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#123, ¡Emergencia

Una novedosa estrategia de seguridad que ha demostrado ser efectiva en Medellín se extiende a todos los municipios antioqueños.

9 de febrero de 2003

Hace unos dias al conductor de Luis Pérez Gutiérrez, alcalde de Medellín, se le rodó el carro en uno de los barrios de la ciudad y fue a dar contra otro vehículo. Como era de esperarse los escoltas se bajaron para mirar qué le había ocurrido al afectado y el asunto no tuvo trascendencia porque Gutiérrez ofreció inmediatamente pagar los daños. Ahí hubiera parado la cosa de no ser porque unos vecinos del sector llamaron al 1-2-3 porque les pareció extraño que unos hombres armados rodearan al dueño del vehículo chocado. Cinco minutos después el carro del alcalde, con él en su interior, fue detenido por las autoridades para averiguar quiénes eran sus ocupantes y qué había pasado.

Esta historia refleja la efectividad del Número Unico de Seguridad y Emergencias. Un sistema que funciona desde hace dos años y recibe a diario casi 20.000 llamadas para apagar un incendio o atender un accidente de tránsito, denunciar un secuestro o un robo, o la presencia de carros con personas sospechosas, un trancón en una avenida o heridos en una riña. El 1-2-3 está adscrito a Metroseguridad, dependencia que cuenta con un presupuesto de 25.000 millones de pesos y es dirigida por Isaac Gaviria, un ex candidato a la Alcaldía de Medellín que trabajó con el presidente Alvaro Uribe desde que éste era concejal.

El 1-2-3 reemplazó más de 80 números telefónicos a los que la ciudadanía acudía en busca de ayuda. Ahora basta con marcar estas tres cifras para que la llamada sea atendida en una central sistematizada que funciona las 24 horas del día, en un área reservada del edificio de la Alcaldía, en el Centro Administrativo La Alpujarra. En este lugar hay un representante de la Policía, el Ejército, el DAS, el Gaula, la Fuerza Aérea, el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía, el Simpad (el organismo que atiende emergencias y desastres), Metrosalud y el Tránsito. Cuando se recibe una llamada la información es remitida, según su naturaleza, al funcionario indicado para resolver el problema. Si se reporta un secuestro en un lugar determinado, por ejemplo, el agente del Gaula se encarga de avisarle al grupo más cercano al sitio de los hechos para que reaccione en forma inmediata. La rapidez de esta respuesta es controlada por el mismo sistema.

La central se apoya en 250 cámaras de gran alcance y nitidez, que a corto plazo serán 400, distribuidas por todo Medellín. Las imágenes se reciben en una oficina especial, donde personal especializado observa lo que ocurre y reporta cualquier anomalía. Las grabaciones de las cámaras son guardadas durante un tiempo para que sirvan como prueba en caso de ser judicializados los delitos.

En los dos años que lleva de funcionamiento el 1-2-3 ha incidido en forma positiva en los índices de seguridad de una ciudad caracterizada por no serlo. En el último año, según cifras de Metroseguridad y del Centro de Investigaciones Criminológicas de la Policía Metropolitana, los homicidios comunes se redujeron en 26 por ciento, los accidentes de tránsito en 60, los hurtos callejeros en 64 y los robos de automotores y motos en 48 por ciento.

El sistema ha sido tan efectivo que ya extendió su radio de operaciones a los 125 municipios de Antioquia. Ahora los habitantes de los pueblos pueden llamar al 1-2-3 y solicitar una ambulancia, atención del Ejército o la Fuerza Aérea y hasta equipo para remover los escombros de un derrumbe en la carretera. Como dijo uno de ellos, "ahora sí tenemos a quién acudir".