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La agrupación empezó a formarse musicalmente desde 1947 en Timbiquí, municipio ubicado en la costa pacífica caucana. Fotos: Diana Rey.

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"Antes nadie sabía dónde quedaba Timbiquí"

Por: Daniella Tejada García

Canalón de Timbiquí es de los primeros grupos de música folclórica que han sido invitados al Festival de Glastonbury, uno de los eventos de música más importantes de Reino Unido. Hablamos con Nidia Góngora, líder cantadora del grupo, sobre la herencia, el reconocimiento, la violencia, la ausencia del estado y el valor de la música antes de su viaje a Europa.

El sonido de los cununos y los cantos de las mujeres negras del Pacífico llegarán al Festival Glastonbury en Inglaterra de 2017 luego de su participación en el Bogotá Music Market y una tediosa labor independiente que los músicos de Canalón de Timbiquí han llevado a cabo desde 1974. Han lidiado con la violencia del conflicto colombiano y la indiferencia del estado durante décadas.

Por su esfuerzo, fueron declarados por la UNESCO como representantes del ‘Patrimonio inmaterial de la humanidad a las músicas de marimba y los cantos del Pacífico sur’. Ahora llevarán los ritmos del Litoral Pacífico hasta Europa a mediados de junio.

La cantadora Nidia Góngora habló con Arcadia en representación del grupo sobre los detalles de la gira y la historia de la agrupación.

¿Cómo se formó el Canalón Timbiquí?

Nuestra formación musical empezó en 1974 cuando muchos de nosotros ingresamos al colegio Julio Arboleda en Timbiquí, municipio ubicado en la costa pacífica del departamento del Cauca. La profesora Isabel Sinisterra y otros líderes de la región nos contagiaron de un interés latente por las historias de nuestro pueblo, nuestra negritud, ancestralidad y las músicas autóctonas del Pacífico caucano. La mayoría de los miembros de Canalón fuimos estudiantes de Isabel, sin embargo, el proceso pedagógico empezó cuando algunos padres de familia sembraron en nosotros la semilla de la música y la tradición.

Años más tarde todos nos trasladamos a Cali para terminar nuestros estudios con diferentes enfoques. Allá nos encontramos entre 2002 y 2003 y decidimos revivir la música y nuestra historia pero con la alegría y el sonido de la marimba, los cununos y el guasá. En las reuniones que establecimos nos dimos el nombre de Socavón y tiempo después concretamos nuestra razón social como Canalón de Timbiquí. Durante el lapso en que estuvimos ausentes cada uno estudiaba y se preparaba. Ahora nos damos cuenta de que somos una amalgama de intereses pero las composiciones siguen siendo raizales y autóctonas de Timbiquí.

Hay varias propuestas de música del Pacífico oriundas de la misma zona. ¿En qué se diferencia Canalón de las demás?

Mantenemos el formato tradicional de la música y tratamos al máximo de conservarlo tal como lo recibimos de nuestros padres, docentes y líderes de Timbiquí. Aunque tenemos algunas influencias de las ciudades que hemos visitado, nos da orgullo presentarle al público instrumentos autóctonos de la costa pacífica y ritmos como el arrullo, el currulao y los alabaos. Estos son interpretados auténticamente y sólo con instrumentos tradicionales. Por ello, en 2012 la UNESCO nos declaró representantes del patrimonio inmaterial de la humanidad.

Timbiquí ha sido uno de los municipios más golpeados por diversos conflictos y violencias en Colombia. ¿Qué representa la música para la región?

En este momento hay un poco de desánimo en el municipio. Hace unas semanas, una colega y conocida entre nosotros fue asesinada. Los asesinatos constantes son consecuencia del conflicto que ha producido la minería tanto legal como ilegal. La violencia aún no cesa. La minería ilegal y los grupos armados siguen presentes en esa zona rica en oro y minerales naturales. Eso hace parte de lo que estamos viviendo en este momento y también es resultado del olvido en que nos tienen a los pobladores de Timbiquí. Aún no hay acueducto ni alcantarillado en el municipio y los músicos han salido solos adelante gracias a su autonomía.

A pesar de todo, la música tiene un lugar entre nuestras carencias. Tiene un espacio en nuestra cotidianidad. Su poder e influencia es relevante para nosotros en todo sentido porque transmite nuestra tradición, lucha y riqueza que hay dentro de la población negra del Pacífico. La misión es comunicar lo que las generaciones nos han dejado a pesar de los conflictos. No se trata de repetir frases sobre ‘el poder transformador que tiene la música‘, la mayoría de gente ya lo ha entendido. La idea es conservar y transmitir la información a las generaciones para que se sostenga la tradición.

