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UN ASESINATO MISTERIOSO

Olof Palme, primer ministro sueco, era una espina en la política internacional de Reagan.

31 de marzo de 1986

Militante encarnizado del desarme y la paz, Olof Palme, primer ministro de Suecia, creía no tener enemigos. El uso de protección policial especial no era habitual en este político socialdemócrata, acostumbrado a pasearse por las calles de Estocolmo en medio de la cordialidad de sus habitantes. Palme era considerado como el principal arquitecto de la sociedad moderna sueca, un conglomerado caracterizado por su altísimo bienestar social. El asesino que disparó contra este hombre cuando salía de un cine con su esposa, en una céntrica calle de la capital, aprovechó esa indefensión. Una hora después del atentado, Olof Palme, con dos balazos en el estómago, fallecía en un hospital, en la madrugada del sábado 1° de marzo.
Mundialmente conocido por su estilo personal descomplicado y sus campañas contra el subdesarrollo del Tercer Mundo, Palme era el vicepresidente de la Internacional Socialista. Había sido Primer Ministro en dos ocasiones: de 1969 a 1976 y a partir de octubre de 1982. A los 25 años, dirigió la Unión Nacional de Estudiantes, 5 años antes de convertirse en Diputado. Ministro sin cartera en 1963 y ministro de Comunicaciones y Educación entre 1965 y 1967, Olof Palme llegó a la jefatura de su partido en 1969.
¿Quién querría su desaparición? La Policía, que en el momento de redactar esta nota sólo había capturado a dos sospechosos, centra sus investigaclones sobre un grupo de extrema derecha que meses atrás se atribuyó el asesinato del Embajador de Yugoeslavia en Estocolmo. Un miembro de dicho sector, actualmente encarcelado en Suecia, fue detenido en Estados Unidos y extraditado.
Nacido el 30 de enero de 1927 en Estocolmo, el Primer Ministro sueco contaba entre sus principales logros políticos el haber podido acrecentar el poderío industrial del país -que cuenta hoy con un competitivo sector robotizado y de punta- sin deprimir para nada la protección social, fenómeno éste que de hecho se ha convertido, con el paso de los años, en el modelo sociológico llamado del "Estado bienestar".
El Partido Social Demócrata sueco había vuelto a ganar las elecciones del 13 de septiembre pasado, quebrando la ofensiva conservadora que pretende desmantelar la sociedad-bienestar, por una parte, y abandonar, por la otra, la política exterior de neutralidad que mantiene a Suecia fuera de la OTAN y que reparte el 1% de su producto interno bruto en ayuda a los países pobres del Tercer Mundo. Pero el populismo derechista, que mostraba como ejemplo a la Gran Bretaña de la señora Thatcher, no fue respaldado por el electorado. Los buenos índices económicos obtenidos por Palme (reducción de la inflación y el desempleo, superávit fiscal y sustancial aumento de las exportaciones) le habían dado al Primer Ministro tres años más para impulsar su modelo, como alternativa a lo ofrecido por la administración Reagan y la Escuela de Chicago. Respecto a América Latina, eran conocidas las posiciones del gobierno de Palme en favor del gobierno sandinista -al cual acababa de aumentar su ayuda económica- y el apoyo a una paz negociada en El Salvador. Suecia en estos momentos participa en un esfuerzo para revivir el Mercado Común Centroamericano, bajo el criterio de que una intensificación del comercio podría reducir las presiones enemigas.