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Adiós al maestro

En un país que poco aprende de su historia, Abelardo Forero Benavides fue la memoria oral de varias generaciones.

30 de noviembre de 2003

No es frecuente encontrar en la historia reciente de Colombia personalidades tan llamativas como la de Abelardo Forero Benavides, quien falleció el martes 25 de noviembre, a los 91 años, en la Clínica del Country de Bogotá.

Al haber sido durante su vida político, humanista y periodista, Forero tuvo el privilegio de haber estado dentro del mundo del poder durante casi tres cuartos de siglo. Esto le permitió informarse de fuentes de primera mano. Era observador crítico y analítico de los acontecimientos del país y se convirtió en una especie de 'memoria oral' del país. En sus charlas en la televisión, en los cursos que dictó o las conferencias y foros era retratista agudo y detallado de la historia que vivió, y la que no vivió, la relataba como si hubiera estado ahí presente como testigo de excepción.

Nació en 1912 en Facatativá, Cundinamarca. Estudió con los jesuitas en el colegio San Bartolomé. Allí sus maestros le enseñaron a querer la lectura, a la que desde muy niño le dedicaba tres horas diarias, y la música. Fue miembro del coro de la iglesia de San Ignacio. También en las aulas bartolinas se le despertó el amor a la política que lo acompañó buena parte de su vida.

Forero Benavides encarnó como pocos al intelectual bogotano. Aunque era culto como pocos, maestro y conferencista, Forero jamás hizo alarde de sus conocimientos. Por el contrario, le encantaba enseñar la historia de una manera fresca y agradable, lo que hacía que los alumnos de la Universidad de los Andes se pelearan los cupos disponibles.

Forero forjó su carrera en los años de la 'Revolución en Marcha'. Cuando tenía poco más de 20 años y comenzaba a hacer sus pinitos en la política, lo descubrió el entonces presidente Alfonso López Pumarejo. "Mire -le dijo-, uno no es persona si no conoce el mundo. Yo lo voy a mandar a usted a Ginebra para que vaya a la Liga de las Naciones, que es donde están pasando cosas". Viajó acompañado de Eduardo Santos y Luis Cano, grandes protagonistas de la política colombiana del siglo XX. Y Forero aprendió la lección pues siempre analizó los hechos con ojo universal.

Fue concejal, diputado, congresista en múltiples legislaturas, gobernador de Cundinamarca, embajador, secretario del Ministerio de Gobierno en los días posteriores al 9 de abril, ministro de Trabajo y luego, de Gobierno, durante la administración de Misael Pastrana Borrero.

Como periodista se destacó en la redacción del semanario Sábado, El Espectador y El Liberal. Años después, entre 1978 y 1993 llevó sus conocimientos al gran público a través del programa de televisión El pasado en presente, un delicioso diálogo de saberes sobre temas históricos con el profesor universitario, humanista e historiador, también fallecido, Ramón de Zubiría.

Su otro gran amor fue Clemencia Ucrós, su esposa, madre de su hija Clemencia. Admirador de Proust, Bach y Beethoven, Forero Benavides les enseñó a varias generaciones de colombianos que el ejercicio de la política y el poder pueden ir de la mano de una amplia visión de la cultura y el humanismo.