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VIVITA Y COLEANDO

El país de los golpes de estado apuesta nuevamente por la democracia.

29 de mayo de 1989

Cuando el próximo 7 de mayo los bolivianos voten por su candidato preferido para ocupar la Presidencia de la Republica, estarán dando su espaldarazo al proyecto de consolidación de una de las democracias más esquivas de America Latina.

Como únicos candidatos con opción aparecen tres hombres que abarcan casi todo el espectro político del país. Se trata de Gonzalo Sánchez de Lozada, que representa al gobernante Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); Hugo Banzer Suárez, de Acción Democrática Nacionalista (ADN), y Jaime Paz Zamora, del Movimiento Izquierda Revolucionaria (MIR). Pero lo cierto es que ninguno de ellos tiene la fuerza suficiente para lograr la mayoría absoluta, necesaria para ser elegido directamente por los votantes. Los observadores dan por descontado que el presidente será elegido en el Congreso, que es la segunda instancia en donde según la Constitución, se decidira quién va a regir los destinos del pais durante los próximos 4 años.

Fue precisamente mediante la votacion parlamentaria como los bolivianos eligieron a su actual presidente, el legendario político Víctor Paz Estenssoro, segundo en la votación popular de 1985, después de Hugo Banzer. Paz Estenssoro es precisamente el gestor con Hernán Siles Suazo, de la revolución de 1952. Entonces el MNR dió al traste con el estado oligárquico imperante, impuso la reforma agraria y nacionalizo la minería, en un movimiento que algunos comparan en su trascendencia con la revolución mexicana. Ese antecedente resulta fundamental para entender el proceso actual.

La revolución de 1952 amplió la democracia, antes reservada a los ciudadanos que supieran leer y escribir, y recompuso las bases sociales del país.
Pero no tuvo la fuerza para mejorar sustancialmente la economía. El movimiento sindicalista, encabezado por la Central Obrera Boliviana, jugaba en ese entonces y hasta hace poco un papel más importante que los partidos políticos en la representatividad de las masas, al punto de que lo que se configuraba era una especie de de mocracia mixta en que el sindicalismo llenaba una parte fundamental. Pero al quebrarse la alianza del MNR con la Central Obrera, y presentarse un vacío de poder, se inició una larga serie de golpes militares en 1964, cuando Paz Estenssoro fue derrocado por el general René Barrientos Ortuño.

En la sucesión de gobiernos militares hubo toda clase de tendencias, desde la doctrina de la Seguridad Nacional, hasta el populismo del general Juan José Torres. Sin embargo, el gobierno de mayor duración fue el del general Hugo Banzer Suárez, que dirigió al país entre 1971 y 1978, en medio de una bonanza de exportaciones.

Fue en ese año cuando comenzó timidamente el proceso hacia la democracia en Bolivia. Banzer, cercado por el deterioro de la situacion económica, llamó a elecciones. Pero su candidato, el general Juan Pereda, fue elegido con un fraude tan evidente que los comicios fueron anulados.
Faltarían aún dos elecciones fallidas --cuando no se consiguió mayoría ni acuerdo y que el país atravesara por la oprobiosa dictadura del general Luis Garcia Mesa y su "pandilla militar" de fuertes vinculaciones con el narcotráfico, para que los militares finalmente accedieran, en 1983, a entregar el poder a Hernán Siles Suazo. Este, elegido por el recientemente restituido Congreso, entregaría el poder a Paz Estenssoro en 1985.

Habiendo recorrido un camino tan accidentado, no resulta extraño que los partidos políticos--que llenaron, además, el vacio dejado por la COB--esten empeñados en mantener a toda costa una democracia tan difícilmente conseguida. Pero con los años, las cosas han cambiado. El MNR, que en sus tiempos revolucionarios era el enemigo de la burguesía capitalista, hoy es la expresión de ese sector. Su candidato, Gonzalo Sánchez de Lozada, es un tecnócrata educado en los Estados Unidos, que apoya el Nuevo Plan Económico de Paz Estenssoro que, entre otras cosas, disminuyo la fuerza laboral de las empresas estatales en 23 mil trabajadores en 1986.

Banzer Suárez, por su parte, logró hacer el difícil tránsito de dictador militar a lider político que hoy goza de la mayoría relativa, a través de un partido de corte multiclasista de centro derecha. Y Jaime Paz Zamora, una figura política que recuerda a Alan Garcia, encarna una coalición de diez partidos de izquierda.

Nadie sabe aun cuál de ellos va a ganar en los comicios. Pero si se sabe que existe entre los candidatos el consenso de que el "empantanamiento" de la primera fase de la democratizacion, por falta de acuerdo en el Parlamento para romper la falta de una mayoría absoluta, no se repetirá.
inclusive para ello el MNR y el ADN habian acordado un "Pacto por la democracia", por el cual se comprometian a votar en el Congreso por el partido que obtuviera la mayoría relativa. La ruptura de ese pacto por el MNR, cuando se dio cuenta de que iba atrás en las encuestas, no le quita estabilidad, sin embargo, al proceso.

En estas condiciones, algunos observadores adelantan la hipotesis de que si Banzer consigue una ventaja del 5% o más, sería elegido en el Congreso, pues éste no se atreveria a volver a elegir al segundo como en la ocasion anterior. Pero si Sánchez resulta con mayoria relativa, seria ratificado por el legislativo. Pocos, en cambio, apuestan por un triunfo, asi sea inicial, de Paz Zamora. Pero todos los ciudadanos de Bolivia, incluso los militares actuales, parecen apostarle a la consolidación de su democracia.-