Bush, el espía

13 de enero de 2006

El 31 de diciembre no sólo se habrá acabado el peor año del mandato de George W. Bush, sino que, además, podría comenzar uno aun peor. Para empezar con el pie izquierdo, el Congreso le negó la extensión de la célebre Ley Patriota que refuerza los controles policiales en suelo estadounidense y que Bush defiende a capa y espada. Aunque busca prevenir nuevos ataques terroristas, ésta se ha convertido para muchos en una ley que atenta contra las libertades civiles. El tema del espionaje a las llamadas internacionales sin la necesidad de orden judicial, que fue destapado por el diario The New York Times, produjo aun más críticas sobre el Presidente, que en una rueda de prensa calificó el espionaje sobre sus ciudadanos como "legal y esencial". Bush se mostró molesto con las filtraciones a la prensa, que este año han sido uno de sus dolores de cabeza, y anunció una investigación para encontrar al responsable. n