Un comediante quiere opacar a Silvio Berlusconi

Se trata de Beppe Grillo, conocido como el príncipe payaso de la política italiana, un comediante de 64 años convertido en político bajo el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) que está quitándole espacio y electores a los partidos tradicionales. Su programa incluye, además de Internet gratis para todos, la puesta en marcha de una economía verde, la reducción de la semana de trabajo a 20 horas y el abandono de Italia de la zona euro.

Grillo se enfrenta por primera vez al desafío de conquistar el Parlamento e intentar cumplir sus promesas. Es irreverente y para algunos demagogo. El ex comediante no tiene reparos en decirle a Berlusconi “zombie ambulante” y al jefe de gobierno saliente Mario Monti “Rigor Montis”, un juego de palabras con rigor mortis.

Si Grillo llega al 20 por ciento de los votos, como vaticinan algunas encuestas, el Movimiento 5 Estrellas podría convertirse en el segundo partido de Italia. 

Hasta ahora Grillo se ha negado a participar en debates y entrevistas. Él prefiere comunicarse a través de las redes sociales y su blog, que se convirtió en un plazo récord en el más influyente de Italia y el séptimo más importante del mundo, según la revista estadounidense Forbes.

Sus contradictores dicen que no está preparado para responder preguntas difíciles ni mucho menos para dirigir a un país. La semana pasada lo cuestionaron acerca de los fármacos que no se fabrican en Italia. "Ten cuidado de tomar Viagra y Cialis, porque todos ellos son hechos en China, y si no tienes cuidado, te vuelven amarillas", bromeó para hacerle el quite al tema. 

Vale la pena aclarar que Grillo, quien aspira a consolidar su fuerza política en el parlamento italiano, no puede presentarse como candidato a las elecciones pues fue condenado por homicidio en 1980 por cuenta de un accidente de automóvil en el que murieron tres personas.

Lo cierto es que Grillo ha cambiado el panorama electoral italiano con un 16 por ciento de popularidad en las encuestas. por ahora Grillo sonríe y espera los resultados de las elecciones mientras disfruta de su yate, de su Ferrari última modelo y de una fortuna de 4.3 millones de euros, que lo hacen uno de los italianos más ricos.