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El vicepresidente de la República, Angelino Garzón | Foto: Guillermo Torres

EXAMEN

Angelino Garzón, a rendir cuentas en la ONU

El vicepresidente le pedirá a la organización “convencer” a la guerrilla de “no dispararle” al proceso de paz.

Rodrigo Urrego, enviado especial de Semana.com a Ginebra, Suiza
22 de abril de 2013

El vicepresidente Angelino Garzón ha vuelto a Ginebra (Suiza), ciudad en la que estuvo por más de dos años como embajador de Colombia ante las Naciones Unidas (2008-2010). Vuelve a ese mismo escenario y lo hace tras superar un cáncer de próstata y un accidente cerebro-vascular que le dejó algunas evidentes secuelas.

Angelino reaparece para rendirle cuentas a la ONU, que este martes evaluará si Colombia ha avanzado en el centenar de compromisos suscritos hace cuatro años en materia de protección y garantía de derechos humanos.

El ‘vice’ se muestra confiado. Cree que Colombia saldrá bien librado del Examen Periódico Universal (EPU) del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. “No vamos a decir que estamos en el país de las maravillas -confiesa-. Vamos a decir que estamos avanzando y que Colombia es un país en desarrollo (…). Estamos cumpliendo la tarea”.

La confianza de Angelino es evidente. Entre otras porque el vicepresidente colombiano llegó a Suiza con un as bajo la manga: el proceso de paz que el Gobierno adelanta con la guerrilla de las FARC en La Habana. Ese asunto, se rumora en los pasillos en el Palais des Nations, se podría convertir en la 'coraza' de Colombia en este nuevo examen porque el proceso de paz, dicen expertos, acapara los reflectores de la presencia de los funcionarios del gobierno en Ginebra.

Horas antes de pasar al tablero, Garzón destapó esa carta. Recordará que hace cuatro años una de las principales recomendaciones que la ONU le hizo a Colombia fue reconocer, de una vez por todas, la existencia de un conflicto armado interno y hacer lo posible para terminarlo por la vía negociada. Colombia probará la forma como decidió acoger esa recomendación.

Pero el vicepresidente será más audaz. Por primera vez ante la ONU reafirmará la voluntad del Gobierno de firmar el acuerdo de paz, pero hará una aclaración: la paz está en el terreno de las FARC.

“No tenemos ningún mecanismo para obligarlos a firmar el acuerdo. Si (la ONU) nos pide firmar la paz en octubre, les diremos que no podemos cumplir eso”, dice Angelino. Por eso, “le vamos a pedir a la comunidad internacional que les digan a las FARC que cesen los atentados, que dejen de sembrar minas antipersona, que cesen el reclutamiento forzado de menores, que paren los atentados contra la población civil. Que les digan a las FARC que no le disparen al proceso de paz”.

Además del proceso de paz, la Ley de víctimas y restitución de tierras es otra de las cartas del gobierno colombiano. “Hace cuatro años nos pidieron reparar a las víctimas -recuerda Garzón-. Lo estamos haciendo sin acabar el conflicto y lo vamos a hacer con o sin acuerdo de paz”.

Pero la paz no será el tema exclusivo del debate. Hace cuatro años, en el primer examen que afrontó Colombia, los falsos positivos no alcanzaron a ser tema de discusión. El Gobierno es consciente de las altas probabilidades de que el tema sea puesto sobre la mesa por alguna de las 81 naciones que se inscribieron para analizar el caso colombiano.

Más aún con el reciente antecedente de la aprobación en el Congreso colombiano de la controvertida reforma al fuero penal militar, norma que preocupa a la Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por el hecho de que la justicia ordinaria pueda perder su competencia para investigar a los militares.

De surgir el debate, el Gobierno reafirmará que es “política de Estado” investigar y sancionar a los servidores públicos, sean civiles o militares, involucrados en violaciones a los Derechos Humanos.

Eso sí, si en el Examen de la ONU se le recomienda al Estado colombiano reversar esa reforma, el gobierno colombiano no podría suscribir semejante compromiso. La razón: dicha norma fue aprobada por el Congreso de la República y, según Angelino, el Gobierno respeta la autonomía y la independencia del poder legislativo. “No podemos aceptar alguna recomendación que vaya contra la democracia”.