El eje del fútbol

3 de abril de 2005

El encuentro eliminatorio entre Irán y Corea del Norte el pasado 30 de marzo, terminó como se esperaría entre dos países que forman parte del "eje del mal" señalado por el presidente George W. Bush. Sucedió en el estadio Kim Il Sung en Pyongyang, y para empeorar las cosas, el árbitro era Mohammed Kouza, de Siria, otro de los miembros de ese exclusivo club. La cosa se dañó cuando fue irreversible el triunfo de los iraníes 2-0 y la tercera derrota consecutivade los norcoreanos en las eliminatorias. Los hinchas de estos atacaron al árbitro sirio, lanzaron sillas, piedras y botellas a la cancha apenas concluyó el encuentro, e impidieron a los jueces y a los jugadores ingresar a los vestidores hasta 40 minutos después del pitazo final. Lo más curioso es que los desórdenes se produjeron en uno de los últimos países estalinistas del mundo, donde ese tipo de cosas es absolutamente desconocido.