TAMBIEN LES LLEGO EL FMI
Asociado hasta el momento con las cifras financieras del Tercer Mundo, el Fondo Monetario Internacional llega ahora a investigar los pasos económicos de uno de los países más ricos del mundo.
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No sólo los países del Tercer Mundo y sus crisis financieras preocupan a las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde mediados de la semana pasada se encuentra en Estocolmo una delegación del organismo internacional para "interrogar" al gobierno socialdemócrata sueco sobre las razones para la reciente devaluación de la corona sueca dispuesta por las autoridades financieras.
La devaluación, del 16%, fue acompañada por un paquete de medidas económicas que según el gobierno "impedirán el surgimiento de una espiral inflacionaria". Entre las principales medidas complementarias figura la congelación general de precios.
El hecho de que una delegación del FMI llegue a Suecia a "investigar" la política monetaria y financiera no deja de ser inusual y por ende ha concentrado la atención de los medios de difusión suecos. En éstos la imagen del FMI había estado asociada hasta el momento a desajustes, crisis y colapsos financieros en los países subdesarrollados.
Las autoridades de la entidad financiera internacional, tenía fijada su visita regular a Suecia para la primavera de 1983; sin embargo las medidas económicas adoptadas por el gobierno socialdemócrata de Olof Palme adelantaron el viaje, a la vez que cambiaron su carácter.
Varios países europeos, especialmente los vecinos nórdicos, criticaron duramente la devaluación dispuesta por el nuevo gobierno aduciendo que lo que se buscaba era mejorar la competitividad de los productos suecos en el mercado internacional, sin tener en cuenta las consecuencias desestabiliza doras que una expansión sueca podría traer aparejada para el resto de los países.
El FMI llegó a Suecia con 27 preguntas que abarcan tanto aspectos del mercado de divisas como de la balanza de pagos, la política monetaria y las perspectivas económicas del país.
Nadie discute allí que la devaluación sueca efectivamente sobrepasó los límites de una corrección necesaria. Por el contrario, todos los expertos y comentaristas especializados coinciden en señalar que ante la alternativa de devaluar, los socialdemócratas eligieron "devaluar en grande" para de esa forma incrementar las exportaciones y reducir los niveles de desempleo, a través de la creación de nuevas fuentes de trabajo con los saldos de la exportación.
Por su parte, la preocupación fundamental de la delegación del FMI presidida por su presidente para Europa, Hanns Schmitt, es que el tipo de medidas adoptadas por Suecia no sea imitadas por otros países europeos.
Además, las autoridades del FMI sostienen que los suecos violaron los acuerdos existentes entre los países miembros del Instituto Financiero Internacional, al tomar una medida tan drástica y de "consecuencias desestabilizadoras".
Pero Kjell Olof Feldt, ministro de Economía y Finanzas, desestimó las críticas del FMI afirmando que "la alternativa a la devaluación hubiese sido un pronunciado aumento de las tasas de interés y una continuación de la política de contracción económica ensayada -y con malos resultados- por el anterior gobierno".