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SHIMON PERES HABLA CON SEMANA

En entrevista exclusiva, el ex primer ministro israelí Shimon Peres comenta la crisis del proceso de paz de su país y expresa su visión sobre Colombia.

2 de junio de 1997

Desde la ascención al poder israelí del primer ministro Benjamín Netanyahu, del derechista Partido Likud, el proceso de paz iniciado por el Partido Laborista ha sufrido la crisis más aguda desde que se creó la autoridad palestina en 1994. SEMANA entrevistó al último primer ministro de ese partido, Shimon Peres, para conocer, ahora que está en la oposición, sus puntos de vista sobre el futuro de Israel y, por otro lado, sus apreciaciones, desde su experiencia personal en temas conflictivos, sobre lo que sucede en Colombia. Estas son sus palabras.
Semana: ¿Está agonizando el proceso de paz en el Medio Oriente?
Shimon Peres: El proceso de paz está en crisis y hay que hacer esfuerzos supremos para rescatarlo de ese estado.
Semana: Una encuesta reciente demuestra que más de la mitad de los israelíes aprueban la creación de un Estado palestino en los territorios ocupados. ¿Qué opina usted al respecto?
S.P.: Hemos dejado de dominar a los palestinos. De ningún modo volveremos a dominarlos. Ellos deben finalmente escoger la forma de vida que quieran asumir. Eso podría ser incluso una confederación jordano-palestina. De todas maneras esa forma de vida palestina deberá tener en consideración la seguridad de Israel. Tendrá que ser estudiada en un esquema meticuloso.
Semana: ¿Cuál fue el impacto que tuvo el asesinato del primer ministro Yitzhak Rabin sobre los acuerdos de paz firmados con Yasser Arafat?
S.P.: El impacto fue supremamente fuerte. Su asesinato produjo un shock en Israel que aún no hemos superado.
Semana: Cuando el primer ministro Yitzhak Rabin fue asesinado hubo quienes culparon a la violencia verbal de Netanyahu contra el proceso de paz liderado por aquel. ¿Usted qué opina al respecto?
S.P.: No hay duda de que un lenguaje fuerte y sin restricciones predispone un ambiente tenso entre los fanáticos musulmanes, propiciando acciones de violencia. Con todo y esto no deseo culpar a mi oponente político de esta acción.
Semana: La política del primer ministro Benjamín Netanyahu es criticada en medios internacionales como hostil a los palestinos y a los acuerdos de paz. ¿Cuál es su percepción al respecto?
S.P.: El señor Netanyahu le asegura a todo el mundo que es posible alcanzar la paz sin pagar un precio y que es posible dar prioridad a la seguridad antes que a la paz. Todos sostienen que están a favor de la paz, pero el que no está dispuesto a pagar su precio termina pagando por ella solamente de labios para afuera.
Semana: Después del reciente escándalo de corrupción por el que se acusa a Netanyahu, ¿cuál es la probabilidad de que la situación política en Israel cambie en el corto o mediano plazo y el Partido Laborista vuelva al control del Ejecutivo?
S.P.: Aún es temprano para emitir conceptos.
Semana: Si se presentara ese cambio de gobierno, ¿qué tanto afectaría al proceso de paz?
S.P.: Yo espero que se dé ese cambio, aunque la verdad es que los sondeos muestran que la opinión pública de Israel está dividida en forma casi igualitaria entre los dos partidos.
Semana: ¿Cuál es su opinión personal de la participación norteamericana en el proceso, y concretamente la presión de la administración Clinton sobre el gobierno israelí? ¿Usted cómo ve esa situación a la luz de la soberanía de Israel?
S.P.: Yo creo que Estados Unidos en general, y el presidente Clinton en particular, están interesados en la paz y contribuyen mucho para lograrla. Hay que considerar que vivimos en un mundo que perdió parte de su sentido. En lugar de enemigos territoriales hoy existen peligros globales. Los misiles hacen de la estrategia militar y de defensa un asunto balístico más que territorial y transforman el terror en un asunto que no está limitado a un territorio específico. Por ello es necesaria la cooperación global.
