Vuelve y juega

Las tensiones están más vigentes que nunca en Hong Kong. Entre el martes y el miércoles se llevó a cabo un gran operativo policial para desalojar el campamento de Mong Kok, uno de los principales asentamientos de los movimientos que exigen mayor libertad con respecto a China. El desalojo no fue muy pacífico y al final de la jornada la Policía arrestó a más de 150 personas. Entre los detenidos estaban Joshua Wong y Lester Shum, dos de los principales líderes del movimiento prodemocracia, que fueron retenidos por una noche y enfrentaron cargos por desacato y obstrucción a la actividad policial. Los manifestantes expresaron su indignación y prometieron que no se iban a rendir hasta que el gobierno central cumpla sus demandas, algo que por ahora parece muy difícil de conseguir, por no decir imposible. Los paraguas llevan dos meses abiertos en Hong Kong, y por lo visto seguirán así por más tiempo.