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"WELCOME TO THE FLKLNDS"

Convencidos de que van a ganar la guerra, los ingleses ya no quieren negociar.

28 de junio de 1982

Los cuarenta y dos isleños que, junto a treinta y un mil ovejas viven en granjas de la zona de San Carlos, dejaron perplejos a los marinos y periodistas que iban con ellos. Cuenta Max Hasting, del "Evening Standard", cómo apenas mostraron sorpresa alguna al verlos llegar, en noche cerrada, a sus casas: "¿Son ustedes británicos, no es así? Sabíamos que un día u otro vendrían". Y amable, el señor Shore les invitó a una taza de té. Geográficamente las islas pueden ser Argentinas pero los isleños tiene la misma flema que ha hecho famosos a los súbditos de su majestad.
Hasting, excitado aún por ese desembarco nocturno, por el sabor a guerra, no olvidará nunca cómo una de las principales preocupaciones de algunos granjeros era confirmar la desconcertante noticia de que el Leeds United había bajado a segunda división. No se sorprendieron ante la llegada de aquellos hombres que venían del otro lado del mundo, no hubo histerias ni canciones: tal vez es que jamás verdaderamente dudaron de que los británicos acabarían por llegar.
En la costa, el desembarco iba tomando su tiempo -costó casi cuatro horas- y ya había ocurrido una tragedia: un helicóptero "Sea King" que transportaba treinta hombres de barco a barco, había sufrido un accidente y se había hundido. Nueve hombres lograron salvarse. Los veintiuno restantes fueron los primeros muertos británicos del desembarco en las islas. Deciocho, eran miembros del Special Air Service, grupo especializado en golpes de mano que vio sus siglas publicadas en letras enormes cuando acabaron con la toma de la embajada iraní en Londres, hace justamente dos años. Pronto habría que unir a estas bajas, la de los pilotos de dos helicópteros "Gazella" que serían derribados por las defensas Argentinas, no en San Carlos, sino en no de los "Raid" que lanzaron los Británicos para confundir a sus enemigos. Poco después del amanecer del viernes, los británicos habían establecido la cabeza de puente en San Carlos. Durante los días siguientes se dedicarían a "consolidar posiciones" y defenderse de la aviación argentina.
En las calles británicas, la noticia de los hundimientos del "HMS Ardent" --veintidos muertos, el "MS Antílope"-- un muerto --y el accidente del helicóptero-- veintiun muertos-- no causaron ninguna conmoción terrible. Lo del "Sheffield" sí entristeció a los británicos, pero es que entonces no había empezado la competición límite que es una guerra en serio. Y, en esa competición, las muertes importan, pero sobre todo importa ganar.
Cuarenta y ocho soldados británicos, dice el Ministerio de Defensa, que han muerto entre la madrugada del viernes y la noche del lunes. Pero dice también que el desembarco fue un éxito. "Nos hemos asegurado una base sólida en tierra", cuenta el ministro Nott. "Nuestras fuerzas están establecidas en las islas con los suministros necesarios, armamentos pedaos y misiles tierra aire. Tienen movilidad cuentan con gran número de helicópteros y su moral es muy alta" Por el tipo de tropas que han desembarcado, es evidente que la idea no es quedarse quietos en San Carlos. Los marines y paracaidistas están entrenados para moverse, no para establecer guarniciones. Puede que bajen hacia el sur, intenten tomar Darwin y ,Goose Green y avancen luego hacia Port Stanley. Evitarían tener enemigos a la espalda y el terreno a cubrir hasta la capital es más llano y menos cruel que el que separa en línea recta San Carlos de Port Stanley.
" Vamos a movernos rápido" cuenta sir Terence Lewin, jefe del estado mayor de defensa. Y Nott, aunque reconoce que "nuestras tropas tendrán que encarar formidables problemas en un terreno dificil y con clima hostil" no duda que "Los días de la ocupación argentina están contados, no pasará mucho tiempo antes de que los isleños vean restaurados sus derechos democráticos".
Londres está convencido de que va a ganar esta guerra, y ya no quiere saber nada de negociar. " Vamos a concentrarnos en el objetivo de recuperar las islas --advierte Nott- y dejaremos por el momento de lado las discusiones sobre el futuro de las Falkland" Esta fase del conflicto se va a cerrar con la victoria militar de uno de los bandos. Londres no quiere saber nada de treguas o altos el fuego incondicionales. Tuvieron de sobra con seis semanas de tiras y aflojes diplomáticos y perdieron por completo la confianza en la buena fe negociadora de la junta argentina. Ahora, el gobierno británico habla de recuperar la soberanía "que una invasión no puede alterar" y de administrar las islas. El ministro de exteriores, Francis Pym, calcula que los isleños necesitarán entre seis y doce meses de administración británica para decidir tranquilamente cómo quieren que sea su futuro. Está dispuesto, Londres, a dejar una guarnición considerable, una vez que recupere los islotes, para disuadir a Buenos Aires de repetir la aventura. Había más soldados que isleños. Pero, antes tiene que lograr que "Unión Jack" vuelva a ondear en Port Stanley. Van a intentar hacerlo en cuestión de días, no de semanas. La guerra ha entrado en su etapa más dura y Gran Bretaña está convencida de que la va a ganar.

