REVOLUCION EN LA REVOLUCION
Pese a lo artificioso de sus argumentos, la rebelión contra Arafat en AIF Fatah parece extenderse, bajo el amparo de Kadhafi y Siria.
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Los 15 años de liderazgo que Yasser Arafat ha mantenido en la OLP están siendo desafiados seriamente por sectores disidentes de Al Fatah, la columna vertebral de las fuerzas palestinas. De los últimos en expresar la semana pasada su adhesión a los rebeldes fue Mousa Awad, líder de las milicias de Al Fatah en el Líbano y miembro del Consejo Revolucionario de tal agrupación.
Awad, cuyo nombre de guerra es Abu Kram, declaró ante varios periodistas en la localidad de Hosh Barada, contigua a la vieja ciudad de Baalbek en el Valle de la Bekaa, que 24 importantes oficiales, quienes cuentan "con el apoyo de 10 mil combatientes", han desobedecido las órdenes de asignar en puestos de mando a determinados comandantes, a quienes acusan de comportamiento "penoso " durante la invasión israelí al Líbano. Tal acto de desobediencia, señaló Kram, es también una protesta contra la política moderada de Arafat.
A la conferencia de prensa, vigilada por 40 hombres armados, asistieron también otros oficiales rebeldes: los tenientes coroneles Mohammed Bader, Ziyad Sughayer y Hassan Abu Shannar.
Abu Kram resumió así las reivindicaciones de los disidentes: "Mantenemos numerosas objeciones de tipo político, militar y orgaizativo contra Arafat, principalmente por su ambivalente actitud ante el plan de paz de Reagan para el Medio Oriente, su posición en la cumbreárabe deFez (de septiembre pasado) su diálogo con el rey Hussein de Jordania y las recientes designaciones militares, las cuales indican con toda claridad las intenciones deArafat de retirar a los combatientes palestinos de la Bekaa y del norte del Líbano".
Pero uno de los golpes más fuertes que Arafat haya recibido en esta revuelta se lo propinó su más cercano colaborador, Salah (Abu Iyad) Khalaf, quien sorpresivamente, el 2 de junio, se unió a quienes critican al Presidente de la OLP. Sólo una semana antes, Abu Iyad se había trasladado a la Bekaa para contribuir a los esfuerzos por poner fin a la rebelión. "Quienes aspiran a corregir el curso de la revolución, no debieran rebelarse o disentir contra ella, sino permanecer en sus filas", dijo en ese momento, hablando ante palestinos del campo de Jalil. Allí mismo, él subrayó que la OLP "nunca se someterá a la voluntad de ningún régimen árabe, sea progresista o reaccionario. Al Fatah mantendrá su alianza con los grupos palestinos que no tengan vinculos de dependencia con ciertos regímenes árabes".
Pero días después, y pocas horas antes de salir de Kuwait rumbo a la URSS, pasado a las filas rebeldes, él mismo dijo que el error de Arafat había consistido en "no prestar atención y descuidar el liderazgo colectivo, saltándose los mecanismos de consulta".
La revuelta, que hasta el momento no ha degenerado en enfrentamientos armados entre efectivos de Al Fatah, comenzó a mediados de mayo y niega tener como propósito una escisión de Al Fatah, al reclamar únicamente un cambio en la línea política interna de ese grupo. Un rasgo notable de esta disensión es que sus seis dirigentes, entre ellos Abu Mussa, comandante de la brigada Al Yarmuk, y quien funge como el jefe de la rebelión, son en su mayoría formados en la Unión Soviética y simpatizan con Siria, régimen este último que bajo la conducción de Afez Al Assad siempre ha querido controlar ala OLP.
Precipitado por la promoción de algunos jóvenes oficiales de Al Fatah, este movimento opositor se produce en momentos difíciles para la OLP, cuyas fuerzas están alineadas con las tropas sirias en el oriente del Líbano, siendo el foco de maniobras diplomáticas que buscan lograr su retiro junto con las fuerzas de Israel.
Según Arafat, la actual rebelión esta siendo fomentada por Moammar Kadhafi, quien habría enviado dinero y armas a los rebeldes para darle continuidad al amotinamiento, y contaría también con el apoyo pasivo de Siria.
Arafat, quien calificó al líder libio como un "agente del presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan ", aseguró que los amotinados ascendían a 150 hombres, entre oficiales y tropa, y que dentro de ellos se contaba el grupo rupturista palestino que dirige Abu Nidal, condenado a muerte por Al Fatah en 1974. "La revolución palestina es un gigante que ni el dinero ni las armas podrán abatir" declaró Arafat. Por su parte, Khalil Al Wasir (Abu Jihad), vicecomandante de Al Fatah y quien ha estado acompañando a Arafat en esta crisis, rechazó los cargos que los rebeldes hacen contra el presidente de la OLP señalando que Al Fatah había rechazado claramente el plan de Reagan de conversaciones palestino-jordanas, y que precisamente tal línea era la que habia logrado llevar al colapso las últimas conversaciones con Jordania.
Aunque es indudable que el alcance de la disensión es notable, Arafat, luego de varios viajes a localidades de la Bekaa, conserva el apoyo de una mayoría de los jefes de Al Fatah, con quienes acordó convocar la 12 sesión ordinaria del Consejo Revolucionario de dicho grupo, para discutir la situación política y preparar en Adén el quinto congreso de Al Fatah. Esta último ha sido visto por los observadores como una eventual concesion a los rebeldes, quienes han solicitado tal evento para discutir sus quejas. -