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Algo huele raro

La Unión Europea investigará a su funcionario supuestamente secuestrado en Colombia. Se confirman las sospechas colombianas sobre el plagio.

3 de julio de 2005

El 15 de abril la noticia de un secuestro en Colombia le dio la vuelta al mundo. Ese día, la delegación de la Unión Europea (UE), confirmó que uno de sus funcionarios había desaparecido en Cúcuta. Se trataba de Carlos Ayala, un cooperante de la UE que, según la información que se divulgó en ese momento, había sido secuestrado por guerrilleros de las Farc junto con su asistente, Sandra Vergara, cuando revisaban unos proyectos sociales en Norte de Santander.

El plagio fue registrado por los principales medios del país y de Europa. No era para menos. Ayala, un boliviano con nacionalidad española, tenía rango diplomático. Eso era suficiente para que el caso ocupara las primeras páginas de los periódicos y se convirtiera en una prioridad para las autoridades.

A los pocos días del secuestro, el 29 de abril, el caso volvió a llamar la atención de los medios. Ese día, guerrilleros del frente 10 de las Farc entregaron a una comisión de la Cruz Roja Internacional a Sandra Vergara, en inmediaciones al municipio de Arauquita. La mujer de 23 años se negó a hablar de su secuestro y lo único que dijo fue que había entregado un mensaje de sus captores dirigido a la UE, algo que la entidad negó. Vergara rindió su testimonio ante un fiscal que llevaba el caso y regresó a Neiva en donde vive.

El 22 de mayo, Carlos Ayala apareció en el municipio de Páez, estado de Apure, en Venezuela. Fue encontrado por una patrulla militar venezolana. El hombre de 59 años dijo que había escapado de sus secuestradores aprovechando que éstos se habían quedado dormidos. Al día siguiente fue trasladado a Bogotá, en donde dio su declaración ante el fiscal del caso, y ese mismo día partió rumbo a España.

Todo parecía haber llegado a un final feliz. Sin embargo, para las autoridades colombianas, con la liberación de Ayala y Vergara el caso no quedó resuelto. Los testimonios que los dos secuestrados entregaron a la Fiscalía sembraron en las autoridades una serie de dudas que las llevan a sospechar que la desaparición de Ayala y Vergara era parte de un plan para quedarse con el dinero de un rescate que estaban seguros, iba a pagar la UE.

El 19 de abril, cuatro días después de la desaparición de Ayala y Vergara, un hombre que se identificó como guerrillero del frente 10 de las Farc llamó a la sede de la UE en Bogotá y exigió 10 millones de euros por la liberación de la pareja. Por varios días se estuvo negociando, hasta que los representantes de la UE les hicieron saber a los supuestos secuestradores que no iban a pagar. Al mismo tiempo, por varios conductos miembros de la UE les dijeron a los miembros de las Farc las graves repercusiones que tenía el haber secuestrado a un extranjero y mucho más tratándose de un miembro de una delegación diplomática. Poco tiempo después de haber enviado estos mensajes, Ayala apareció en Venezuela.

La teoría que manejan las autoridades es que Ayala y Vergara diseñaron el plan de su secuestro apoyados por miembros del frente 10. Con lo que no contaban es con que la UE se negara a pagar y que cuando los miembros del Secretariado se enteraron de que se trataba de un diplomático europeo ordenaron inmediatamente terminar con el supuesto, secuestro debido a que el costo político del caso en Europa era demasiado alto para las Farc.

Esta teoría que manejan las autoridades está fundamentada en decenas de horas de grabaciones interceptadas a los guerrilleros. Aparte de esto, los testimonios que rindieron Ayala y Vergara están llenos de imprecisiones y no coinciden.

Por ejemplo, Ayala y Vergara afirmaron que habían sido secuestrados a plena luz del día, cuando salieron del hotel en Cúcuta. Las autoridades demostraron que ellos abandonaron el hotel en la noche. La forma como fueron secuestrados tampoco coincide en las dos versiones. Aunque Ayala y Vergara presuntamente estuvieron juntos durante 10 días en el mismo campamento, la descripción que cada uno hizo antes la Fiscalía es muy diferente. Vergara afirma que los secuestradores les daban de comer ensaladas, carne y huevos, algo que, para los investigadores, carece de toda lógica si se considera que supuestamente estaban en un campamento guerrillero en plena selva (ver recuadro). Estas son tan solo algunas de las muchas inconsistencias que las autoridades han encontrado.

Aunque la investigación por establecer la verdad de lo que ocurrió continúa, por ahora ni Ayala ni Vergara están vinculados penalmente al caso. Sin embargo, el miércoles de la semana pasada una declaración dejó en evidencia que las autoridades colombianas no son las únicas que tiene dudas sobre la veracidad del supuesto secuestro. "Estamos al tanto de las informaciones, pero no haremos comentarios. Hemos abierto una investigación y al final de la misma habrá un informe", dijo a la prensa en Bruselas Valeri Rampi, vocera de la UE, al referirse a la investigación que la UE abrió contra Ayala. Es claro que en este caso algo huele raro y sólo queda esperar que las autoridades de Colombia y, ahora, de Bélgica, descubran qué es.