El derribo de un helicóptero ruso MI-26 en las afueras de Grozny, la capital de Chechenia, y la muerte de 114 soldados trajo de nuevo a las primeras páginas el drama de esa República que pretende separarse de la Federación Rusa. Un lanzamisiles portatil Strela resultó ser la prueba de que el hecho fue consecuencia de un ataque de la guerrilla independentista chechena, que se convirtió en la mayor derrota de los rusos desde que se inició el conflicto separatista en 1999.