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El candidato republicano a la presidencia de EE.UU., Mitt Romney, pronuncia su discurso en la Convención Nacional Republicana en el Times Forum de Tampa, Florida (EE.UU.). | Foto: EFE

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Romney acepta la candidatura republicana a la Casa Blanca y promete empleos

El exgobernador de Massachusetts prometió que si llega a la Presidencia de Estados Unidos, usará su experiencia exitosa en los negocios para crear empleo. En su discurso pintó un panorama sombrío de la situación en EE.UU. cuatro años después de la elección de Obama.

30 de agosto de 2012

El exgobernador de Massachusetts Mitt Romney se convirtió este jueves, oficialmente, en el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos con la promesa de que usará su experiencia exitosa en los negocios para crear empleo, principal preocupación de sus compatriotas.

EE.UU. necesita "empleos, un montón de empleos", dijo Romney en el discurso de clausura de la Convención Republicana, en la que alcanzó finalmente el objetivo de la nominación a la Presidencia, que perseguía desde hace años.

El exgobernador se convirtió, además, en el primer miembro de la iglesia mormona candidato a presidir el país.

El tándem formado por Romney, político y empresario de éxito, de 65 años, y el congresista Paul Ryan, de 42, se ha presentado ante el electorado estadounidense como el idóneo para resolver el problema del empleo.

Romney mencionó, aunque no desarrolló, los cinco elementos del plan con el que pretende crear 12 millones de empleos, si gana las elecciones del 6 de noviembre.

Se basará, dijo, en la independencia energética de Norteamérica para el 2020, la reforma educativa, la promoción del comercio, el apoyo al empresariado para asegurar "que sus inversiones en EE.UU. no desaparecerán como las de Grecia", y en la defensa de los pequeños negocios.

También reiteró su promesa de reducir el déficit y encaminar al país hacia unas cuentas equilibradas, objetivos que han constituido la ocupación principal de su compañero de fórmula, Paul Ryan, durante su etapa como presidente del comité presupuestario de la Cámara de Representantes.
 
Romney aceptó la candidatura del Partido Republicano a la Presidencia de EE.UU. con "humildad y profundamente conmovido por la confianza depositada en mí".

"Acepto su nominación como candidato a la Presidencia de EE.UU.", dijo Romney en medio de ovaciones y ante miles de delegados, quienes corearon "U-S-A, U-S-A", en el último día de la Convención Nacional Republicana en Tampa (Florida).
 
El discurso

Romney, de 65 años, comenzó su discurso con referencias a Estados Unidos como una "Nación de inmigrantes" que vinieron en busca de libertad de religión, libertad de expresión y la oportunidad de construir sus vidas "o empezar un negocio con sus propias manos".

El candidato pintó un panorama sombrío de la situación en EE.UU. cuatro años después de la elección del presidente Barack Obama, en la que, a su juicio, "la mayoría de los estadounidenses ahora tiene dudas", por primera vez, sobre el futuro de sus hijos.

Romney recordó que, hace cuatro años, los estadounidenses sintieron "un entusiasmo renovado sobre las posibilidades que ofrecía" Obama, y mantuvieron su "optimismo" en el futuro.

Esa esperanza, enfatizó Romney, era compartida por cada familia que buscaba una mejoría, cada pequeño negocio que buscaba la prosperidad y cada graduado universitario en busca de trabajo.

"Desearía que el presidente Obama hubiera tenido éxito, porque quiero que EE.UU. tenga éxito. Pero sus promesas han dado lugar a decepción y división", aseguró.
 
El aspirante presidencial republicano pidió el apoyo de los votantes para "restaurar la promesa de EE.UU.", según los extractos de su discurso.

"Ahora es el momento de unirnos y dejar atrás las decepciones de los últimos cuatro años, y dejar de lado las divisiones y recriminaciones... Ahora es el momento de restaurar la promesa de EE.UU.", afirmó Romney.
 
En la intervención, cuyos extractos fueron adelantados a algunos medios, entre ellos Efe, Romney aseguró que los estadounidenses "no deben aceptar" la "decepción y división" que ha causado, en su opinión, el mandato de Obama y que, por el contrario, "es el momento en que podemos hacer algo".

Recordó que en el 2008 los estadounidenses votaron "por la esperanza y el cambio", que permitiría a EE.UU. empezar a reducir su deuda y revertir "los déficit masivos", pero esas promesas, a su juicio, no se materializaron.

Romney defendió su trayectoria empresarial, compartió detalles de su biografía e insistió en varias ocasiones en que el país "merece algo mejor".

"El presidente Obama prometió desacelerar el aumento de los océanos y salvar el planeta. Mi promesa es ayudarles a ustedes y a sus familias", ironizó el candidato en su discurso.

Romney habló sobre su fe y defendió su trayectoria empresarial desde que lanzó una empresa a los 37 años.

Según Romney, "demasiados" estadounidenses afrontan días difíciles, y la "simple pregunta" que deben hacerse es: "si ustedes sintieron entusiasmo cuando votaron por Barack Obama, ¿no deberían sentir lo mismo ahora que es el presidente Obama?".

"Algo anda mal con el tipo de labor que él ha hecho como presidente cuando la mejor sensación que tuvieron fue cuando votaron por él", observó.

En cuanto a su vida familiar, Romney habló sobre el "amor incondicional" que junto a su esposa, Ann, han tratado de pasar a sus cinco hijos y 18 nietos, convencidos de que no hay nada como el amor de los padres para ayudar a "sanar a este mundo".

Respecto a la economía, Romney presentó un plan para crear 12 millones de empleos mediante la aplicación de cinco pilares: la independencia energética para el 2020; la reforma educativa; la promoción del comercio; el apoyo al empresariado para asegurarle que sus inversiones en EE.UU. "no desaparecerán como las de Grecia"; y la defensa de la pequeña empresa.

También reiteró su promesa de reducir el déficit y encaminar al país hacia un presupuesto equilibrado.

En el campo internacional, Romney aseguró que "honrará" los "ideales democráticos" porque "un mundo libre es un mundo más pacífico", y prometió que su presidencia rescatará el "legado bipartidista en política exterior" de los presidentes Harry Truman y Ronald Reagan. 
 
EFE