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REGRESA ALEMANIA

Al promover el reconocimiento de Eslovenia y Croacia, Alemania hace renacer las viejas esferas de influencia.

20 de enero de 1992


ALGO VA DE ALEMANIA FEderal a Alemania a secas. El estado unificado demostró la semana pasada su decisión de hacer sentir su peso en Europa, al promover el reconocimiento de las repúblicas separatistas yugoslavas de Eslovenia y Croacia. Más aún, la movida del Gobierno de Helmut Kohl demuestra que el continente está aún portas de recuperar las viejas esferas de influencia que caracterizaron su ajedrez político hasta la Segunda Guerra Mundial.
El despliegue alemán se produjo cuando su ministro de Asuntos Exteriores Hans D. Genscher envió una carta al secretario de la ONU Javier Pérez de Cuéllar, en la que rebatió su posición, y la de Estados Unidos, de que el reconocimiento intensificaría la guerra.
La decisión alemana produjo que Francia y Gran Bretaña moderaran su oposición, lo que llevó a que la se estableciera los criterios que deberán cumplirse, entre ellos el respeto a las minorías.
Eslovenia y Croacia han tenido por siglos vínculos con el mundo germano, formaron parte de Austria-Hungría, estuvieron bajo control alemán en la II guerra mundial y hoy más de 400 mil croatas viven en Alemania. Eso refleja el cambio de visión de Alemania Federal a Alemania reunificada. Si aquella era un estado atlántico, la nueva es un estado centroeuropeo, con fuertes intereses en la región. Pero además, los servicios secretos de Berlín tienen la seguridad de que los croatas podrían lanzarse desde Alemania al terrorismo, para no hablar del flujo de refugiados que podría tener que soportar. -