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A ACEITAR LA MAQUINARIA

La clase política liberal se está alistando para prender los motores de la maquinaria al máximo. Este factor puede ser tan determinante como los votos de Noemí.

6 de julio de 1998

El miercoles de la semana pasada tuvo lugar una reunión de parlamentarios liberales como hace tiempo no se veía en Colombia. Reunidos en el Salón Rojo del Hotel Tequendama a las 8:00 de la mañana, era la primera vez en mucho tiempo que no faltaba nadie. Como dijo el senador Víctor Renán Barco, "todo el mundo quería ocupar aunque fuera el puesto de los músicos en el bus de la victoria". Se respiraba un aire de optimismo en las toldas liberales luego del triunfo sobre Andrés Pastrana en la primera vuelta. Los parlamentarios estaban listos para diseñar junto con Horacio Serpa el plan a seguir para ganar la batalla del 21 de junio.
El optimismo no era infundado. A pesar de que es la primera vez en la historia de este siglo que el liberalismo unido no es capaz de derrotar a lo que muchos consideran el conservatismo dividido, o sea Pastrana y Noemí, en el ambiente flotaba una verdad de a puño: la maquinaria liberal no funcionó al máximo el pasado 31 de mayo a causa de la desmoralización que produjeron las encuestas. Como muchos parlamentarios pensaron que el liberalismo iba a perder en primera vuelta no se esforzaron al ciento por ciento. Esto significa que aún queda espacio para 'raspar la olla liberal'. La reunión concluyó finalmente con todo tipo de pronósticos optimistas y algunos reclamos sobre plata. A pesar de que los asistentes se quejaron de la falta de recursos para contratar buses y otro tipo de incentivos para votar, Horacio Serpa fue contundente: si hubo escasez de recursos en la primera vuelta la habrá aún más en la segunda. La maquinaria tendrá que funcionar sin plata.
La reunión finalizó con un tono optimista y casi eufórico. Uno de los asistentes, Germán Vargas Lleras, dijo a SEMANA: "La junta fue un éxito. Por primera vez participaron todos y hubo un entusiasmo loco. Estamos esperando un millón de votos adicionales en la segunda vuelta". Otros parlamentarios, como Julio César Guerra Tulena, hicieron pronósticos todavía más optimistas: "En la Costa vamos a duplicar la distancia entre Serpa y Pastrana de 330.000 votos a 600.000. En total el Partido Liberal conseguirá 5.500.000 votos".

¿Cuentas alegres?
Si bien los parlamentarios tienen razón en cuanto a que la maquinaria no trabajó a plena marcha el domingo antepasado, y que el entusiasmo reinante posiblemente infle los votos liberales por encima de los 3.600.000 que obtuvo Horacio Serpa en la primera vuelta, no es tan claro que los votos de la maquinaria alcancen por sí solos a derrotar a Pastrana. La razón es simple: en 22 de los 33 departamentos la votación por Horacio Serpa fue más alta que la que obtuvieron las listas liberales en la elección parlamentaria de marzo. En Otras palabras, en esos departamentos la maquinaria ya está 'resteada'. Esto se debe a que los parlamentarios de Boyacá, Cundinamarca y Bogotá, por ejemplo, no están en capacidad conseguir más votos para Horacio Serpa que los que obtuvieron para salir elegidos ellos mismos en marzo. De allí que no sea previsible que Serpa pueda lograr más votos en dos terceras partes de los departamentos.
En cuanto a los 11 departamentos donde la votación liberal en marzo fue mayor que la del domingo antepasado, allí sí hay un potencial de crecimiento. Pero si se suman los 11 departamentos donde puede crecer con los 22 donde ya sacó la máxima votación total sería de 4.600.000 votos. En conclusión, el Partido Liberal por sí solo no podría derrotar a Pastrana a menos que la votación total se redujera de 10 millones de votos en la primera vuelta a nueve millones de votos en la segunda. Casi todo el mundo considera esto bastante improbable dada la polarización reinante y el precedente de hace cuatro años, cuando la votación de primera a segunda vuelta aumentó en un 27 por ciento. Esta vez no se espera un aumento pero tampoco una disminución de más de un millón de votos.
En conclusión, con todo y aceitada Horacio Serpa tiene que contar con un buen porcentaje de los votos que obtuvo Noemí Sanín. Noemí sacó 2,8 millones de votos en la primera vuelta. Se espera que dada la naturaleza inconformista de sus seguidores no pasen de dos millones los que voten en la segunda vuelta. Si Serpa logra que la maquinaria liberal funcione al máximo (4.600.000 votos) necesitaría alrededor de un 30 por ciento de los votantes de Noemí Sanín para ganar la elección.