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El senador colombiano Álvaro Uribe Vélez | Foto: Archivo SEMANA

POLÍTICA

Uribe renuncia a la Medalla de Honor de la U. Menéndez Pelayo

Tras la controversia por la distinción ordenada por la universidad española, el expresidente dijo preferir no recibir el premio.

27 de junio de 2016

El próximo 5 de julio, un día después del que será su cumpleaños número 64, el expresidente colombiano Álvaro Uribe iba a ser objeto de un reconocimiento internacional. Se trataba de la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de España, por “su liderazgo político en la historia reciente de Iberoamérica y su dedicación al servicio de la defensa de los derechos y libertades públicas en Colombia y en el continente americano”.

Tan pronto se supo la noticia, colectivos de Derechos Humanos en Colombia y España, sentaron su voz de protesta e iniciaron una campaña con el propósito de que la UIMP revocara la decisión. Incluso pidieron firmas en la plataforma Change.org, con el propósito, no solo de que ese acto que tendría lugar en el campus de La Magdalena, sino que la universidad revocara la distinción.

En tres semanas la petición consiguió 6.347 firmas. Y el sábado pasado, el rector de la UIMP, César Nombela, canceló el acto de premiación del 5 de julio, con el argumento de que “no podemos ser un instrumento para una postura política concreta sea cual sea su signo”. Pero mantuvo el premio, dejando abierta la opción de que el consejo de gobierno de la universidad fije o no una fecha futura de ceremonia de entrega del galardón.

Uribe salió al paso de la polémica, y en carta dirigida al rector César Nombela, pidió a la Universidad revocar el premio. En la carta, el expresidente aprovechó para lanzarle dardos a las FARC y a la izquierda colombiana.

“Me sentí muy sorprendido por la condecoración de la Universidad que nunca busqué y he recibido con tranquilidad su comunicado sobre el aplazamiento y nuevas consultas. Mi inicial sorpresa se tornó en orgullo al leer que usted nunca acepta presiones como lo enfatiza en su declaración para responder al izquierdismo totalitario que protestaba por la distinción que se me confería, que incluía la voz del asesor del grupo narco terrorista FARC. Y ahora, al conocer que la fortaleza no existe, me siento mucho mejor al no recibirla y pedirle que se evite las consultas sobre aplazamiento y la de por revocada”.

Uribe manifiesta que “la tolerancia necesita fortaleza para defender las convicciones y para no confundir el respeto a la opinión ajena con la debilidad para claudicar ante la intimidación”.

Y aseguró que en Colombia “estamos ante el caso de un gobierno que cimenta la tolerancia en la indulgencia con el narcoterrorismo. Se confunde la paz con la ausencia de cárcel a los cabecillas del mayor cartel de cocaína del mundo, responsable de miles de secuestros, de reclutamiento, violación y asesinato de niños, carros bomba, y de toda clase de atrocidades".

Agregó que "cuando el delito no ha tenido elegibilidad política en Colombia, las FARC es premiada con la excepción, su mérito consiste en haber coaccionado, secuestrado y asesinado a funcionarios públicos de elección popular. Y el terrorismo y el gobierno se lanzan en una histeria engañosa de paz semejante a los viejos zorros del comunismo que hacían de la paz la escala final para implantar la tiranía. A quienes disentimos en defensa de las libertades, como en mi caso, simplemente nos señalan de enemigos de la paz, lo menos que me han atribuido”.

El también senador dijo que en los gobiernos que presidió, con sus errores y carencias, “pusieron a Colombia en un sendero de mejoramiento de la seguridad y de ampliación de la economía y de las políticas sociales. El apoyo popular que teníamos determinó en 2010 la elección de actual presidente. Líderes de la oposición radical fueron rodeados de garantías efectivas que les permitieron ganar gobernaciones y alcaldías y desempeñarlas con todo el respeto de la autoridad nacional. Todo fue abierto al escrutinio ciudadano, no vacilamos en sancionar violaciones de los Derechos Humanos y en defender a las Fuerzas Armadas de la Democracia cuando aparecía la táctica de voceros de los criminales de hacer falsas acusaciones”.

Y añadió: “Señor Rector, cuando la universidad cede ante las presiones del totalitarismo renuncia a su deber de proteger la libertad de cátedra que es supuesto necesario para el avance de la ciencia en la construcción de grados de verdad. Fidel Castro y Hugo Chávez han implantado el adoctrinamiento, la consigna y la represión sanguinaria como sustitutos del libre examen. Muchos nos oponemos a que ese modelo se imponga en Colombia tras un falso concepto de paz”.

“Me apena haberle causado a usted la mortificación de otorgar una condecoración y defenderla. Le ruego dejarla revocada, evite hacer consultas sobre aplazamiento o anulación y si le fuera posible permita un debate sobre los temas de Colombia en ese claustro respetable”, finalizó la carta.