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TRAGEDIA EN EL FUERTE RUPERT

Con el asesinato de Bishop la revolución grenadina estaría entrando en un callelón sin salida

21 de noviembre de 1983

De las revoluciones en América Central y el Caribe de estos años --Nicaragua, El Salvador, Grenada, Surinam-- de la que menos podía esperarse episodios sangrientos era de la grenadina.
Cuando los militantes del Movimiento Nueva Joya (NJM) lanzaron la insurrección que derrocó a Sir Eric Gairy, el 13 de marzo de 1979 --que incluyó la toma del cuartel True Blue del ejército, de una estación de radio y de la oficina de telégrafos, más una huelga general-- sólo una persona, un comandante militar, perdió la vida. En los años siguientes no hubo tampoco campañas represivas, purgas políticas ni fusilamientos, a pesar de que los enemigos de ese proceso dieron muestras de su hostilidad en muchas oportunidades. Recuérdese cómo no solo hubo insistentes rumores de que una brigada de mercenarios se estaba preparando en Miami para invadir a finales de marzo pasado la pequeña isla, sino que a las campañas para sabotear las finanzas y el turismo --lo que incluyó 169 artículos en la prensa norteamericana, en sólo un mes, atacando a Grenada y a un misterioso incendio en el hotel Holiday Inn de la capital grenadina-- se sumaron las maniobras navales norteamericanas "Solid Shield 80" poco después de que Washington advirtiera que en Grenada había --lo que se comprobó después como un fraude- una "brigada de combate cubana" allí.
Quizás por ese moderado curso del proceso grenadino el asesinato del dirigente máximo de esa revolucion, Maurice Bishop y otros cinco responsables, el miércoles pasado, causó no solo alarma sino suscitó conjeturas de todo tipo a nivel internacional.
Según los escasos y contradictorios reportes, diferencias que venían forjándose entre la cúspide gubernamental terminaron a mediados de este mes en una fiera lucha por el poder entre el primer ministro Bishop y Bernard Coard, viceprimer ministro, pocas horas después de que el primero regresara de un viaje por Checoslovaquia y Rumania.
Al parecer, los hechos se precisaron de la siguiente manera: el viernes 14 de octubre, Bishop acudió a la radio a negar rumores según los cuales el ala "más radical" del NJM estaba organizando un golpe de Estado contra él. Después de eso, el líder granadino fue detenido y recluído en su casa. A partir de ahí, las versiones de parte y parte se polarizaron más. Un sector del gobierno, quien después quedaría en el poder, dijo que "los miembros" del NJM habían decidido "remover" al primer ministro porque él "se rehusaba a compartir el cargo" con Coard. Sin demora, el martes 18, el otro sector, por intermedio de Unison Whiteman, ministro de Relaciones Exteriores, dijo en llamadas telefónicas a estaciones de radio que Coard estaba "manejando el país en forma personal y que él (Whiteman) y otros tres ministros habían renunciado" en protesta por el rechazo de la dirección del NJM de reinstalar en su cargo a Bishop.
El miércoles, Whiteman y Jacqueline Creft, ministra de Educación, encabezaron una manifestación que se dirigió a la residencia del primer ministro. Al llegar allí, desbordaron a los guardias, rescataron a Bishop, encaminándose con él hacia el Fuerte Rupert, cuartel general del ejército donde, aparentemente, se hallaban detenidos otros partidarios de Bishop. Cuando la multitud se acercaba al edificio militar, dice una versión, fueron balaceados, cayendo muertos el primer ministro, Whiteman, la Creft, junto con Vicente Noel, un alto dirigente sindical; Norris Bain, ministro de Vivienda, y Fritzroy Bain, otro líder sindical. El gobierno dijo, en cambio, que Bishop y su gente habían logrado tomarse el cuartel, matar dos soldados y repartir armas allí dentro, y que, en consecuencia, al resistir un asalto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cayeron muertos.
Esa noche, el comandante de las fuerzas armadas, general Hudson Austin, miembro también del NJM, confirmó el insuceso y anunció que un "consejo militar revolucionario" asumía el gobierno de la isla, implantando, además, un riguroso toque de queda.
Bishop era reconocido como un admirador de las revoluciones cubana y nicaraguense. Su gobierno, pese a las dificultades heredadas del régimen de Gairy, había logrado --según el Fondo Monetario Internacional, que no es amigo de revoluciones-- un crecimiento del 5.5% en agricultura, 14.5% en construcción, y un aumento de 2% en el producto nacional bruto. Todo eso en una diminuta isla de 120 mil habitantes y 212 kilómetros cuadrados. El desempleo, que era de un 49% en 1979, cayó a 14.2% en abril de 1982, y ese año los salarios subieron un 10% frente a un costo de vida que se incrementó sólo un 7%.
¿Qué causó la división de ese régimen? Aunque es prematuro para saberlo a ciencia cierta, los victimarios de Bishop han aducido que él estaba intentando "normalizar" sus relaciones con Washington, lo que no era bien visto por el sector de Coard, quien se molestó mucho con el último viaje no oficial del primer ministro a Washington, donde éste tuvo contactos con el vicesecretario de Estado Kenneth Dam y el consejero de Seguridad Nacional William Clark.
Coard y Selwyn Strachan, ministro de Movilización Nacional, aparentemente eran partidarios de "acelerar el proceso" y ofrecer ayuda a los revolucionarios en el Caribe. Sin embargo, La Habana no vaciló en condenar con indignación los hechos que acabaron con la vida de Bishop.
El socialista Movimiento Nueva Joya se había formado en 1973 tras una fusión de dos organizaciones: el Movimiento Asamblea del Pueblo (MAP) y el Esfuerzo Conjunto por Bienestar, Educación y Liberación (JEWEL-joya en castellano). Varios de los dirigentes de ese movimiento habían logrado llegar al Parlamento, a pesar de los hostigamientos del régimen de Gairy, un excéntrico derechista que --entre otras cosas-- creía firmemente en Ovnis (de hecho su gobierno gastó más en investigaciones de ese fenómeno que en salud pública). Valido de un grupo paramilitar, la Banda de Mongoose, Gairy ejercía terror extralegal contra sus oponentes. La víspera de su derrocamiento, Sir Eric voló a Estados Unidos dejando a su gente el encargo de "ejecutar" a los dirigentes del NJM. Estos, ni cortos ni perezosos, lograron derrocarlo a él antes de que se cumplieran semejantes designios.
A pesar de que se dio en una pequeña isla, la llegada al gobierno de esa corriente causó gran impacto en el mundo. Se trataba del primer movimiento integrado por negros y de habla inglesa que lograba en el continente americano, a través de una insurrección popular, hacerse al poder. Las administraciones de Carter, y luego de Reagan, siempre han temido al influjo que ese hecho pueda tener dentro del movimiento negro norteamericano y en las demás islas caribeñas.
¿Con el golpe al sector de Bishop entra el proceso grenadino en una fase semejante a la de Argelia, cuando Ben Bella fuera derrocado por Boumedien? A pesar de las aparentes posturas "más radicales" del sector de Coard, no podría descartarse que éste fuera el caso, lo que llevaría en últimas a un desmonte de las instituciones que hicieron ver a Grenada como un punto de apoyo en el Caribe para La Habana y Managua y como un dolor de cabeza para el gobierno norteamericano, que tiene cerca de esa isla, en Antigua, Trinidad, Dominica y Barbados, cinco muelles para sus naves de guerra.