UNA RED CONTRA EL PAPA
Un ciudadano búlgaro, Serguei Ivanov Antonov, es acusado de ser cómplice de Agca, el turco que disparó contra Juan Pablo II.
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La justicia italiana aclaró oficialmente el 26 de noviembre que cualquier hipótesis de complot por parte de organismos internacionales o de otros Estados en el atentado al Papa Juan Pablo II, es prematura y carece de fundamento.
El juez instructor Ilario Martella, quien investiga el ataque al Pontífice perpetrado el 13 de mayo de 1981, puntualizó mediante un comunicado que la detención del ciudadano búlgaro Serguei Ivanov Antonov, verificada el 25 de noviembre, se produjo en virtud de las pruebas reunidas para identificar a las restantes personas que participaron del hecho.
Antonov, de 35 años, un funcionario de la filial romana de Balkan Air --la línea aérea búlgara--, se encuentra ahora en una celda de aislamiento en la cárcel judicial de Rebibbia, acusado de complicidad con Mehmet Ali Agca, el joven turco que disparó contra el Pontífice en la plaza de San Pedro.
La embajada de Sofía en Roma reiteró que la detención del funcionario de la Balkan Air "carece de fundamento legal". La representación diplomática no recibió ninguna comunicación oficial del arresto ni de los cargos contra Antonov. Una fuente búlgara bien informada declaró que la Policía italiana había secuestrado al funcionario las llaves de su departamento romano, por lo que cualquier presunta prueba que hallaran carecería de "valor legal controlable".
Antonov es la tercera persona arrestada por el ataque al Pontifice, además de Agca. Las autoridades italianas obtuvieron la extradición de Suiza del ciudadano turco Omar Bagci y lograron el arresto en Francfort, Alemania Federal, de otro turco, Cerdar Musa Celebi.
El gobierno de Ankara informó oportunamente que tanto Agca, como Bagci y Celebi, pertenecieron a la organización de extrema derecha "Los lobos grises", actualmente prohibida por el gobierno militar de ese país.
Antonov fue interrogado en Rebibbia por el juez Martella, quien posteriormente se reunió en el Palacio de Justicia con otro magistrado, Ernesto Cudillo, sin formular declaraciones a la prensa. "Es absurdo. Todo esto no tiene sentido", dijo Antonov cuando fue sacado del departamento de Policía para ser trasladado a la cárcel judicial.
Sin embargo, fuentes autorizadas señalaron que la DIGOS, de servicio de inteligencia y antiterrorismo italiano, está convencida de que Antonov actuó como apoyo de Agca en el atentado.
Según la DIGOS, Antonov fue quien le reservó la habitación en la modesta pensión de Via Cicerone, desde donde Agca salió para la plaza de San Pedro e hirió de tres balazos a Juan Pablo II. El funcionario búlgaro, según esta versión, también debia ser el encargado de sacar al pistolero turco de Italia una vez cumplido el ataque. La DIGOS sospecha, además, que fue la persona quien proporcionó la pistola Browning calibre 9 mm con la cual le disparó al Papa.
Alí Agca, condenado a muerte en Turquia por el asesinato de un periodista, viajó por siete países antes de cometer el fallido magnicidio. La DIGOS calculó que había gastado cien dólares diarios durante ocho meses.
La Policía italiana está convencida de que la clave del atentado reside en las personas o supuestas organizaciones que ayudaron a Agca hasta el momento del ataque que costó al Pontifice cien días de reposo en el hospital catolico Gemelli, uno de los principales de Roma.
Agca, de 25 años, fue condenado en Italia a prisión perpetua y se encuentra recluido en Asoli-Piceno, una de las siete cárceles de máxima seguridad del país. Hace un año, la justicia reabrió el proceso y afirmó estar convencida de que el joven turco no había actuado solo sino ayudado por personas, agencias u organizaciones desconocidas.
El juez Martella viajó hace una semana a Francfort para interrogar a Celebi y se afirmó que habia reunido suficientes pruebas como para disponer el arresto de Serguei Antonov.
El funcionario búlgaro vivia solo en un departamentode Via Pola, ya que su esposa habia viajado a Sofia hace seis meses por presuntas desavenencias con él.
Fuentes judiciales declararon que es posible que el juez Martella disponga un careo entre Agca y Antonov para determinar si efectivamente el funcionario búlgaro fue su "contacto" en Roma.
La embajada búlgara, por medio de un vocero autorizado, hizo saber hoy que todas las acciones futuras--como la posible designación de un abogado defensor para Antonov-estarian a cargo del gobierno central de Sofía.