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El empresario venezolano Guido Antonini Wilson no fue detenido.

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Valija misteriosa

El escándalo por los 800.000 dólares incautados a un venezolano en un vuelo argentino oficial en Buenos Aires no hace más que crecer, y podría afectar a la candidatura de Cristina Kirchner.

18 de agosto de 2007

Cristina Fernández de Kirchner no está de buenas. Cada vez que organiza un acto para lanzar su campaña, un escándalo lo empaña. Esta vez fue el caso de la valija, o el "maletinazo". Horas antes de pronunciar su discurso de apertura de campaña en el histórico Luna Park, un fiscal ordenó la captura internacional, por contrabando y lavado de dinero, del venezolano Guido Antonini Wilson, el enigmático personaje acusado de ingresar al país 800.000 dólares sin declarar al llegar en un vuelo chárter procedente de Venezuela con funcionarios argentinos y de la petrolera venezolana Petróleos de Venezuela, Pdvsa.

Antonini subió al jet por invitación de Claudio Uberti, funcionario de la administración de carreteras y hombre de confianza del ministro de Planificación Julio de Vido. Uberti actuaba de hecho, cosa misteriosa, como encargado de negocios del gobierno de Néstor Kirchner en Venezuela.

Para muchos comentaristas en Argentina, Uberti fue despedido como chivo expiatorio, para que el escándalo no arrastrara a los funcionarios de Enarsa, la compañía estatal de energía, que contrataron el vuelo por 90.000 dólares. Y no está clara la relación de los funcionarios de Pdvsa con el enigmático Antonini, que fue invitado por Daniel Uzcátegui, vicepresidente de esa petrolera.

Antonini pertenece a la generación de empresarios jóvenes que se han enriquecido con el chavismo. Ama los autos de carreras, tiene un Ferrari y vive en uno de los barrios más caros de Miami. Mientras más se investiga, más negocios suyos aparecen: bienes raíces, productos petroleros, máquinas agrícolas y una empresa en Venezuela dedicada a la compra de armas. ¿Y para quién era la plata de Antonini? Misterio total. "Todo son suposiciones", dijo a SEMANA Raúl Kollman, analista de Página 12. "Una de las posibilidades es que tenga alguna relación con Pdvsa, pues se supo que el hotel de Antonini en Montevideo fue pagado por esa empresa", dice.

La investigación en Argentina ha revivido dudas. No se sabe por qué un funcionario como Uberti tiene plata para gustos caros, ni por qué es responsable -sin cargo- de las relaciones comerciales con uno de los principales socios de Argentina. Tampoco se entiende por qué un ente oficial como Enarsa gasta 90.000 dólares en fletar un avión para un viaje de un día para el otro. Ni por qué la justicia dejó escapar a Antonini hacia Uruguay (donde estaba el presidente Hugo Chávez).

El presidente Néstor Kirchner pidió a su colega Chávez que se pronunciara, pero el venezolano se negó, lo que creó tensiones entre los dos. Este es el segundo incidente entre el gobierno de Caracas y uno del Mercosur, desde cuando el bolivariano insultó a los senadores brasileños que pidieron la reapertura del canal Rctv. Sin embargo, Kirchner no puede desairar a Chávez, pues éste se ha convertido en uno de los principales financiadores del gobierno argentino.

En medio de todo, Cristina lanzó su campaña presidencial el martes pasado, en un acto frío en el Luna Park, rodeada de funcionarios, con un discurso que hizo poco para calentar el ambiente.

No ha tenido suerte la Primera Dama: cuando anunció su candidatura en La Plata, acababa de renunciar la ministra de Economía Felisa Micelli, cuando apareció una bolsa con 60.000 dólares en el baño de su oficina. Dicen que Cristina montó en cólera con el asunto de la valija, que estrelló dos ceniceros contra el piso y que se negó a acompañar a su marido a la cita con Chávez y Evo Morales en Bolivia esa misma semana.

Sin embargo, la mayoría de los analistas cree que el episodio no afectará mucho las intenciones de voto de Cristina. Enrique Zuleta Puceiro, de la consultora Opzm, cree que el escándalo "afecta en el sentido de que pone el tema corrupción en el centro de la agenda. Es un tema que se inserta, sin que fuera esperado ni por el gobierno ni por la oposición", pero para el consultor, lo decisivo es "el liderazgo, por 'default', de los Kirchner. No aparece ninguna alternativa". El analista Eduardo Fidanza cree, por el contrario, que "la intención de voto está afectada, aunque básicamente en los sectores medios".