La música ha ayudado a visibilizar nuestra población. Años atrás casi nadie sabía sobre Timbiquí. Ahora la música le ha dado una representación importante. Es gratificante que el nombre de la región sea conocido por esto.

¿Sigue en pie el proyecto de la escuela de formación en música del Pacífico?

Sí. Los integrantes del grupo siempre soñamos y pensamos en crear un espacio dedicado a la música tradicional del Pacífico. Y comenzamos en Cali, donde vivimos los integrantes de Canalón. La idea inicial fue orientar a niños y jóvenes hacia estas costumbres de nuestra región porque en la ciudad no habían estas oportunidades de aprendizaje sobre la música de la marimba de chonta. Desde hace cuatro años está en pie la escuela y la realizamos en Ciudad Córdoba, un barrio popular de la ciudad. Allí empezamos a enseñar con los instrumentos de Canalón. Ahora no tenemos una sede oficial, pero la Junta de Acción Comunal del barrio nos asignó un lugar para dictar las sesiones durante los sábados de 4:00 a 6:00 de la tarde. Damos talleres de marimba, bombo, canto y danza.

Nidia Góngora, cantadora de Canalón de Timbiquí. Foto: Diana Rey.

Después de un trabajo autónomo lograron presentarse en el Bogotá Music Market y ahora participarán en el Festival Glastonbury en Inglaterra. ¿Cómo fue el proceso para llegar hasta allá y en qué ciudades será su gira por Europa?

El año pasado Reino Unido fue invitado de honor en el Bogotá Music Market (BOmm). Allí logramos presentarnos y nos seleccionaron tras una curaduría juiciosa de diferentes grupos del Pacífico. La curaduría estuvo encabezada por el BOmm y la Cámara de Comercio de Bogotá en alianza con el British Council. Desde que fuimos seleccionados hemos dedicado nuestro tiempo a preparar la gira. Estamos muy contentos porque somos de los primeros grupos de música folclórica que han sido invitados por el Festival Glastonbury en Inglaterra, uno de los más importantes eventos musicales en el exterior. Tocaremos allí el 23 de junio y estaremos dando una gira por Suecia, Suiza, Chipre, Alemania y Francia. Estaremos el 29 de julio en el festival WOMAD. Asimismo, atenderemos a la celebración del día de la independencia en la Residencia de la Embajada Colombiana en Londres.

Tenemos aproximadamente 15 conciertos confirmados hasta ahora y en los eventos se hará un recuento general de nuestra música. Llevamos temas claves de nuestra tradición: Tío Guachupecito en la versión del maestro Marco Antonio Micolta Santiesteban, más conocido como Markito Micolta, uno de los representantes más importantes de la música del litoral. También sonará en el escenario la canción Río Timbiquí y otros temas sorpresa que tendrán algunas modificaciones.

Apesar de las dificultades en Timbiquí ustedes han logrado hacer grandes cosas..

Es cierto. Por eso me gustaría hacer un llamado a la autoridad departamental en el Cauca. Hay muchos proyectos como el de Canalón que han salido adelante sin ninguna ayuda estatal. Para avanzar, nosotros tuvimos que trasladarnos a Cali, donde la gente sí reconoce y se apropia de la música del Pacífico colombiano. Ejemplo de ello es el Festival Petronio Álvarez. Nosotros no somos del Valle, somos de un municipio de la costa pacífica que pertenece al norte del Cauca. Nos sentimos totalmente abandonados por nuestro departamento. Es muy fuerte saber que representamos a un departamento que no nos reconoce. Porque representamos al Cauca, cuando nos presentamos decimos ‘venimos del departamento del Cauca‘.

Nuestra identidad refleja una cara distinta a la de violencia y guerra que se ha vivido por mucho tiempo en el departamento. Creemos que los músicos nos merecemos un reconocimiento. Es importante el tema de la paz y el postconflicto pero la música del Pacífico siempre ha estado allí con sus manifestaciones que tratan de darle otra cara, otro color a los lugares más escondidos y golpeados por los múltiples conflictos. De hecho, nuestra música va mucho más allá del conflicto. Representa la ancestralidad, la naturaleza, las prácticas de nuestro pueblo, las aguas que rodean al Cauca y las historias que se cuentan en los caminos y costas del Pacífico. Y aunque hemos vivido en carne propia conflictos permanentes como la minería ilegal, los grupos armados al margen de la ley, lo más fuerte es la ausencia del estado. No existe solo la violencia armada, hay muchas maneras violentas que intervienen en los territorios colombianos, y más cuando se está invisibilizado.