La generación robada

16 de febrero de 2008

Cuando el primer ministro de Australia, Kevin Rudd, pidió perdón la semana pasada a los aborígenes de ese país por las políticas discriminatorias de las que han sido víctimas, el mundo conoció a fondo un oscuro capítulo de la historia del país. Se trata de ‘La generación perdida’, conformada por 100.000 niños aborígenes que entre 1910 y mediados de la década de los años 70 fueron arrebatados de sus familias y puestos bajo custodia de órdenes religiosas y familias blancas. La extraña política nació por la creencia, impulsada desde el Estado, de que esa raza no tendría futuro, por lo que era necesario integrar a los infantes a la sociedad blanca. Pero lejos de ser redimidos, los niños se convirtieron prácticamente en esclavos. Cuando finalmente esta política fue abandonada, gran parte de los afectados había desarrollado traumas sicológicos a largo plazo. Tanto, que hoy en día el alcoholismo, la drogadicción y el desempleo son un común denominador entre ellos. Tras aceptar las disculpas públicas del gobierno, algunos representantes de los aborígenes consideran que el proceso apenas comienza, porque también reclaman una compensación económica que podría ascender a los 1.000 millones de dólares.