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Reunionesa adoptada en Francia, Morgane Ji plantea, entre muchas cosas, que viajar es un remedio para el racismo. Foto: Alianza Francesa.

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Hija de África, ciudadana del mundo. Morgane Ji trae su propuesta ecléctica a Bogotá

En el marco de la Semana de la Francofonía, la Alianza Francesa traerá a Bogotá a Morgane Ji, una artista que fluctúa entre lo tribal, lo folclórico lo electrónico y el rock. ARCADIA habló con ella.

ALEJANDRO PÉREZ
14 de marzo de 2019

El viernes 15 de marzo, a las 7 de la noche, en el auditorio Mario Laserna de la Universidad de los Andes, Morgane Ji se presentará en el marco del Festival Músicas del Mundo. Su fuerza musical, marcada por beats poderosos, una voz baja y versátil y un banjo rockero, la separa de tantas otras propuestas que se ahogan en búsqueda de una identidad. Ese hecho resulta curioso considerando que ella misma lucha por encontrar la suya, como persona, todos los días.

Minutos antes de su concierto en Manizales, el jueves, y 24 horas antes de su presentación en Bogotá, ARCADIA habló con ella. Esto dijo.

Hola Morgane, ¿cómo le va en Colombia hasta ahora?

Bien, acabamos de hacer nuestra prueba de sonido, todo marcha súper bien por el momento. Ansiosa de ver al público esta noche.

¿Conocía algo del país, de su cultura?

Es la primera vez, jamás he venido, y no sé cómo la gente va a recibir la música.

¿Escogió la música o la música la escogió a usted?

Pienso que el arte me escogió, de manera general. No lo pude resistir, desde que recuerdo he cantado, he creado. Hago video, canto, hago música, el arte me rodea siempre.

¿Cómo describiría su música, para quienes no la conocen?

Diría que la energía de la música es rock y que hay visos de electrónica. Algunos la llaman World Music, pero no me gusta ponerle etiquetas a la música porque es mejor no encasillarse. Para quienes no me conocen, eso les digo.

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Nació en Reunión, una isla francesa en costas africanas, ¿lucha con su identidad?

Y sí, la identidad. La verdad siempre ando en la búsqueda porque soy reunionesa pero dejé Reunión hace mucho. Fui de esos niños que salieron en el episodio de ‘la Creuse‘ -en el que miles de niños  de la isla fueron llevados a Francia para repoblar ciertos departamentos-. Salí muy joven pero siempre tuve un lazo fuerte con la isla y la visito. También viajo mucho. La semana pasada estuvimos en Rusia, el año pasado en Marruecos, República Checa y España, así que me siento una ciudadana del mundo. Así sea cliché, soy reunionesa, francesa y ciudadana del mundo.

En esos viajes descubro que en todas partes encontramos energía, calor humano, y me doy cuenta de que la gente quiere lo mismo. A pesar del contexto político, en todas partes la gente desea salir, divertirse, tener amigos, compartir y encontrarse. Cliché o no, creo que es simplemente cierto. Viajar es un remedio para el racismo, permite encontrar lo esencial en todos, descubrir culturas es necesario.

Háblenos de su disco ‘Woman Soldier‘, ¿este concepto de mujer fuerte que lucha, es constante en el álbum?

Woman Soldier es un álbum, es una canción pero también un álbum, y lo dedico a la lucha de las mujeres en el mundo. Soy muy sensible a este tema, hay mucho por hacer, mucho por avanzar. En muchos países la inequidad de salarios es fuerte, en muchos otros  las mujeres son utilizadas. No podemos olvidar que toda persona en este mundo viene de una mujer, y creo que la manera en la que un país trata a sus mujeres dice mucho de ese país.

En dos semanas cantaré en Luxemburgo, con la Filarmónica, con 60 músicos. Presentaremos el disco en un concierto dedicado a las mujeres y a la idea de luchar contra la violación como arma de guerra, una situación que tiene lugar ahora. Hay que actuar con fuerza para defender a las mujeres de este mundo. Hay mucho por hacer.

Las canciones, ‘Woman Soldier’ y ‘Fear no More’ se destacan, en inglés, pero ‘Mon nom est personne’, en francés, es especial. Háblenos de ella.

Se basa en una película del mismo nombre. Con mi padre adoptivo la amábamos y la veíamos. Marcó mi infancia. Y bueno, aborda cómo se define uno, como se encuentra uno cuando es una mujer adoptada que salió en esa circunstancia difícil que fue el episodio de ‘Les enfants de la Creuse‘. Es un combate que libro paralelamente, como todos los reunioneses que fueron adoptados luego de ser transferidos esos años a Francia. En esta canción, quizás, aquellos que libran esa lucha como yo pueden encontrar piezas de su propia historia.


Woman Soldier, un disco que le dedica a las mujeres

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Háblenos de su instrumento, ¿es un banjo eléctrico? ¿Por qué lo escogió?

Es un banjo cuatro cuerdas. Fue una especie de amor a primer encuentro. Me gusta, me parece bello, tiene metal, madera y esa forma redonda y franca. Es un instrumento muy popular en Nueva Orleans, con un gran volumen sonoro y facetas múltiples. Se puede tocar en estudio, acústico para componer, y en vivo lo llevo a otros lugares, con distorsión, con flangers, para lograr algo más roquero. Además, lo puedo tocar en -técnica- ‘picking‘, así que hago el ‘tacatacataca‘ tan común en el océano Índico. Es muy interesante realmente.

Sé que está a minutos de subir al escenario, pero cuéntenos a manera de despedida sobre el mejor concierto que vio en su vida.

Tremenda pregunta... "a la la la la". Creo que fue uno de Fish, cantante del grupo Marillion. Tocó en París hace unos años. Me entregué a la manera en la que este hombre se comportó en el escenario y nos llevó más allá. Contó e instaló un universo, y me impacta cuando se le suma a la música un mundo de historias.

Mucha suerte hoy, y mucha suerte mañana en Bogotá.

Muchas gracias, allá nos vemos, eso espero.

Un instrumento con madera, con cuatro cuerdas, con metal, versátil y hermoso. Esa es su herramienta de lucha.