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SE EXTIENDE EL VIRUS

Difundida por un maestro de las comunicaciones, la insurrección del EZLN ha despertado focos de descontento en todo el país

14 de marzo de 1994

AL INICIARSE LA INSURRECción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en los albores de este año, el gobierno mexicano de Carlos Salinas de Gortari creyó que con enviar un negociador de primera línea, como Manuel Camacho Solís, y colmar a la región de beneficios sociales, se podría apagar de una vez por todas ese conato de incendio. Pero a medida que pasan las semanas, se confirma cada vez más que los guerrilleros del EZLN, armados muchos de ellos con lanzas y pistolas de mentiras, destaparon la Caja de Pandora de los males de la sociedad mexicana y que este país tal vez nunca vuelva a ser el mismo.
El EZLN hizo despertar las quejas y frustraciones que se mantenían dormidas debajo del poder omnímodo del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Las rebeliones se encienden por todas partes del país como un reguero de pólvora. En Puebla, a 127 kilómetros al sureste de la capital, una disidencia del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció la creación del Movimiento Zapatista del Sur. Al mismo tiempo, en el norte en la fronteriza Ciudad de Juárez y su vecina estadounidense El Paso, se efectuaron manifestaciones a favor de la causa zapatista. Al occidente, en Puruarán, estado de Michoacán, 1.200 obreros de un ingenio azucarero, que cerró sin indemnizarlos, decidieron unirse al EZLN si sus demandas no son atendidas.
En el propio estado de Chiapas, lejos de la región donde se produjo el alzamiento de enero, los campesinos están ocupando las sedés de los gobiernos locales para exigir la destitución de los funcionarios corruptos. Cosas de ese estilo han sucedido en los municipios de Huehuetan, Tuzantan, Teopisca, Copainala, Cacahoatán, Mapastepec, Tila y Papalapa, entre otros.
Si esa reacción popular tiene muy preocupados a los funcionarios del gobierno federal en Ciudad de México, lo peor parece ser la extraordinaria audiencia que está alcanzando el líder visible del EZLN, el 'subcomandante Marcos', quien, oculto por un pasamontañas, ha demostrado ser un maestro de las comunicaciones. El guerrillero se describe como "un estratega militar e intérprete de la cultura política mexicana, que actúa bajo la autoridad del Comité Revolucionario Indígena Clandestino, que es el cuerpo colectivo que lidera al EZLN".
Pero no se trata solamente de su elocuencia ante las cámaras y los micrófonos de los periodistas. El 'subcomandante Marcos' se ha convertidio en un personaje sumamente popular por los textos que de una u otra forma envía periódicamente a los medios de comunicación, en los que alude en forma irónica a los más variados temas de la actualidad mexicana, con el tono de un consumado columnista. Semejante habilidad le ha dado proyección nacional, y le ha permitido transmitir su mensaje de conciencia social a sectores urbanos muy apartados de Chiapas, que se están identificando con el dirigente sin tener que asociarse a la lucha armada.
Por eso hoy se dive que el sistema político mexicano está en su mayor crisis, porque por primera vez alguien ha logrado canalizar un descontento sepultado durante años por los logros institucionalizados de la Revolución Mexicana.
La lucha armada está en un punto muerto, en espera de las conversaciones de paz. Pero la batalla de las comunicaciones, en busca de conquistar el corazón de los mexicanos, fue ganada hace rato por los zapatistas.