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TERROR EN LA EMBAJADA

El atentado dinamitero contra la embajada en Beirut suscita controversia en medios políticos norteamericanos.

23 de mayo de 1983

Altos funcionarios norteamericanos se comprometieron la semana pasada a "dedicarse" nuevamente a lograr la paz en Medio Oriente y a la "batalla contra el terrorismo", pocas horas después del atentado dinamitero del 18 de abril contra la embajada norteamericana en Beirut .
La detonación de una poderosa carga de explosivos colocados en un automóvil destruyó masivamente una sección de la embajada y arrojó un saldo de por lo menos 53 muertos civiles libaneses en su mayoría, que se hallaban en la sede diplomática y alrededores. Diez y seis norteamericanos, un canadiense y un egipcio, empleados de la embajada perecieron ante la explosión.
Poco después del estallido, un movimiento denominado Jihad Islámica (Guerra Santa Islámica), con sede en Baalbek, se atribuyó el atentado.
De los primeros en pronunciarse fue el presidente norteamericano quien declaró que "este ataque criminal contra una sede dimplomática no (nos) desalentará en nuestro objetivo de paz en la región". El Departamento de Estado se abstuvo de formular comentario alguno al respecto.
Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, George Schultz manifestó desde México su "total repugnancia ante esta violencia sin sentido", mientras que Lawrence Eagleburger, subsecretario de Estado para las cuestiones políticas declaraba en Washington que tal atentado podría "cuestionar en Estados Unidos la continuación del papel desempeñado por este país en el Líbano".
Norteamérica tiene 1.200 infantes de Marina en Beirut y su envío había suscitado serias reservas en el Congreso, traumatizado todavía por el fracaso de la intervención norteamericana en Vietnam.
El atentado sobrevino, por otra parte, tras el fracaso de las conversaciones entre Jordania y la OLP sobre un acuerdo para iniciar negociaciones de paz con Israel bajo el patrocinio de Estados Unidos. Sin embargo, voceros del Departamento de Estado enfatizaron que de todas formas la "solución en el Libano avanzará", contradiciendo virtualmente la petición que hiciera el viejo senador republicano Barry Goldwater en el sentido de que "había llegado la hora de llamar a nuestros marines".
Parecen estarse polarizando las opiciones entre los que afirman que una reacción fuerte de los norteamericanos sería conveniente y entre los que piden una retirada de las tropas estadounidenses allí. Por su parte, el diario "Washington Post", estimó en un editorial que tal atentado "terminará por intimidar a Estados Unidos"y que por ello era más urgente que nunca que las negociaciones concluyeran pronto y en la retirada de las fuerzas de Israel, Siria y de la OLP del Líbano.