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En el video que le sirve como prueba a la Fiscalía contra Sigifredo López aparece la nariz y la boca del hombre que planeó el secuestro de los diputados. Y es similar a la de López, como se ve en el video que hicieron las Farc de los diputados en pleno secuestro. Pero la forma de la nariz de López es idéntica a la de JJ, el jefe guerrillero que dirigió el secuestro.

FISCALÍA

Acusación a Sigifredo: lo que está en juego

A pesar de las contradicciones del caso, las evidencias que han salido parecen estar inclinándose a favor de la inocencia de Sigifredo López. El cotejo de voz del FBI tendrá la última palabra.

26 de mayo de 2012

Los colombianos, que ya están acostumbrados a vivir en una montaña rusa de emociones, que con gran facilidad pasan del éxtasis de un triunfo a la amargura de una derrota, han vuelto a repetir la historia en el caso de Sigifredo López. Hace dos semanas, cuando la Fiscalía ordenó su captura, el país quedó estupefacto pero convencido de que podía ser verdad. Y ahora, luego de que gota a gota han aparecido nuevas evidencias que tienden a exonerar al exdiputado, cunde la incredulidad.

El miércoles 16 de mayo la Fiscalía lo sindicó de haber participado en la planeación de su secuestro y del plagio de otros 11 colegas suyos, cuando eran diputados del Valle en 2002. La prueba que uso la Fiscalía para detenerlo es un video hallado en el computador de Alfonso Cano, en el que se oye a un hombre explicar sobre un plano cómo están distribuidas las oficinas y las curules en la Asamblea del Valle, así como las entradas y salidas del edificio. Solo en un breve momento se le ven rasgos de su perfil. La Fiscalía hizo cotejos que señalaron que ese trozo de rostro y la voz de ese misterioso hombre tienen grandes coincidencias con la voz y el perfil de Sigifredo López. Con esos indicios periciales, muchos comenzaron a creer que tratándose de Macondo esa historia podía ser verdad.

Pero con el paso de los días la investigación comenzó a dar un vuelco. Primero, SEMANA publicó correos del computador de Raúl Reyes, en los que Alfonso Cano y Timochenko se referían a Sigifredo como un diputado más de los secuestrados y no dejaban la más mínima duda de que tuviera algo que ver con las Farc ni mucho menos que estuviera recibiendo mejor trato que los demás. "Sobrevivió un diputado que estaba sancionado en otro sitio, el diputado sobreviviente no vio nada, solo escuchó", fue el reporte que le dio Alfonso Cano, sobre la masacre de 11 de los 12 diputados, al Secretariado de esa guerrilla.

El martes, el propio fiscal general, Eduardo Montealegre, desinfló un poco las expectativas creadas sobre la culpabilidad de Sigifredo. "Yo no puedo decir que sea una prueba de responsabilidad, sino evidencias para librar una orden de captura", dijo al referirse al video mencionado, que sería la 'prueba reina'. Televidentes de a pie recibieron esa declaración del fiscal como un freno en seco, pues esperaban que para ordenar la captura de un personaje que había vivido un drama tan doloroso como el del secuestro, las pruebas tenían que ser, por decir lo menos, mucho más contundentes.

El miércoles, el canal RCN difundió, en exclusiva, el famoso video. Y ahí se abrió el debate. El abogado de Sigifredo López, por ejemplo, le dijo a La W que "una punta de una nariz y de un labio" no son "elementos para identificar a una persona". Y en parte puede tener razón. El viernes, El País de Cali, publicó el resultado del cotejo del rostro y en él es claro que si bien la Dijín dice que "existen puntos característicos o morfológicos parecidos" entre la imagen del video y la de Sigifredo, hace al menos tres advertencias sobre las limitaciones de un estudio como este para llegar a una conclusión. "Se debe tener en cuenta que es muy difícil realizar comparación de una persona cuando ha pasado un lapso determinado de tiempo" dice en un aparte. "Se puede emitir un concepto sobre la comparación entre dos fotografías, pero en algunas oportunidades los gemelos pueden llevar a un resultado errado", anota en otro.

