Para alquilar balcón

13 de julio de 2003

La pelea entre los gobiernos de Italia y Alemania está que arde. Todo comenzó cuando el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, llamó nazi a un eurodiputado alemán en el Parlamento de la Unión Europea. Cuando todo parecía olvidado el secretario italiano de Turismo, Stefano Stefani, volvió a prender la mecha. El funcionario (de la Liga del Norte, un partido derechista) dijo que los alemanes eran insolentes y borrachos. Como reacción el canciller alemán Gerhard Schroeder canceló sus vacaciones en la ribera adriática. Además no sólo los alemanes están furiosos con Stefani: los hoteleros de Italia han exigido su renuncia, pues cada año 12 millones de alemanes visitan la península.