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| Foto: Reuters

HURACÁN IRMA

Tras la tempestad viene otra tempestad

Como si el paso de un huracán de categoría 5 fuera poca cosa, las islas que arrasó Irma se preparan para la llegada de José, que sigue el mismo recorrido. Y a ellos se suma Katia, que amenaza con castigar a las zonas afectadas por el terremoto de 8,2 que el viernes azotó el centro de México.

9 de septiembre de 2017

“Como una película de terror”. Con esas palabras describió en un video la presidenta del Consejo de Barbuda, Knacyntar Nedd, el paso del huracán  Irma por la isla. “Había carros volando sobre nuestras cabezas, contenedores de 12 metros yendo de un lado para el otro”, agregó angustiada al tiempo  que pedía ayuda para la recuperación.

Sin embargo, lo peor no ha pasado ni para esa isla ni para el resto de las Antillas Menores, que Irma arrasó esta semana. Pues siguiendo su estela se encuentra el huracán José, que el viernes subió a categoría 4, la misma intensidad de su hermana mayor, que bajó levemente su potencia al acercarse a Cuba y a la península de la Florida.

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El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos advirtió que este es “extremadamente peligroso”. José también se dirige hacia el Caribe y se encuentra a 670 kilómetros al este-sureste de las islas más septentrionales de las Antillas Menores.

Además de Barbuda, a su paso se encuentran Antigua, Anguila, San Martín y San Bartolomé, que fueron arrasados casi en su totalidad por Irma. Se espera que en esta región este produzca precipitaciones de 75 a 203 milímetros de lluvia en zonas aisladas. Por su parte, el oleaje podría elevarse entre 60 y 120 centímetros.

A su vez, en el otro extremo del Golfo de México, el huracán Katia llegó al puerto de Tuxpan en el estado mexicano de Veracruz. Es decir, a 700 kilómetros del epicentro del terremoto de magnitud 8,2, que el jueves dejó 61 víctimas mortales en México. Se trata del sismo más intenso registrado en ese país desde 1985, cuando un movimiento similar arrasó la capital.

No se trata de un fenómeno normal, pues es la primera vez que tres huracanes tocan tierra al mismo tiempo. Irma, en las Bahamas (y se espera que se siga acercando a Florida). José en las Antillas Menores (ya devastadas por Irma) y que Katia en México.

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Según The Washington Post, también es e inédito que dos tormentas en el océano Atlántico alcancen velocidades de 250 kilómetros por hora al mismo tiempo.

Como trinó en su cuenta de Twitter Phil Klotzbach, experto en huracanes de la Universidad Estatal de Colorado State, la última vez que coincidieron en la región tres huracanes de categoría 2 (o más fuerza) fue en 1893.

Y a todo eso se suma que la región de Texas aún no ha comenzado a recuperarse de los efectos de Harvey, cuyos costos podrían elevarse a los 160.000 millones de dólares. Junto con José e Irma, este es uno de los tres huracanes que han llegado a la categoría 4 este año, una situación que también tiene pocos precedentes. 

Uno de los antecedentes en que hubo tres megahuracanes simultáneamente fue en 2010, cuando coincidieron en el Golfo de México Igor, Julia y Karl (aunque este último solo alcanzó la categoría 3).

Pese a que los huracanes siempre han existido y es previsible que en esta época del año se registren tormentas tropicales, es claro que hay un nuevo elemento en juego. Como dijo a este portal Kenneth Kuntel, investigador del Instituto de Carolina del Norte para el Cambio Climático, “en el hemisferio norte, la temperatura del agua ha estado subiendo, probablemente por la concentración de gases de efecto invernadero.

“En la actualidad, las aguas del Golfo de México son más calientes de lo normal. Y eso probablemente se debe al cambio climático”. Todo lo cual ha creado las condiciones idóneas para  que se formen estas tormentas perfectas.

Como dijo en diálogo con SEMANA David W. Titley, profesor de meteorología de la Universidad Estatal de Pensilvania, “dadas esas condiciones atmosféricas, es posible que las aguas tibias del océano haya favorecido unas tormentas más intensas, que de otra manera se habrían debilitado al llegar a tierra”.