Semana: La fórmula de tierras por paz se ha convertido en la base de la abierta aspiración de Arafat por un Estado palestino. ¿Hasta dónde estaría dispuesto un gobierno laborista a aceptar la creación de ese Estado?
S.P.: La ecuación tierra por paz no tiene validez. Nosotros devolvimos en varias ocasiones todos los territorios y nunca recibimos toda la paz. Al contrario, cada vez que alguna parte de nuestros vecinos lo considera oportuno da un mordisco a la paz. Nosotros, en cambio, no podemos dar un mordisco al territorio ya entregado.
Semana: ¿Qué tanto están dispuestos a ceder en el tema de Jerusalén?
S.P.: Sobre el asunto de Jerusalén, ella seguirá siendo una ciudad unificada, capital de Israel. Este tema está cerrado políticamente. Pero será una ciudad abierta a todos los creyentes cristianos, musulmanes y judíos, que podrán llegar a cualquier lugar sagrado sin ninguna clase de impedimentos y rezar las oraciones de su culto.
Semana: De fracasar el proceso de paz, ¿cree usted que habrá guerra entre los países árabes e Israel?
S.P.: No pienso que la paz fracasará totalmente, pero si se lesiona el proceso volveremos a ver una carrera armamentista, terror, boicoteo y recesión económica que perjudicará a todos los habitantes de la región.
Semana: Mirando hacia atrás la historia de Israel, Golda Meir posiblemente fue uno de los líderes más exitosos en unificar al país en favor de un propósito nacional. ¿Cree usted que se necesite dar una mirada al pasado para buscar una fórmula política de consenso para consolidar la paz?
S.P.: Eso es siempre una buena idea, el colocar a una mujer a la cabeza del poder.
Semana: Usted dirige actualmente una fundación cuyo objetivo es consolidar la paz en el Medio Oriente. ¿Cuál es la orientación que tiene esa entidad para lograr este objetivo?
S.P.: Someter todas las consideraciones políticas a la consideración suprema de alcanzar la paz.
Semana: ¿Qué paralelo encuentra entre el problema de la subversión armada y la violencia que vive Colombia y el conflicto en el Medio Oriente?
S.P.: Ninguna guerra, y en esto incluyo las guerras civiles, tiene futuro. Estoy seguro que algún día desaparecerán de la faz de la tierra porque las fuentes de riqueza de fuerza no están del lado de la violencia sino de la ciencia. Semana: ¿Cuál es su opinión sobre el problema internacional del tráfico de drogas?
S.P.: Con relación al tema de las drogas, que tanto afecta a su país, la ciencia ya descubrió drogas sintéticas que terminarán influenciando y dominando el crecimiento de esa actividad ilegal y de la drogadicción en el mundo. El negocio de las drogas crecerá alrededor de ellas.
Semana: Instructores militares israelíes entrenaron grupos paramilitares en Colombia en los años 80, que después terminaron en manos del narcotráfico. ¿Qué tanto control cree usted que debe ejercer el gobierno israelí sobre esa industria, que parece tener mucha importancia en su país?
S.P.: No tengo conocimiento de ese tema, pero si instructores militares hicieron eso, lo considero un error fatal.
Semana: ¿Cree que en Colombia se puede seguir el ejemplo de Israel para lograr una paz duradera?
S.P.: Cada país puede aprender de otros, pero cada uno tiene sus condiciones específicas. Estoy seguro que Israel estará de acuerdo y apoyará a todo aquel que quiera aprender de su experiencia.
Semana: ¿Algún personaje político colombiano, representante del gobierno o de la subversión, ha hecho algún contacto con usted o con su fundación para tratar de adelantar una negociación de paz en Colombia?
S.P.: No, pero conozco a un número de personalidades colombianas que respeto mucho. Cuando fui Ministro de Relaciones Exteriores conocí a la canciller de Colombia, que me invitó a visitar su patria. Coincidencialmente mi visita concordó con el día de las elecciones presidenciales. La señora Noemí Sanín me impresionó mucho.
Semana: ¿Si en Colombia se aprobara la veeduría internacional para un eventual proceso de paz con los alzados en armas estaría dispuesto a venir a Colombia y participar en el proceso?
S.P.: Lo mejor es que la paz crezca en la propia casa.