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RENDIDOS POR EL HAMBRE

Muchos en México piensan que la ayuda económica norteamericana es el comienzo del fin de la soberanía nacional.

27 de marzo de 1995

DESDE ESTADOS UNIDOS LLEGARON A MÉxico 20.000 millones de dólares y con éstos la sensación generalizada de que la soberanía nacional no es más que un 'cuento'. En el panorama político y económico nada ha cambiado, pero a nivel social se percibe la derrota de un pueblo que siempre se apoyó en el grito de la mexicanidad frente a un vecino que ya cobró como botín buena parte de su territorio en el siglo pasado. Expresiones como "es muy triste que nuestro destino se decida en el Congreso de Estados Unidos" o "ya no somos sus socios, somos sus deudores" se volvieron el pan de cada día de los atribulados mexicanos.
Los 20.000 millones de dólares se entregarán por partes, en un lapso de 15 meses y siempre y cuando México cumpla con sus obligaciones. El dinero solo servirá para enfrentar las obligaciones en "tesobonos" y refinanciar la deuda mexicana a corto plazo.
La ayuda llegó con cuatro contratos. El primero regula los requisitos y los términos del pago. El segundo define cómo en un lapso hasta de cinco años se realizarán las operaciones de intercambio de divisas (swaps). El tercero señala que en un plazo hasta de 10 años el gobierno de Estados Unidos garantizará valores que emita el gobierno mexicano. El cuarto contrato prevé la utilización de los ingresos de petróleo como pago de los apoyos.
La negociación de este dinero ha sido calificada por intelectuales, editorialistas y gente del común como una vergüenza. Como consecuencia, la imagen presidencial, que muestra una fragilidad sin precedentes en este país, nuevamente se removió. El presidente Ernesto Zedillo es juzgado como un hombre hábil y astuto, pero sin un proyecto político y con gran incongruencia entre lo que dice y lo que hace.
La nueva administración de México pareciera tener un estilo gerencial de ensayo y error. Un funcionario de hacienda reconoció extraoficialmente a SEMANA que si "vemos que la meta de 4.50 por dólar no funciona a lo mejor se cambia; si la inflación no logra controlarse, pues a lo mejor también se modifica; si la meta de crecimiento de 1.5 por ciento no se va a alcanzar, pues también podría corregirse".
El ideólogo del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), Marco Rascón, escribe: "Cuando Zedillo justifica la guerra de Chiapas utilizando el concepto de soberanía, se mete en un problema ya que obliga a comparar el comportamiento que ha tenido ante los préstamos, su actitud ante Estados Unidos, que no ha sido digna...".
Hasta ahora no se observan implicaciones directas de los condicionamientos norteamericanos en Chiapas, pero para nadie es un secreto que el conflicto debe solucionarse y que la salida del primer mandatario de desenmascarar a Marcos (líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, EZLN) y cercar a la guerrilla no condujo a nada bueno. Por el contrario, Chiapas puede convertirse en un factor fundamental de movilización social en momentos en que Zedillo necesita tranquilidad en todos los sectores.
La situación chiapaneca tiene esta semana como protagonista al obispo Samuel Ruiz, de quien se cuestiona su papel como mediador entre la guerrilla y el gobierno. (Ver recuadro) Al mismo tiempo crecen las protestas civiles, en tanto que el presidente mexicano retorna a su discurso de diálogo.
Los compromisos mexicanos hablan por sí solos: acortar el gasto público, adoptar políticas monetarias restrictivas y reducir la oferta de crédito interno, proporcionar informes transparentes sobre operaciones financieras y continuar las privatizaciones y reformas estructurales en transporte, banca y telecomunicaciones en busca de ingresos de 12.000 a 14.000 millones de dólares en los próximos tres años.
Se crean nuevos mecanismos. Un Mercado de Futuros de Divisas, que suavice las fluctuaciones del tipo de cambio y de las tasas de interés, y una unidad de cuenta, mediante la cual el valor de los instrumentos se conservará inalterado y su rendimiento no se verá erosionado por la inflación. Los acuerdos, según el ministro de Hacienda Guillermo Ortiz, aseguran un crédito similar a los de 1982, 1985, 1987 y 1993. No obstante, sostienen analistas financieros que la diferencia es que esta vez México se compromete a depositar los ingresos por venta de petróleo en el Banco de Reserva Federal estadounidense de inmediato y no en la eventualidad de un incumplimiento.
También lo hace distinto la existencia de una auditoría permanente, la obligación de tener reportes semanales y mensuales de la situación monetaria y fiscal y la cláusula que determina que Estados Unidos dejará de dar recursos si México no cumple la política económica del Fondo Monetario Internacional.
Tampoco encuentra eco la propuesta de un Consejo Económico que garantice el manejo monetario, "se estaría dando el toque final a una apertura financiera para la que no está preparado el país, sería una pérdida de soberanía y la atricanización de las estructuras políticas y económicas", sostiene un especialista económico.
Pese a los buenos augurios iniciales, la Bolsa de Valores sigue cayendo. El sector financiero mantiene su escepticismo y los intereses bancarios alcanzan niveles escandalosos, 74, 85 y hasta el 100 por ciento. El problema de liquidez, de dinero contante y sonante, rebasó al sector empresarial y se volvió un problema de todos. Los altos niveles de los intereses financieros empiezan a ahorcar a las familias mexicanas.
Lo malo es que todo ello es el fin de un sueño y el comienzo de una pesadilla. Muchos creyeron en la promesa del ex presidente Carlos Salinas de Gortari de que México traspasaba el umbral de la modernidad, se endeudaron y afrontan costos financieros del 90 y 85 por ciento.
Ramón, joven profesional que trabaja con el gobierno y por eso no dice su nombre completo, afirma: "Esto es muy triste, es frustrante volver a ver cosas que ya creía pasadas como vivir en la zozobra si al mes siguiente se tiene dinero para pagar las deudas. Con esto que pasa nos vamos a ubicar en el lugar pobre del que nunca debimos salir".
Elsa Graciada, investigadora de economía de la Unam, explicó a SEMANA que en el modelo salinista "no se corrigió la forma de relación con el mercado mundial; hoy, más que antes, dependemos de sus capitales, su tecnología y hasta de su benevolencia".
La crisis mexicana continúa y su origen no parece ser otro que el divorcio entre el discurso presidencial y la realidad de la gente. Se busca confianza, pero nadie confía en el presidente de México. Ni siquiera Estados Unidos, que en el apoyo-crédito de 20.000 millones de dólares no dejó ningún hilo suelto para que el gobierno de Ernesto Zedillo haga, ni más ni menos, lo que se comprometió.-

