en protestas laborales. “Si el movimiento está muy fragmentado, es difícil llevar a cabo huelgas generales, y si depende mucho de ciertos partidos políticos, también se verá frenado”, agrega.

Medel indica que en los países latinoamericanos no se ven huelgas con una coordinación tan extensa como la que vemos hoy en Alemania. Uruguay, un país pequeño, sería la excepción. Argumenta que “…por su centralización y cohesión, los sindicatos alemanes pueden coordinar a los diferentes sectores. Así se presentan como un bloque en la negociación colectiva con sus contrapartes”.

En imágenes : Marcha mundial por el clima
Activistas climáticos marchan mientras sostienen pancartas y banderas durante una protesta de Global Climate Strike en Quezon City, Metro Manila, Filipinas, 3 de marzo de 2023. | Foto: REUTERS

Y justamente en esas contrapartes vemos otra diferencia esencial con las huelgas en América Latina: en Alemania existen asociaciones de empleadores centralizadas y bien articuladas, así que las negociaciones recaen en dos partes claramente definidas, como son estas organizaciones y los sindicatos. En Latinoamérica también existen, pero son menos comunes. Esto cambia la naturaleza del diálogo, explica Medel.

Estas son generalizaciones acertadas, pero América Latina es una región enorme con particularidades nacionales, claro está. Cada país tiene sus tradiciones sindicales.

Un avión llega al aeropuerto de Frankfurt, Alemania, mientras se pone el sol. (AP Photo / Michael Probst).
Como consecuencia, el tráfico aéreo se paralizó casi por completo en los aeropuertos afectados, que aconsejaron a los viajeros que se pusieran en contacto con sus compañías aéreas para informarse. (AP Photo / Michael Probst). | Foto: AP

Argentina y Uruguay: campeones del sindicalismo

No queda duda de que las huelgas latinoamericanas son más amplias y efectivas en los países que tienen un sindicalismo fuerte. Medel lo matiza: “Argentina está en primer lugar, allí hay centrales sindicales capaces de liderar las huelgas. Además, las centrales no están capturadas por el Estado. Las huelgas agrícolas argentinas son quizás las más emblemáticas de la región. Luego viene Uruguay, que es un caso particular, porque allí tienen una central única que coordina al sindicalismo. Esta tiene una relación más o menos cercana al Estado, pero sigue pudiendo luchar por sus intereses”.

Otros países de la región también tienen una tradición sindical respetable. Los siguientes puestos del podio Medel se los da a Chile y Brasil. Señala que tienen sindicatos sectoriales bien organizados, como el de los puertos chilenos, que ya han logrado parar el comercio marítimo del país. Le da una mención especial a México, con sus sindicatos bastante cohesionados, pero capturados por el aparato estatal, lo que los hace inefectivos.

“Venezuela solía tener un gran movimiento sindical en los noventa, pero ha ido fragmentándose” continúa Medel. “En Perú, Bolivia y Colombia el sindicalismo está muy regionalizado y depende de otros actores -como organizaciones indígenas o campesinas- para poder destacarse”. Acaba su enumeración con Centroamérica: “Allí vemos el sindicalismo más débil, suele ser muy fragmentado y de poco impacto.”

América Latina tiende más a la huelga política

Latinoamérica es una región de turbulencias políticas, y la cultura huelguista refleja esto. En esto coinciden Medel y Agustín Santella, un investigador de la Universidad de Buenos Aires especializado en huelgas latinoamericanas. Santella dice que “… en América Latina es difícil ver huelgas generales que vayan dirigidas a un empleador. Las huelgas son más centralizadas cuando son políticas y van dirigidas a los gobiernos, es decir, cuando buscan frenar reformas o llevarlas a cabo”.

Subraya que los sindicatos juegan un gran rol en la organización de dichas huelgas en muchos países latinoamericanos. Por ejemplo, en Argentina, Uruguay y Brasil, en donde su convocatoria es masiva. Un ejemplo es la huelga general que hubo en Brasil en el 2017, cuyo objetivo era evitar una reforma a las pensiones. Los sindicatos dirigieron sus críticas explícitamente al entonces presidente Michel Temer, y se abanderaron en su contra.

Sin embargo, recuerda Santella, la mayor parte de la actividad sindical es rutinaria, no tiene impacto histórico. “Es una pieza importante del sistema laboral, aunque no tenga un impacto social que sea evidente a primera vista”, concluye.

Protestas en Francia
La Prefectura de la Policía de París se situó en 48.000 la cifra de asistentes en la capital, mientras que el Ministerio del Interior ha confirmado 368.000 manifestantes en 251 concentraciones. (AP Photo/Jean Francois Badias) | Foto: AP

*Análisis de la DW.