UN NUEVO REVES PARA EL KHADAFI
Saboteada por Chad, fracasa por segunda vez la XIX Conferencia de la Organización de la Unidad Africana.
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La XIX cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), programada para el 23-26 de noviembre, fracasó por segunda vez consecutiva en menos de cuatro meses.
Ayudado por el Frente Polisario y decidido a no participar en ella para "salvar a la OUA", el jefe libio Mohamad El Khadafi esperaba, no obstante, que la misma se reuniera en Tripoli una vez se obtuviera el necesano quorum de 34 países. De realizarse esto, el líder libio sería elegido presidente de la OUA. Pero las cosas no salieron como él esperaba.
En efecto, inaugurando el 15 de noviembre la reunión preparatoria de dicha conferencia, ante 44 ministros de relaciones exteriores, siete más de los reunidos en agosto pasado (Ver SEMANA del 10-16 de agosto), Khadafi desató un duro ataque verbal contra los 19 países que habían participado a comienzos de octubre en la cumbre africana convocada por Francia y realizada en Zaire.
Haciendo referencia explicita a la frustrada conferencia de agosto en Tripoli, Khadafi criticó el hecho de que los países africanos parecían preferir ese tipo de reuniones y no las de la OUA. Según el mandatario libio, el encuentro de Kinshasa era "incompatible con la independencia y la libertad de Africa".
Según la programación acordada, la reunión preparatoria de la XIX conferencia de la OUA debería ser efectuada entre los ministros citados, quienes prepararían el orden del día y el temario que abordarían los jefes de Estado.
Veintinueve tópicos figuraban entre las prioridades de la cumbre, pero uno solo bastó para bloquear las negociaciones: ¿Quién debía ser el representante legítimo de Chad, vasto país destrozado por veinte años de guerra civil?
Libia y otras treinta delegaciones optaron por Gukuni Uedei, pero el bloque minoritario llamado "moderado" exigió, en cambio, el reconocimiento de Hissen Habre, jefe nacionalista instalado en Yamena y recibido oficialmente, como jefe de Estado durante la conferencia francoafricana en Zaire. Ello llevó a que Peter Onu, el portavoz libio en esa reunión, solicitara cuatro días más tarde que, "como los ministros de asuntos exteriores han fracasado en lograr un acuerdo sobre quien representará a Chad, se decida que esta controversia sea resuelta por los jefes de Estado".
Entonces: Camerún, Costa de Marfil, Comores, Gambia, Nigeria, Togo, Senegal, Marruecos, República Centroafricana, Guinea Ecuatorial, Dibuti y Gabón anunciaron de inmediato su decisión de retirarse de la conferencia y volver a reunirse en Libia con la condición de que Hissen Habre sea aceptado como representante de Chad.
Gokuni Uedei había llegado al poder en Chad en diciembre de 1979, gracias a la ayuda militar libia, pero fue depuesto el 7 de junio pasado, siete meses después de la retirada de su país de las tropas de Khadafi. Desde octubre dirige un "gobierno rebelde" auspiciado abiertamente por el mandatario libio.
A pesar de que Uedei ya no está en el poder, el gobierno libio no vaciló en recibirlo en Tripoli con todos los honores reservados a los jefes de Estado y no pareció desaprobar las declaraciones de Kader Kamugue, aliado de Uedei en calidad de vicepresidente del gobierno rebelde, quien en una rueda de prensa no cesó de presentar a Hissen Habre como un "agente del imperialismo". Sin embargo, Khadafi adhirió a la propuesta original, presentada por Nigeria y aprobada por las treinta delegaciones restantes, según la cual la delegación de Hissen Habre sería reconocida como representante de Chad si, voluntariamente, abandonaba la conferencia. La oposición de los países "moderados" puso fin a las últimas tentativas del coronel Khadafi para salvar la "fiesta africana" para la cual había hecho construír en Trípoli tres hoteles, diversos centros modernos y renovar la lujosa colección de automóviles oficiales.
"Sólo 31 estados están dispuestos a tomar parte en la conferencia cumbre dijo lacónicamente el portavoz oficial, el 26 de noviembre, antes de concluír: "la cifra resulta insuficiente (para celebrar la conferencia) según la carta de la OUA".
Las delegaciones se limitaron, pues, a confirmar en sus puestos de presidente y secretario a Daniel Arap Moi y Eden Kodjo; pedir a los países miembros que continuasen pagando sus cotizaciones para evitar la parálisis de la organización y nombrar una comisión de doce países a fin de organizar de nuevo la conferencia.
En su discurso final, Khadafi acusó a los Estados Unidos, Francia "sus lacayos", al "sionismo racista" y a la "reacción árabe" de haber complotado para boicotear la conferencia y para socavar la unidad de Africa.
Todo parece indicar que la OUA, creada en 1963, en la ola de luchas anticolonialistas, no puede responder en su versión actual a los graves problemas de independencia y desarrollo a los que se ve enfrentado ese continente. Argelia misma aboga por su reforma, pero fiel a su propia fama, el coronel Khadafi se dijo, más bien, estaría dispuesto a hacer una tercera o una cuarta tentativa hasta lograr celebrar "su" conferencia.--