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La tormenta Sandy arrasó con la costa este de Estados Unidos. Nueva Jersey sufrió los mayores daños y el metro de Manhattan cerró por las inundaciones.

ESTADOS UNIDOS

Sandy: La sorpresa de octubre

Cuando todos pensaban que el punto de quiebre de la campaña había sido el primer debate presidencial, la naturaleza se encargó de nivelar las cargas a favor de Obama con el huracán Sandy. Pero nadie sabe si le alcanzará.

3 de noviembre de 2012

Cerca de 80 muertos, miles de casas arrancadas de cuajo, automóviles panza arriba sobre techos de edificios agrietados, 23 de los 50 estados de Estados Unidos sacudidos y más de 25.000 millones de dólares en pérdidas. Ese balance devastador dejó el paso de la tormenta Sandy entre el lunes y el martes de la semana pasada, especialmente en estados como Nueva Jersey, Nueva York y Connecticut. Pero las consecuencias de este fenómeno de la meteorología no solo se quedaron en la destrucción y el desastre. También llegaron al mundo electoral. Y en vísperas de los comicios presidenciales del martes 6 de noviembre en los que se enfrentan Barack Obama y Mitt Romney, los vientos de Sandy parecen haber soplado a favor del presidente, hasta constituirse en la auténtica "sorpresa de octubre", el evento crucial e inesperado del que suelen hablar los analistas electorales norteamericanos.

Antes de la tormenta, Obama se tomó muy en serio la advertencia de los expertos. Compareció ante la prensa y les pidió a los ciudadanos que hicieran caso a las autoridades. "Si les dicen que hay que evacuar, háganlo", afirmó. Luego, cuando Sandy, con sus 2.000 kilómetros de diámetro y sus vientos de 130 kilómetros por hora, se acercaba lentamente desde las costas de Carolina del Norte a las de Nueva Jersey, Nueva York, Delaware, Virginia y Connecticut, Obama decidió regresar de la Florida, a donde iba para una manifestación nada menos que junto al expresidente Bill Clinton. La gente vio eso con buenos ojos.

Después permaneció en la Casa Blanca pendiente del desarrollo de la tormenta. Y cuando Sandy empezó a diluirse, se dirigió enseguida a Nueva Jersey, el estado más perjudicado, donde habló al lado del gobernador Chris Christie. Eso les valió a ambos una lluvia de elogios. Christie no solo es miembro de la oposición republicana sino que ha criticado duramente a Obama. Pero en este caso lo elogió ante las cámaras y ante todo el país. "El presidente merece gran crédito. Ha trabajado todo el tiempo", dijo. Lo que no se sabe es si Christie le está apostando a la derrota de Romney el martes para lanzarse él en los comicios de 2014. Lo que sí se sabe es que a los asesores de Romney no debe haberles gustado la cosa. De cualquier manera, la llave Obama-Christie marcó un contraste con los desacuerdos que en 2005 tuvieron el presidente George W. Bush y la gobernadora demócrata de Luisiana, Kathleen Blanco por el huracán Katrina.

Otro aspecto clave para Obama es que, justo cuando estaba empatado en las encuestas con el candidato republicano, Sandy logró que los medios de comunicación solo le prestaran atención a él y dejaran a Romney sin mucho qué decir y sin cubrimiento. En los desastres naturales, la gente tiende a confiar en los presidentes siempre que, como Obama, se muestren efectivos y sensibles. Pero no solo eso. En un editorial de la semana pasada titulado 'Una tormenta grande requiere un gobierno grande', el diario The New York Times recordó que Bush debilitó a la Agencia de Atención de Desastres (Fema por sus siglas en inglés), lo que lo llevó al caos de Katrina, y que hace algunos meses Romney respaldó un plan para privatizar ese servicio. El excelente desempeño de la agencia se convirtió así en otro triunfo para Obama, quien había revitalizado a la Fema, mientras en las últimas horas Romney trataba de matizar su posición al respecto.

Como si eso fuera poco, Obama recibió el jueves el sorpresivo respaldo del alcalde de Nueva York, el multimillonario Michael Bloomberg, cuya gestión tras el caos en que la tormenta sumió a la ciudad ha sido bien valorada. El independiente Bloomberg basó su decisión en que considera mejor a Obama que Romney para enfrentar los rigores del cambio climático. "La devastación que el huracán Sandy trajo a la ciudad de Nueva York y al noreste -en pérdida de vidas, de hogares y de muchos negocios- puso de presente los temas de la elección del próximo martes", escribió en un comunicado. Y dijo además: "Nuestro clima está cambiando y si el incremento del extremo estado el tiempo que hemos experimentado en los últimos días puede ser resultado de ello, el riesgo de que lo sea debe ser suficiente para elegir a un candidato que actúe de inmediato".

Pero aunque en palabras de un analista "Sandy llegó al rescate de Obama", los sondeos al final de la semana reflejaban un empate técnico. Solo el martes por la noche, cuando termine el escrutinio, se despejará el horizonte y podrá saberse quién será el inquilino de la Casa Blanca hasta el 20 de enero de 2017.