El Obispo Ruiz: ¿Indispensable o indeseable?
MONSEÑOR SAMUEL Ruiz, obispo de San Cristóbal de las Casas, propuesto el año pasado por organizaciones locales para el Nobel de la Paz, está en el centro del remolino en que se ha convertido el estado de Chiapas desde que surgió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional -EZLN-.
El preladi dirige la llamada Comisión Nacional de Intermediación (Conai), y en esa calidad ha venido proponiendo fórmulas de paz. Pero la semana anterior la Policía sostuvo que unos supuestos dirigentes del EZLN, detenidos en la capital y en el estado de Veracruz, habían confesado que Ruiz conocía la existencia del EZLN desde antes de su lanzamiento y que mantenía contactos regulares con sus líderes.
Ahí fue Troya. Ruiz lleva al frente de su diócesis 35 años, en los cuales se ha enfrentado en repetidas ocasiones a los terratenientes en defensa de campesinos e indígenas, lo que le ha granjeado gran prestigio entre éstos, pero al mismo tiempo el odio de las asociaciones de comerciantes y hacendados, quienes lo tachan de subversivo. Por eso estos sectores aprovecharon la oportunidad para descalificar la mediación de Ruiz, a tiempo que turbas de derechistas pedían con violencia la salida inmediata del prelado y su "cohorte de curas comunistas".
El asunto ha llegado a afectar la unidad de la Iglesia Católica mexicana, pues según afirmó el cardenal Juan Sandoval, el Papa Juan Pablo II le habría pedido a Ruiz la renuncia por sus 'desviaciones' y por considerar incompatible su trabajo de mediador con el de pastor de su diócesis. Ruiz contraatacó y emplazó a Sandoval a que mostrara la supuesta carta del Vaticano.
Sandoval no ha contestado, pero el daño a la unidad de criterio en la Iglesia mexicana parece irreparable. El gobierno ha cubierto con un manto de indiferencia a las gestiones del Conai, lo que contrasta con la importancia que le concedía hasta hace sólo dos semanas.-