Elección o farsa

Con banderas, cohetes y hasta disparos Siria celebró este miércoles la victoria electoral del presidente Bashar al Assad. Los números que presentó la autoridad electoral eran contundentes. Al–Assad consiguió la reelección con un 88,7 por ciento de los votos en medio de una guerra civil que desangra al país desde hace tres años y ha cobrado más de 160.000 muertos. Es la primera vez que el jefe de Estado se presenta a unas elecciones con candidatos alternativos. Pero como era de esperarse, no alcanzaron ni a asomarse a la victoria. El candidato liberal, Hasán al Nuri, solo obtuvo un 4,3 por ciento y el comunista, Maher Hayad, apenas un 3,2. Fue tal el júbilo con la noticia, que siguiendo la costumbre de Oriente Próximo, algunos habitantes salieron a las calles de Damasco a disparar. Sin embargo, los tiros al aire causaron la muerte de tres personas. Al–Assad señaló que sus seguidores “deben expresar sus sentimientos nacionales de formas que reflejen mejor nuestros valores morales como sirios.” Lo que muchos se cuestionan es si vale la pena celebrar elecciones en medio de la guerra, cuando lo urgente es buscar una ‘salida política’ al conflicto. Al parecer el ruido de la fiesta deja sin respuesta esta pregunta.