A esos elementos de juicio que fueron apareciendo se les sumó, el jueves, un testimonio aún más contundente en favor de Sigifredo López. Un guerrillero que está en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita le dijo tanto a la Fiscalía como a los medios de comunicación que quien aparece en el video no es Sigifredo sino Milton Sierra Gómez, alias JJ, el que para entonces era jefe de la columna Manuel Cepeda Vargas, encargada del secuestro de los diputados. El testimonio es importante porque Santiago está pagando una condena precisamente por ser autor del secuestro de los diputados y era el segundo al mando de la columna guerrillera.

Con el testimonio dado por el guerrillero preso en Cómbita la hipótesis de investigación podría cambiar significativamente. Pues ya no solo se debería comparar la voz del misterioso hombre del video con la de Sigifredo López sino también con la de Milton Sierra. El problema es que tomar una muestra directa de su voz es hoy imposible porque el jefe guerrillero murió en una operación de las Fuerzas Armadas, el 15 de junio de 2007 (curiosamente tres días antes de la masacre de los diputados). Sin embargo, existe registro de ella en una entrevista que concedió, encapuchado, a Telepacífico. Al escucharla, la voz de JJ es también muy parecida a la del hombre del video de las Farc. Y lo mismo puede decirse de su nariz, tal y como se puede ver en su fotografía (ver en semana.com y en SEMANA en iPad, los videos).

La verdad es que sí hay coincidencias entre el perfil y la voz que aparecieron en el video del computador de Alfonso Cano con los de Sigifredo López. Pero resultó que esos rasgos de Sigifredo son también muy parecidos a los de alias JJ. Si se tiene en cuenta que este era el jefe de la columna Manuel Cepeda, que perpetró el secuestro, y el otro fue el que padeció esa tortura, una conclusión lógica sería que quien aparece en el video planeando el plagio sea más el guerrillero que el secuestrado. Sin embargo, en un país como Colombia, hay quienes piensan lo contrario. O, por lo menos, le dan el beneficio de la duda.

Por ahora, todo lo que se diga es mera especulación y solo se tendrá certeza cuando se conozcan los resultados del peritazgo de la voz que ya fue solicitado por el fiscal Montealegre al FBI. El cotejo acústico que hizo la Dijín -del cual se han conocido las conclusiones pero no la totalidad del informe- es apenas preliminar, pues para que sea considerado como una prueba válida en el proceso penal, los expertos tienen que grabar directamente la voz de Sigifredo y, con un software especializado, compararla con la del video.

Nadie discute que el cotejo de voz sí debe hacerse. Con el hallazgo del computador de Alfonso Cano, en el que apareció el video, y tras un primer análisis que despertó las sospechas del CTI, era mejor despejar las dudas. No obstante ¿era necesario ordenar la captura de Sigifredo? Fuentes de la Fiscalía dieron sus razones a SEMANA. Una dijo, "sí, para que no se escapara y porque el delito es homicidio". Otra anotó: "Como este caso es del viejo sistema penal es obligatorio ordenar la captura para indagatoria cuando se trata de delitos de la jerarquía de homicidio y secuestro". Pero esas razones han resultado controvertibles, pues varios reconocidos penalistas aseguran que en el antiguo sistema penal es potestad del fiscal que lleva el caso decidir si se captura o no para la indagatoria.

En el caso de Sigifredo, además, hay una condición muy particular. Tal vez se necesita más que un video sospechoso para ordenar la captura de un hombre que ha padecido siete años de secuestro, que se privó de ver crecer a sus hijos que en el momento del plagio tenían 11 y 13 años, y que tuvo que seguir enterrado en la selva un año y medio después de que asesinaron a sus 11 compañeros de cautiverio. ¿Por qué no hacer los cotejos de voz sin provocar el escándalo mediático que se causó con la captura?

La Fiscalía espera que hacia el 20 de junio ya se tengan en Colombia los resultados del FBI. Pero tal vez la pregunta más importante es: con los elementos que han salido a flote -y con todos los recursos que hoy existen para una detención domiciliaria-, ¿es de verdad necesario mantener preso a Sigifredo López?