PERDIDAS REPORTADAS POR LAS FUERZAS ARGENTINAS E INGLESAS EN LAS MALVINAS
La inforrnación aquí reseñada sobre pérdida de equipos y tropas ha sido confirmada por ambos bandos.

REPORTADO POR ARGENTINA
ARGENTINA
Conjunbo de fuerzas Pedidas
Al menos 185 naves aéreas 19*
Incluidos helicópteros 60t
1 avion de carga ninguno
Al menos un crucero 1
Al menos 9 destructores ninguno
Al menos 3 fragatas ninguna
Al menos 3 submarinos 1
(Además Inglaterra dice haber hundido una lancha patrullera) BAJA
4 muertos durante la invasión argentina el 2 de abril 20 muertos, 301 desaparecidos en el hundimiento del General Belgrano 41 muertos y 8 perdidos en otra accion.
Fuente: The New York Times, mayo 24, 1982, actualiza con base en los comunicados oficiales del 26 de mayo.

tREPORTADO POR INGLATERRA
INGLATERRA
Fuerza de tarea Perdidas
Al menos 90 naves aéreas 32*
Incluidos helicopteros 14t
2 aviones de carga ninguno
Al menos 2 cruceros ligeros ninguno
Al menos 5 destructores 3
Al menos 6 fragatas 2
De 3 a 4 submarinos ninguno
2 barcos de asalto ninguno
(Además. Argentina dice haber dañado 3 fragatas y 1 buque de transporte).
BAJAS
4 pilotos de Harrier muertos
3 pilotos de helicoptero muertos
20 muertos en el Sheffield
21 muertos en un helicóptero Sea King perdido en el mar 22 muertos en el hundimiento del Ardent
2 muertos, 2 perdidos al tomar el puerto San Carlos
20 muertos al ser atacado el Coventry
4 muertos al ser atacado el carguero Conveyor

EL ALMIRANTE DE HIERRO
Tras las batallas aeronavales del 12 y el 25 de mayo, así como tras el hundimiento del destructor inglés "Sheffield" a manos de los argentinos al comienzo de la confrontación por las Malvinas, una estela de asombro ha prevalecido entre los analistas militares al evaluar la capacidad de fuego de los pilotos argentinos.
Entre los golpes más recientes y sonados de éstos se cuentan el hundimiento del "Coventry" (que corría así la suerte de otras tres naves inglesas y las severas averías infligidas al trasatlántico "Conveyor", el 25 de mayo. Estos buques, como sucedió con el "Sheffield" fueron atacados por misiles "Exocet", fabricados por Francia, dotados de sofisticados sistemas de radar que les permitió virtualmente deslizarse a no más de dos metros de altura sobre el mar, hasta dar en el blanco. El misil que rompió el "Conveyor" fue disparado --cosa notable-- desde una distancia de 45 kilómetros.
Los aviones que dispararon tales misiles, fueron caza-bombarderos franceses "Super Etenderd", que pertenecen no a la aviación, sino a la armada argentina.
Estas operaciones, de un impacto psicológico arrasador para los británicos, han sido ordenadas por el Almirante Jorge Isaac Anaya, comandante de la fuerza naval argentina.
De este hombre se dicen muchas cosas. Firme anticomunista, como la mayoría de la alta oficialidad argentina, él ha sido en las negociaciones sobre las Malvinas el oponente más tenaz a que se otorguen concesiones a los británicos. Se le atribuye haber sido el arquitecto de la toma del archipiélago, y uno de los altos oficiales que apoyaron a Galtieri en el golpe de estado contra Viola.
La marina argentina, en relación con la reclamación de las islas Malvinas, históricamente ha sido la más agresiva de las tres ramas de las fuerzas armadas. El proyecto de recobrarlas a cualquier precio era desde hace tiempo acariciado por esa rama militar. Cuando el Almi rante Anaya fue nombrado jefe de la Armada, en septiembre pasado tal idea se fortaleció. Probablemente uno de los pactos que el general Galtieri tuvo que realizar para asegurarse el apoyo de los 36.000 hombres de la marina en el derrocamiento del general Viola, fue la promesa a su viejo amigo elAlmirante Anaya de que el Archipiélago sería recobrado muy pronto con el concurso de las fuerzas armadas.
Este marino taciturno de 55 años, que fuera agregado naval argentino en Londres en 1975, no tuvo inconveniente en decirle al mismo secretario de Estado norteamericano Alexander llaig, durante una tensa reunión de las ya remotas negociaciones en Buenos Aires, que como mediador, su actitud era simplemente probritánica.