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UNA MUJER DE ARMAS TOMAR

Ultraliberal, afirmativa, la Ferraro puede catapultar la candidatura de Mondale hacia el triunfo como ni él mismo lo soñara

13 de agosto de 1984

En el mismo lugar donde hace 18 meses anunciara su candidatura, Walter Mondale dividió en dos la historia política de los Estados Unidos al confirmar el jueves anterior que, de ser elegido este miércoles como candidato oficial por el Partido Demócrata a las elecciones de noviembre próximo, su compañera en el tiquete será la congresista neoyorquina Geraldine Ferraro. La sorpresiva noticia fue dada por el mismo Mondale desde el capitolio del Estado de Minnesota en la ciudad de Saint Paul 17 horas después de que el ex vicepresidente de la administración Carter hubiera tomado la decisión y se la hubiera comunicado a la Ferraro, quien en ese momento se hallaba en San Francisco haciendo preparativos para la Convención.
Al cabo de un largo proceso de selección en el que Mondale entrevistó personalmente a siete aspirantes a la vicepresidencia y consideró a varios líderes más para ese cargo, el candidato llegó a la conclusión de que sólo la Ferraro reunía las cualidades de tenacidad, afinidad y aceptación ante los votantes que la balota demócrata necesita para enfrentarse a los republicanos comandados por Reagan y Bush.
Amén del impacto que produjo el nominar a una mujer como candidato al puesto número dos del gobierno, Mondale probó que es un político astuto al pretender actuar, sin la bendicion oficial, como el representante legítimo de su partido y así desarmar a personas que, potencialmente, pueden arrebatarle la nominación.
Apenas horas después de haber presentado a la Ferraro era difícil encontrar un demócrata prominente que criticara el paso tomado por Mondale. Desde Jesse Jackson hasta Ted Kennedy, pasando por Gary Hart, calificaron a Ferraro como "extremadamente competente para tal trabajo".
El apoyo casi general que recibió ella vino a culminar exitosamente una corta carrera política que empezó cuando la ex maestra y abogada de 48 años ganara el noveno distrito en las elecciones de 1978 en el sector de Queens, vecino a la Isla de Manhattan, y entrara a formar parte de la Cámara de Representantes norteamericana.
Trabajadora como pocos, Ferrara logró ganarse en poco tiempo el aprecio y la confianza de demócratas como Tipo O'Neill, el speaker de la Cámara, quienes la impulsaron rápidamente. De tal manera, la Ferraro ha sido miembro de la comisión Hunt, del Partido Demócrata, la cual diseñó las reglas bajo las cuales se condujeron las elecciones este año. Igualmente, ha estado en el comité de presupuesta de la Cámara (una de las comisiones más importantes que hay), fue elegida secretaria de un congreso demócrata y este año fue directora del comité encargado de diseñar la plataforma electoral del Partido Demócrata.
Su récord en el congreso revela que pese a venir de un área de Queens que es bastante conservadora (la cual, por cierto, incluye el corazón de la copiosa colonia colombiana en Nueva York), Ferraro ha sido bastante liberal: ha votado a favor del aborto y de la ERA--enmienda que busca igualdad constitucional para las mujeres--, se ha declarado enemiga del misil MX y del superbombardero B-1 y es una de las más vehementes criticas de la política de Reagan en Centroamérica.
Aunque votó en contra del proyecta de ley Simpson-Mazzoli, que pretende solucionar el problema de los inmigrantes ilegales (la explicación fue que la gente de Queens no favorecía la amnistía), Geraldine Ferraro es de las pocas personas en el Congreso que entiende y simpatiza con los inmigrantes.
La única crítica de fondo que se le hace es la de su falta de preparacion en política exterior. Sin embargo, hace unos meses la Ferraro estuva viajando por Centroamérica y el Medio Oriente, además de estudiar sobre el tema.
De ser aclamada por la convención demócrata esta semana, se espera que la Ferraro refuerce el tiquete presidencial a través del bloque de las mujeres, las cuales constituyen el 52.7% de la fuerza electoral en Estados Unidos. Además, su acogida en los Estados industriales del noreste puede persuadir a miles de obreros a desertar de las filas republicanas.
Por último, aunque la mayoría de los demócratas favorecía a Gary Hart como el nominado a la vicepresidencia, Geraldine Ferraro despierta sentimientos de simpatia similares y puede contribuir a curar las heridas internas que la larga temporada de primarias dejara entre los miembros del partido. Pese a que se considera que algunos votantes tradicionales se pueden sentir poco dispuestos a votar por una mujer, Geraldine Ferraro quiere demostrar que lo que importa son sus cualidades políticas y personales. Al fin y al cabo ella misma dijo a principios de junio que "Si yo no fuera capaz, no se hablarfa de mí". -
Ricardo Avila, corresponsal de SEMANA en USA -