"¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!", gritaba la Plaza de Bolívar. Bueno, no todos gritaban. Algunos miraban en silencio la transmisión de la firma de los acuerdos de paz en Cartagena. Sonrisas y ojos aguados. Llantos y más sísepudos. Unos se abrazaban o aplaudían con las manos sobre sus cabezas. Bombas blancas y rojas buscaban escapar de esas manos que las tenían presas. El sol se marchaba y viento bajaba de Monserrate y Guadalupe a la plaza. El frío no importó. El desconocido no importó. Un abrazo, como la gripe, se propagó entre los asistentes a la plaza.
Pudo haber comenzado a las 2:00 p.m, pudo haber sido a las 5:30 con la firma, pero la ‘Fiesta por el Sí’ -nombre que recibió el concierto- comenzó hace ya más de un mes, un miércoles en la noche con el cierre del proceso. Esta vez era lunes y, pese a ser lunes, cerca de 15.000 personas llenaron la Plaza de Bolívar. Algunos llegaron solos esperando encontrarse con sus conocidos en la plaza, otros llegaron en grupos y hacían fila para pasar la requisa de la policía y varios cientos más llegaron con las marchas que salieron del Parque Nacional y del Planetario.
De blanco casi todos en la plaza: camisetas blancas, bombas blancas, banderas blancas, pañuelos blancos, sonrisas blancas -y una que otra amarilla-, gorras blancas, chaquetas blancas, en fin, todos querían estar de blanco y poco a poco la plaza se fue blanqueando. No todo era blanco realmente, hubo banderas rojas, bombas planteadas con la forma del SÍ, banderas del M-19 y una grande de Colombia que se atravesaba y no dejaba ver el concierto.
Pero retomemos, el evento comenzó a las 2:00 p.m. con Gente Pescaito, que con sus tambores y acordeones quería, tal vez, traer algo de ese Caribe en el que la paz se negoció y firmó. Tocó dos canciones y a mitad de su presentación la luz se perdió y la tarima quedó en silencio. Uno, dos, tres, cinco, diez minutos, el daño parecía no solucionarse. Uno, dos, tres minutos más y el acordeón sonó más duro que antes. La Fiesta por el Sí seguía.
Después se presentó Mike Bahía, pero no hay que decir mucho de él: tocó un rato y se despidió. Gracias Mike. La tercera agrupación de la tarde se subía entonces al escenario. La Etnnia golpeó a cada uno de los asistentes con sus letras y sus números: “Cinco veintisiete. Cinco. Dos. Siete” retumbó en unos de sus temas, manos subían y bajaban y muchos con porro en mano coreaban a los raperos del barrio Las Cruces.“Hay que fumar de la pipa de la paz” escuché que decían, y más humo. La paz parecía oler a marihuana.
5:00 p.m., Cartagena. Presidentes, el rey Juan Carlos de Borbón, el secretario general de ONU, Ban Ki Moon; celebridades y alguno que otro lagarto esperaban la firma. Habló Ban Ki Moon, algo falló y nadie escuchó el inicio de su discurso. Rodrigo Londoño (Timochenko) y Juan Manuel Santos con un balígrafo firmaron los acuerdos. Cartagena ardió en aplausos.
Londoño inciaba su discurso en la plaza de las banderas del Centro de Convenciones de Cartagena. Agradeció a todos, exaltó la labor de Cuba y el papel de Chávez al inicio del proceso de paz, lanzó una que otra sutil pulla al gobierno: "Nosotros vamos a cumplir y esperamos que el Gobierno cumpla". En algunas partes su discurso se antojaba -para mí gusto- muy ochentero o trasnochado. Tres aviones atravesaron el cielo con un fuerte ruido. Londoño, en silencio por unos segundos, sonrió. “Bueno, esta vez venían era a saludar la paz y no a descargar bombas".
Los aviones sonaron tan duro como si sobrevolaran la Plaza de Bolívar. Londoño en silencio, la plaza en silencio y después risas y pañuelos blancos. Londoño, desde las tres pantallas en la tarima, dijo: “En nombre de las FARC-EP ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto por todo el dolor que hayamos podido causar en esta guerra”. La plaza no aguantó más y entre gritos y una que otra lágrima la gente se abrazó, saltó, levantó las manos y agradecieron a quien bien tuvieron que agradecer.
Antes de 1961 la Plaza de Bolívar tenía fuentes, parqueaderos y un Bolívar que primero miraba al sur y después se giró al norte. Las FARC nacieron cuatro años después cuando trataron de fundar la República de Marquetalia. El 26 de septiembre se firmó la paz y sobre el Bolívar pocas palomas, que se pasaron a las cornisas del capitolio o sobre el Palacio de Justicia. El 26 se firmó la paz y, esta vez, Sí hay por qué celebrar.